Felipe Paullier
Felipe Paullier

Futuro Naranja

El pasado sábado 17 de julio se conmemoró un nuevo día nacional para la prevención del suicidio.

Como es habitual en esta fecha, las autoridades del Ministerio de Salud Pública en conjunto con la Comisión Honoraria para la Prevención del Suicidio presentaron las cifras de nuestro país en este tema. La actividad de este año contó también con la participación de autoridades de ASSE, la academia y el Ministro de Desarrollo Social.

Otra vez, los números son muy duros y reflejan un problema que ya es estructural y posiciona a nuestro país muy por encima de la media mundial. Uruguay registró en el 2020 un total de 718 autoeliminaciones, cifra levemente por debajo de las 723 contabilizadas en 2019, pero que lo mantiene con una tasa de 20,3 suicidios cada 100.000 habitantes.

La estadística muestra en lo global una meseta, luego de aumentar paulatinamente desde 1997. Más de un 80% de los suicidios ocurridos en 2020 se dieron en hombres, en tanto la mayor proporción se dio en la franja de 80 a 84 años, que con 36 casos alcanzó un promedio de 51,7 cada 100.000 habitantes.

Sin embargo, un número particularmente preocupante es el relativo a adolescentes y jóvenes, donde se registra un importante aumento en comparación al 2019. El pasado año en Uruguay hubo 193 suicidios entre jóvenes de 15 a 29 años. Un joven cada 3 días se quitó la vida en nuestro país en el 2020 y los suicidios representan la primera causa de muerte en el grupo etario.

El primer paso en el abordaje del tema es reconocer el problema, hablarlo y hacerlo visible. De acuerdo a lo que plantea la Organización Mundial de la Salud, debemos trabajar para mejorar la educación, distribuir información, reducir la estigmatización y aumentar la conciencia de que el suicidio es prevenible.

En estos días, el Dr. Pablo Fielitz, director del Departamento de Salud Mental de ASSE, manifestaba el desafío de adaptar los mecanismos de respuesta del gobierno para llegar mejor a los adolescentes y jóvenes.

En esa dirección debemos caminar, por ejemplo, incorporando la tecnología y el lenguaje de la juventud a los dispositivos con los que hoy se cuenta desde el Estado como son la Línea Vida (0800 0767 y *0767) o la línea de Apoyo Emocional.

Recientemente, desde el Instituto Nacional de la Juventud nos incorporamos a trabajar en el marco de la Comisión Honoraria de Prevención del Suicidio, con el objetivo de desarrollar líneas específicas para los jóvenes.

La problemática requiere un abordaje interinstitucional, sumando al Estado y la Sociedad Civil, incorporando acciones sanitarias pero también educativas y recreativas.

Este 17 de julio, generamos la primera acción de comunicación con este objetivo que denominamos “Futuro Naranja”. La campaña, cuyo mensaje fue construido y protagonizado en un 100% por adolescentes, busca visibilizar el asunto y dar un mensaje al mundo adulto.

Tomar contacto con un especialista en el momento oportuno y estimular a los que tenemos cerca a realizarlo, es el procedimiento de prevención más importante que tenemos a nuestro alcance.

Animarnos a hablar, a escuchar al que necesita un oído, pedir ayuda cuando se requiere. Dar la batalla contra esta otra pandemia tiene que ser compromiso de todos.

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