Felipe Paullier
Felipe Paullier

Mirar más alto

El martes pasado, el Poder Ejecutivo anunció nuevas medidas dirigidas a los sectores más desfavorecidos por la pandemia y particularmente, a aquellos con mayor impacto por el cierre de actividades dado el aumento de casos que vivimos en nuestro país desde hace algunas semanas.

La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, informó que el gobierno elevó el monto asignado para el Fondo Coronavirus para 2021 a US$ 900 millones. Con este impulso, vuelve a extenderse el monto duplicado del apoyo a través de las Asignaciones Familiares del Plan de Equidad, se duplica nuevamente el monto de la asistencia a personas sin cobertura a través del cupón canasta de TuAPP y se suman nuevas medidas tributarias, exoneraciones y subsidios para pequeñas y medianas empresas.

Además, continúan las políticas focalizadas de apoyo al empleo con flexibilización del seguro de desempleo tradicional, subsidios especiales por desempleo parcial y la extensión de la cobertura de salud de trabajadores dependientes y no dependientes que hayan cesado actividad.

El objetivo de esta nueva batería de propuestas es intensificar el apoyo a los hogares más vulnerables y trabajadores desocupados, así como reactivar la actividad de las micro y pequeñas empresas.

También esta semana, el Frente Amplio reunió a su plenario nacional con el objetivo de analizar la respuesta que viene dando el Estado a la emergencia sanitaria.

Como era de esperarse, la declaración final de dicho encuentro es un despliegue de críticas hacia el gobierno y su accionar, que no incorpora propuestas concretas más que conceptos vagos respecto a la necesidad de mayor “reducción de la movilidad”, pide “medidas más profundas” en materia social, y finaliza con una crítica a la LUC por “concentradora, desestatizadora y represiva”.

Pero lo más preocupante de la declaración del Frente Amplio en este contexto, secundada por anuncios en prensa de sus principales representantes, es que en el momento de mayor complejidad en materia social y sanitaria para el país, la apuesta del principal partido de la oposición sea a radicalizar su discurso al máximo. Catalogar de “barata” la política del gobierno en la respuesta a la pandemia es además de falso, una apuesta a la división y a romper los espacios de diálogo tan necesarios.

Sobre esos puentes y su importancia, la última semana el Presidente de la República demostró una vez más la vocación del gobierno y su apuesta al encuentro nacional. En unos pocos días, Lacalle Pou convocó a los tres intendentes del Frente Amplio, así como a los principales líderes de la coalición, para comunicar en detalle lo realizado y proyectado, y evaluar nuevas herramientas de apoyo a la ciudadanía.

Se suma a estos espacios en el Poder Ejecutivo, la formación de una comisión interpartidaria en el Senado para dar seguimiento a la respuesta a la pandemia que funciona desde hace algunas semanas.

Uruguay y el mundo atraviesan desde hace más de un año una de las más difíciles pruebas de la historia de la humanidad. Simplificar el debate y en particular recurrir al enfrentamiento, solo pone más palos en las ruedas para el desafío que tenemos para salir adelante. Mirar más alto se puede.

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