Nicolás Albertoni
Nicolás Albertoni

Mirar hacia adelante

Al cierre de cada año, cada vez que uno se dispone a hacer un balance, surge la posibilidad de mirar atrás y sacar aprendizajes hacia adelante.

Al repasar el año, una inmensa cantidad de hechos nacionales e internacionales han marcado la agenda y recordarlos, puede ser parte de ese aprendizaje que cada año nos deja.

Atrás quedó el asalto al Capitolio de los Estados Unidos mientras los miembros del Congreso se reunían para certificar los resultados del Colegio Electoral de las elecciones que decretaron el triunfo de Joe Biden sobre Donald Trump.

Durante el año que pasó, también fue difícil de comprender -aunque a muchos no sorprendió- la reacción de Nicolás Maduro bloqueando el ingreso a Venezuela de 2,4 millones de vacunas gestionadas por la oposición para hacer frente al Covid. La razón: “soberanía sanitaria”.

Sorpresa -y esperanza- causó ver el coraje de ciudadanos cubanos que, en el mes de julio, se animaron a salir a las calles y protestar contra el régimen hoy liderado por Miguel Díaz Canel, quien no dudó en responder reprimiendo con dureza. Sin embargo, cada vez más, aires de libertad comienzan a respirarse en esa zona del mundo. También es bueno recordar, aquel intercambio entre Díaz Canel y nuestro presidente Lacalle Pou en la IV Cumbre de la Celac, destacando este último, los inmensos resortes democráticos y constitucionales que hacen la diferencia entre ambos países.

Saliendo de la región, el año pasado también fuimos testigos del regreso de los Talibanes a Afganistán, ocupando el país en tan solo dos semanas, luego del retiro de las tropas de Estados Unidos.

Lamentablemente no ha quedado atrás, y sigue acechándonos la pandemia del Covid. Muchos tenían la esperanza de que el 2021 significara el paso a una enfermedad endémica controlada. Por estos días, la nueva variante Ómicron, está batiendo récords de contagios en toda Europa, y los números en Uruguay comienzan a crecer. Pero esta vez, una posible nueva ola de contagios, nos agarra mejor preparados a los uruguayos en vacunación y concientización, y eso es motivo de orgullo. Hoy se requiere seguir manteniéndonos unidos, yendo todos por la tercera dosis de refuerzo.

El avance de la ciencia en 2021 no solo quedó demostrado en el tema de las vacunas. En febrero, el Perseverance de la NASA aterrizó en la superficie de Marte, dando un gran paso para la exploración de ese planeta.

Y la mayor empresa privada aeroespacial, SpaceX, envió su primera misión espacial con civiles a bordo.

En materia de inserción internacional, para el Uruguay, el 2021 ha significado un año de confirmación de un rumbo más cercano a la apertura comercial que tanto venimos pregonando. Hace pocos días, escuchábamos a nuestro Presidente anunciar que ya no solo se trata de explorar la factibilidad de un TLC con China, sino que también se ha iniciado un proceso de intercambio de términos de referencia para un eventual acuerdo con Turquía. Aquello que signifique mejores condiciones en el acceso a mercados para nuestros productos y genere un intercambio que favorezca el desarrollo nacional, será siempre una buena noticia.

La vorágine en la que vivimos hace que muchas otras cosas vayan quedando atrás. El Uruguay y el mundo de hoy no detienen su ritmo, y los desafíos, oportunidades, amenazas políticas, sociales, culturales, económicas, sanitarias siguen su marcha. Hemos mostrado, como país, que no sin dificultades, decidimos no paralizarnos. Por el contrario, el trabajo en equipo y el liderazgo claro ha permitido que la motivación sea el motor para seguir adelante, enfrentando la realidad y creando el futuro.

Finalmente, en el ocaso de este año que cerramos nos enteramos del fallecimiento de Desmond Tutu, Arzobispo emérito de Sudáfrica. Un verdadero testimonio de vida, símbolo en la lucha contra el apartheid en su país, y Premio Nobel de la Paz en 1984. Su vida fue un ejemplo de sobrevivencia ante las adversidades. Su única consigna siempre fue mirar la vida desde el perdón y no la revancha. Para él, las adversidades eran un canal para sanar heridas. Vaya si su testimonio de vida puede servir para mirar hacia el año que comenzamos.

El 2022 será una nueva oportunidad para seguir enfrentando desafíos tanto a nivel nacional como internacional. Será un año en el que, internamente, afrontaremos tensiones, en el que no faltaran temas en la agenda.

Ojalá podamos encontrarnos en lo importante, intercambiando ideas con altura, con el objetivo de seguir construyendo un Uruguay desde las coincidencias, con confianza en el esfuerzo de nuestra gente y con esperanza, que como dijera Tutu, “es poder ver que existe la luz a pesar de toda la oscuridad”.

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