Marzo: un mes de definiciones

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Como es ya un clásico, el próximo 8 de marzo se celebra el día internacional de la mujer, pero este año, con la sorpresa de un paro convocado por el Pit-Cnt, con el aparente fin de reivindicar nuestros derechos, lo que llama la atención ya que en la cúspide de ningún sindicato dan lugar a que sean ocupados o dirigidos por mujeres; sin perjuicio de ello, también mencionan que en dicha oportunidad se movilizaran a favor de la derogación de los 135 artículos de la LUC -una vez más actúan aparentemente defendiendo intereses de los trabajadores, o mujeres en este caso-, pero sin ocultar en lo más mínimo su intencionalidad política -la disputa directa contra el gobierno por el referéndum.-

Sin disimulo, le hablan a sus adeptos más radicales siempre en línea marxista, siempre referenciando todo a la “dictadura de derecha”, con acciones y omisiones que solo complican la gestión de los intereses nacionales. Y en este debate, actores de ambos lados empiezan a elevar el tono diciendo lo que a cada hinchada le gustaría escuchar de cara al referéndum. Así algunos mienten sobre lo vinculado a los arrendamientos, a la educación, y otros contestan fuera de tono. Los parciales aplauden.

A todas luces, se puede percibir que lo que se votará el próximo 27 de marzo no responde a una discusión jurídica, sino a circunstancias meramente políticas, lo que a esta altura no es novedad. Deberían tomar conciencia de que su rol es velar por los derechos de los trabajadores, cuando la cuestión lo amerite, desinteresadamente, y de forma auténtica.

La forma en como cada uno resuelve sus dilemas existenciales colectivos tiene por una parte, hondas raíces en el origen y desarrollo de cada nación, y por otra parte, lo que se hace en cada momento, define el ser nacional, y de algún modo predetermina o condiciona el futuro.Un gran ejemplo y modelo a seguir es el coraje que tuvo la diputada ucraniana Kira Rudik, que apoya la soberanía territorial a “capa y espada”; permaneciendo en su territorio para resistir la invasión.

Ojalá sirva de ejemplo y si realmente se va a luchar por la igualdad, que se note.

Es por ello, que creo que las naciones, los países, deberían dar mayor trascendencia al foco que las respectivas sociedades deben poner en crear y desarrollar capacidad estratégica, la que se desarrolla en el presente constituye la base de futuro. La capacidad de una nación de pensarse y proyectarse estratégicamente debería además ser una cuestión de interés público que atraviese en forma vertical y horizontal a la sociedad civil y al sistema político para así constituirse en una cuestión de Estado, en una política de Estado.

Es por eso que si vamos a luchar por la igualdad, hay que estar dispuestos a poner el hombro todos juntos, a postergar las diferencias, de entender que somos una sola cosa, y ante las situaciones límites que están ocurriendo en el exterior, donde una nación unida, sin distinción resiste, debería servirnos de inspiración.

De inspiración para saber que hay un mañana mejor, y que solo depende de nosotros construirlo y que la igualdad entre el hombre y la mujer existe, solo depende de nosotras hacerla evidente.