Ricardo Reilly Salaverri
Ricardo Reilly Salaverri

Baño de realidad

La revolución francesa de fines del siglo XVIII que derivase a la caída de la monarquía absoluta impulsada por una burguesía enriquecida, dio lugar al establecimiento de una Asamblea Nacional.

Los partidarios de la defensa de la monarquía y la nobleza se sentaron a la derecha del presidente y quienes se oponían al mantenimiento de los privilegios reales lo hicieron a la izquierda. Desde entonces ha sobrevivido la idea que la izquierda es el cambio y la derecha el conservadurismo. Calificación vacía de contenido.

El Parlamento Europeo el 19 de setiembre de 2019, en una declaración histórica, con alusión directa a Stalin y Hitler, condenó al nazismo y al comunismo y reafirmando los principios universales de los derecho humanos y la democracia, reafirmó que la controversia universal está planteada entre los estados autoritarios y las sociedades libres. Actualmente en un mundo de algo menos de 200 estados nacionales, no más de 20 de ellos, son democracias plenas que se rigen por el Estado de Derecho, el respeto de los derechos humanos, la separación de poderes, la economía libre y el desarrollo sostenido de la seguridad social. La República Oriental del Uruguay revista entre ellas.

En América Latina se suele ubicar a Costa Rica y Chile dentro de la calificación citada. En una región castigada por sendas dictaduras policiales y realidades económicas y sociales de penuria. Circunstancias que tienen partidarios entusiastas dentro de nuestro país y que han engendrado a los populismos. Una realidad construida por satrapías que roban para sí la riqueza nacional, y llevan manu militari a la gente a vivir en condiciones de pobreza, dependiente exclusivamente del empleo público y la dádiva estatal para sobrevivir.

Chile por decenas de años tuvo un crecimiento económico fenomenal. Sin embargo recientemente el electorado enojado votó mayoritariamente por una coalición cívica populista plena de contradicciones. Que le ha llevado a estar enredado en una reforma constitucional de dudoso fin. Observadores internacionales coinciden en algunas causas del enojo. Una era la educación que -empezando por la pública- en Chile no es gratuita. Otra, las carencias en la atención sanitaria. Y, otra el descalabro del sistema de pasividades. Son tres temas que en nuestro país desde los orígenes históricos han conocido de soluciones del Estado nacional.

Uruguay está despegado de las realidades latinoamericanas y los populismos en curso. Citaremos algunos datos que nos ubican en el contexto cercano. El salario mínimo medido en dólares, en nuestro país es de 484, seguido por Ecuador con 425, Chile 411, Argentina 233 y abreviando, Brasil, 214 (statista.com; año 2022). Cabe una alusión a los paraísos idolatrados por el frente-sindicalismo vernáculo. En Venezuela el mínimo es de USD 110 (observatorio finanzas.com; 2022) y en Cuba de USD 29 (radiotelevisión marti.com)…

Vale también recordar que Gabriel Boric -presidente chileno- prometió alcanzar una pensión de retiro mínima de USD 300 en su país durante su mandato (La Vanguardia, Chile, 1/06/22). En nuestro país, situación que el proyecto de ley de reforma de la seguridad social elaborado por el gobierno quiere superar, la pensión de retiro mínima es de USD 400 (superior a la del resto de los demás países latinoamericanos) ¿Dónde están la derecha y la izquierda?

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