Felipe Paullier
Felipe Paullier

Hasta pronto Andrés

En estos días nuestro país cumplió un año desde la aparición de los primeros casos de COVID-19. La fecha, marcada por el simbolismo, trajo una tristísima noticia para muchos. El viernes a la noche falleció Andrés Abt, alcalde del Municipio CH de Montevideo.

Desde que empezamos con la pandemia, cada noche recibimos en nuestros teléfonos el reporte de la evolución sanitaria en nuestro país. Sin quererlo, tal vez como una adaptación de supervivencia, nos vamos acostumbrando a escuchar cantidad de personas en CTI, contagiados y fallecidos. A veces olvidamos que detrás de cada número hay una persona, una fami-lia, un entorno, sueños y proyectos.

Entre lo injusto y lo inesperado, después de 15 días de pelearla, el coronavirus se llevó tempranamente la vida de Andrés. Cuando uno siente que falta menos, cuando uno se acostumbra y empieza a aflojar, este virus no da tregua y nos da uno de estos golpes.

Tuve el gusto de conocer a Andrés en la política, de trabajar con él codo a codo por casi 5 años durante su primer período como Alcalde. Aprendí con él y su ejemplo sobre cómo es un gobierno de cercanía, mano a mano con el vecino y siempre junto al equipo, en el que creía firmemente. En el acierto y en el error siempre escuchando, pero sobre todo siempre haciendo, dejando todo en la cancha por su Municipio, por su barrio, por sus vecinos.

Si hay algo que lo caracterizó como gobernante fue su afán de dar soluciones. No importaba mucho de quién era la responsabilidad formal, el vecino que se arrimaba con un problema al CH se tenía que ir con una solución. Esa impronta de hacer, seguramente una forma de encarar la vida, lo llevó más de una vez a ponerse los guantes, levantar la pala y salir personalmente con la operativa del Municipio a limpiar contenedores cuando fue necesario.

En el período que trabajé a su lado, lo vi recibir en la sede del Municipio a miles de personas, a nadie se le negaba una audiencia.

Tarde o temprano, todo aquel que se acercaba tenía la oportunidad de hacerle llegar su planteo, y casi siempre, de llevarse una solución. ¡La cantidad de libretas y cuadernos que habrás llenado en estos años!

Te vas Andrés dejando huella en el Municipio, en su gente, en los funcionarios, en tu equipo. Dejaste marca en tu lista y tus militantes, y en muchísimos jóvenes que sin ser de tu barra hiciste ser parte de tus victorias y logros como gobernante. Marcaste en tu trabajo una impronta distinta, pocas veces vista en los políticos montevideanos, de a pie, de cercanía real.

Lograste en tu gestión que todos los vecinos fueran parte: blancos, colorados, frenteamplistas e independien-tes. Trabajaste como alcalde desde el diálogo, sentando a la mesa a todas las partes siempre. Esta forma de hacer política sin duda se reflejó en las muestras de tristeza con tu partida.

Se va con Andrés un gran compañero, un excelente blanco y un mejor gobernante. Queda con nosotros su legado más importante, su familia, en Felipe y Analía tu huella más importante. A ellos, el mayor de los abrazos.

Nos vamos a acordar de ti en cada obra, en cada plaza, en cada juego, en cada idea que lograste llevar de tu libreta a la realidad. Que en paz descanses Alcalde, en el barrio te vamos a extrañar.

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