Felipe Paullier
Felipe Paullier

30 años del INJU

En este 2021, el Instituto Nacional de la Juventud cumplió sus primeros 30 años de vida. Creado con la Ley de Presupuesto del gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera (90-95), su vigencia formal se remonta entonces al primero de enero del año 1991.

En estos treinta años, distintos partidos políticos han transitado por el gobierno y asumido la conducción del INJU. Al analizar cada período en detalle, son enormes las coincidencias y casi unánimes las prioridades trazadas.

La continuidad de este Instituto constituye una política pública en sí misma, que refleja un consenso a nivel de todo el sistema político respecto a la necesidad de contar con un organismo para la formulación, rectoría y ejecución de políticas específicas para el grupo etáreo de 14 a 29 años.

Inclusión y promoción de la autonomía de las personas, espacios para la participación juvenil, orientación, capacitación y primeras experiencias laborales, promoción de la salud y el bienestar de los jóvenes, son algunos de los temas que se repiten en esta historia. Aunque cambien los nombres de los programas e iniciativas, se repiten en estos 30 años objetivos y metas de las acciones.

Fiel a su tiempo, cada etapa del INJU ha marcado sus prioridades. Lo que no cambia en esta historia es la importancia de reivindicar el rol positivo y protagónico de los jóvenes en la agenda, así como su inclusión en la construcción de las políticas.

La continuidad de este instituto refleja un consenso a nivel de todo el sistema político. 

Un Instituto que desde 1991 teje redes con otras instituciones del Estado, empresas y organizaciones de la sociedad civil para defender y garantizar el acceso de las personas jóvenes a todos sus derechos.

Desde su origen, que se remonta a la creación del Centro de Información a la Juventud en el año 1987 y posteriormente el lanzamiento de la Tarjeta Joven en 1990, el INJU ha perseguido el objetivo de poner a los jóvenes en el centro de su agenda.

En un contexto político y social distinto al de hace 30 años, Uruguay continúa necesitando del INJU. En una sociedad que muchas veces mira a los jóvenes con recelo, es necesario promover un cambio cultural y una agenda de transformaciones políticas que permitan el acceso de este grupo etario a espacios de participación y decisión.

En esta etapa particular, el INJU ha sido un actor clave en el desarrollo de políticas específicas dirigidas a necesidades fundamentales de los jóvenes como son el acceso al trabajo y la salud integral.

Entre otras, el Instituto ha sido protagonista en la redacción de la nueva Ley de Promoción del Empleo en personas jóvenes impulsada por el Ministerio de Trabajo y en el desarrollo del programa Yo Estudio y Trabajo que promueve primeras experiencias laborales para jóvenes de 16 a 20 años.

A su vez, en conjunto con ASSE, ANEP y el Ministerio de Salud Pública, nos encontramos impulsando una agenda de cambios y transformaciones priorizando el abordaje integral de la salud mental y la prevención del suicidio en la población adolescente.

Como hace 30 años, nuestra misión está intacta: promover la participación de las juventudes, acercarlas a nuestro Instituto, tocar todas las puertas que se puedan y acompañar particularmente a los que más lo necesitan. En este rumbo caminamos.

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