Ricardo Reilly Salaverri
Ricardo Reilly Salaverri

¿Saqueo en puerta?

Un planificado malón “ideológico” contra el interés nacional y las necesidades populares, desde el 1° de marzo de 2019, sacude todos los días a un país que progresa.

Hay un modus operandi. Durante la administración de Jorge Batlle hubo hechos catastróficos: la aparición de la aftosa que clausuró las exportaciones de carne y la crisis argentina del 2002. Sobre lo último el Frente Amplio proponía que el Estado uruguayo se declarase en quiebra -default- lo que hubiese provocado una tragedia social de dimensiones faraónicas.

Cuando la aparición del Covid, por fortuna estaba instalado el gobierno presidido por Luis Lacalle Pou, respaldado por la coalición republicana que apeló a la libertad responsable, sin clausurar la actividad en general y la económica en particular. Y que apeló al mejor sistema de vacunación. Si hubiésemos tenido gobierno frenteamplista habríamos tenido encierro de la población como en Argentina o China, renta paga para cientos de miles de parados, con aumento de impuestos y endeudamiento internacional. Y, como sugería la directiva del Sindicato Médico del Uruguay -de oposición militante- vacunas rusas Sputnik que carecen de reconocimiento internacional.

En 2004 se inició una era de alza mundial en los precios de las materias primas como no se ha conocido otra. Al asumir como Presidente Tabaré Vázquez -2005- respaldado por el Frente Amplio, gracias al agro y las agroindustrias la nación conoció el inicio de una travesía impulsada con viento de cola. Lo primero que hicieron fue subir los impuestos a niveles casi escandinavos y derogar una norma que limitaba el llenado de vacantes en el Estado. Así, de saque multiplicaron los cargos de confianza y designaron 60.000 empleados públicos más. De 240.000 pasaron a ser 300.000. Dijeron era para mejorar la seguridad y la educación pública…

Durante 15 años hubo un saqueo al Estado descomunal. Algunas realidades lo recuerdan: Pluna guiada por una propuesta de Astori desaparecida por gestión dolosa; Ancap quebrada bajo la presidencia de un licenciado trucho; la regasificadora fallida; el Antel Arena -con costos desmedidos y violación de la Constitución y toda la legislación en materia de compras del Estado- bastan como muestra de lo citado. Desaparecieron miles de millones de dólares lo que una mayoría parlamentaria “izquierdista” impidió investigar. Aunque lo peor ha sido la destrucción de la educación pública que demolió a la principal herramienta de equidad social. El aumento constante de la carga tributaria frenteamplista para tapar agujeros como los citados ha sido un robo a la ciudadanía.

La protesta sostenida ilusiona a los activistas talibanes con un triunfo en las próximas elecciones. Y reaparece la escuelita de los contadores de Astori que imaginan más impuestos para hacer justicia social (Grau, Lorenzo y Viñales, La Diaria, 21/11/22). Ya tienen una reforma tributaria completita: IVA “personalizado; más tributos al patrimonio; aumentos contra el agro; revisación de los estímulos fiscales para la inversión; gravamen a todos los activos y rentas obtenidas de exterior; más impuestos sobre rentas empresariales; aumento del impuesto de herencia; más impuesto a las transmisiones patrimoniales y un largo etcétera, nacen del cerebro de la nueva ilustración. Para quienes invierten y producen en el país por ser “estable y previsible” la sugerencia es clara: “¡Rájemos!”

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados