Promotores ambientales

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Pocos asuntos de la vida social requieren de conseguir la mayor participación posible de sus integrantes, como los relativos a la sostenibilidad. Porque la construcción de nuestra realidad ambiental es un proceso cotidiano y detallado, minucioso y silencioso que demanda la voluntad de ser protagonista. Pero también nos plantea el desafío de saber qué rumbo seguir y de disponer de los conocimiento y herramientas necesarias para tener buenas expectativas de éxito.

A la voluntad personal hay que añadirle capacitación y entrenamiento, para mejorar sustancialmente nuestras posibilidades de éxito.

En ese sentido, el Ministerio de Ambiente puso en marcha el año pasado -a pesar de la pandemia- la iniciativa de realizar encuentros nacionales de promotores ambientales, con el propósito de promover la formación, estimular el empoderamiento y generar ámbitos feraces de intercambio de experiencias y conocimientos personales, que ayuden a impulsar toda esa buena energía distribuida a lo largo y ancho del país.

La División Educación y Participación Ambiental del ministerio organizó con mucho éxito, el 1er Encuentro Nacional de la Red de Promotores Ambientales en Montevideo. Demostró el enorme interés que existe de trabajar desde la sociedad civil en una multiplicidad de asuntos -y desde ámbitos muy diversos- para mejorar la calidad de vida de las personas; primero con el ejemplo y luego con acciones concretas.

Uno de los valores más evidentes que tienen estos encuentros es el marco organizativo que se ofrece desde el propio Estado, porque ayuda a direccionar esfuerzos y acciones hacia objetivos concretos, permite el conocimiento directo entre las personas e instituciones que trabajan con ahínco y profesionalidad por un ambiente local más sano y, al mismo tiempo, contribuye con el robustecimiento de la formación de los promotores -es un aprendizaje que se prolonga toda la vida.

El éxito del encuentro inicial garantizó la realización de su segunda edición en el correr de este año; será en el interior del país.

Debe destacarse la intención del ministerio de impulsar alianzas con los agentes locales de los diecinueve departamentos. Estamos hablando de un numeroso colectivo, no organizado ni conectado, que en su mayoría trabaja honorariamente por la causa ambiental; que no es otra causa que tomar la iniciativa para procurar que mejore la vida del vecindario, del centro poblado o de la zona donde se vive.

Está claro que se persigue con especial interés conseguir la adhesión y participación de los jóvenes, porque esta cruzada se sustenta en el conocimiento, en la promoción del diálogo, en el intercambio de experiencias, pensando en modificar el presente pero, sobre todo, en construir un futuro más racional y venturoso.

Y a no olvidar que una de las claves de su éxito radica en la calidad y franqueza del relacionamiento que se logre entre las organizaciones y emprendedores locales, con las autoridades del lugar. Hay mucho por hacer y en conjunto.