Guillermo Maciel
Guillermo Maciel
Abogado, docente universitario y director de Fundapro

El peor ministro

Aristóteles decía que no se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.

Para pensar en esa sincronía, el gobierno con sus políticas en seguridad no entiende el problema, y por ende, menos la solución.

Según Factum, la Seguridad como la principal preocupación de los uruguayos, se ubicó nuevamente en un primer lugar cómodo.

En Uruguay, durante el año 2018, con 3,4 millones de habitantes, 414 personas fueron asesinadas. En el mismo año, en Italia con 60,6 millones de habitantes, ocurrieron 319 homicidios.

En Uruguay, 12 de los 19 departamentos del país registraron en 2018 una tasa de homicidios más alta que en Argentina que fue 5,3. Además, en Argentina se redujo un 30% la tasa de homicidios en los últimos 4 años. Y también exhibe una reducción sustancial de robos y hechos delictivos en general desde 2014 al 2018.

En Uruguay, “una escuela es vandalizada o robada por día”, señala el Consejero Héctor Florit -histórico dirigente sindical afín al FA.

En Uruguay, hay 200 presos apuñalados por mes en las cárceles. Y un récord de 37 muertes, según el Comisionado para el Sistema Penitenciario, Juan Miguel Petit. Todos ellos bajo la custodia y cuidado del Estado.

En Uruguay, seguimos esperando conocer cómo fugó Morabito nada menos que de la cárcel Central.

En Uruguay, robaron pertenencias de un asesor del Ministro del Interior en pleno centro. En la ciudad televigilada, y con la “nueva policía” de Bonomi.

En Uruguay, a las autoridades les pasan por las narices toneladas de cocaína, pero publican en la página oficial del ministerio, un procedimiento policial con la incautación de 14 grs. de una sustancia vegetal.

En Uruguay, el fiscal Jorge Díaz, admitió que “no hay un plan de combate al narcotráfico desde el año 2009". Una década sin un plan con el narcotráfico es una eternidad.

En Uruguay, el gobierno del FA ha logrado lo que parecía imposible: el mundo nos mira como un país inseguro, donde campea la delincuencia y pasamos a ser un nuevo centro de distribución de cocaína.

En Uruguay, no hay 11.000 delincuentes privados de libertad, hay 3.400.000 ciudadanos honestos rehenes de la actual inseguridad.

Todo ello bajo la gestión del FA. Los mismos que no pueden exhibir resultados positivos. Demostrado una absoluta falta de rumbo. Y donde es cada vez mayor la ineficiencia para reprimir y combatir la delincuencia.

Que quede bien claro, Bonomi y su equipo representan seguramente el peor Ministerio del Interior que hemos tenido en toda la historia. Tal vez, Bonomi sea considerado “uno de los mejores ministros del Interior que hemos tenido”, pero para los delincuentes.

Ahora, el candidato oficialista Martínez anuncia que su vocero en seguridad, Gustavo Leal, tiene un plan para combatir la delincuencia gastando US$ 50 millones al año. Como siempre, creen que todo se arregla con más plata. Siguen sin entender nada. No aprendieron la lección. Ni terminan de advertir y visibilizar la magnitud de su caos y ahora apelan a dilapidar más dinero prometiendo soluciones mágicas. Leal es un importante integrante del equipo de gobierno y por ende uno de los padres del estrepitoso fiasco e inseguridad reinante. Representa sin lugar a dudas más de lo mismo. Elogiar y abogar por su continuidad es un grave error.

En consonancia, los anuncios y propuestas en materia de seguridad del FA son muy buenas noticias para los delincuentes y muy mala noticia para la gente honesta.

Hay un diagnóstico simple y comprobable. En el país nunca se puso tanto dinero en la lucha contra la inseguridad como en los últimos 3 gobiernos, y sin embargo frente a esa extraordinaria inversión, los resultados han sido catastróficos.

Más dinero gastó el FA y más delitos hay. Mayor presupuesto no fue de la mano de más seguridad. Los números de delitos y violencia son prueba irrefutable. Reina la impunidad y la falta de autoridad.

El gobierno no puede argumentar, ni falta de tiempo, ni tampoco falta de recursos para combatir el delito. No lo logró por ineptitud, ineficacia, irresponsabilidad, mala gestión y por no considerarlo una prioridad.

Apelan como excusa al llamado “Efecto Noviembre”. Pero no existe ningún efecto noviembre. Hay efecto 15 años de gobierno del Frente Amplio.

Asimismo, tenemos un enfoque bien diferente y donde no hay coincidencias en las propuestas de seguridad. Dos visiones muy distintas:

La nuestra, que entiende que la seguridad es una prioridad; que antepone la defensa de la víctima; el respaldo a la policía y el restablecimiento de la autoridad. Y la que postula el FA, que se inclina por ser condescendiente y proteger al victimario. Que se visualiza con propuestas como derogar la prisión preventiva obligatoria para adolescentes que cometan delitos graves y eliminar que se mantengan sus antecedentes. Demostrando que siempre se ubican del lado equivocado. Indulgentes con el agresor y sin empatía para con la víctima.

El primer paso en la dirección correcta debe ser una mayor presencia del Estado en los barrios, y una decisión política de ir a fondo contra la delincuencia. El camino viable es un plan sólido e integral de emergencia nacional contra la inseguridad, sin gradualismos, ni dilaciones.

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