Felipe Paullier
Felipe Paullier

Más allá del titular

La semana pasada, Uruguay fue sede de la Conferencia de Unesco en el marco del día internacional de la Libertad de Prensa.

La noticia que captó la atención durante gran parte del evento fue la publicación y divulgación del nuevo informe de la organización “Reporteros Sin Fronteras” sobre Libertad de Prensa. Para sorpresa de todos los que participaban en el evento, nuestro país cayó 26 puntos.

Es bien importante, previo a desarrollar conclusiones fatalistas, intentar comprender el por qué de esta caída tan abrupta en solo unos pocos meses. Lo primero y fundamental, el cambio metodológico que introduce la organización en el 2022, lo que obviamente dificulta y hace al menos imprudente comparar resultados de un año a otro.

Al entrar un poco más al detalle del índice y el informe presentado este año, llama la atención, entre otros, el mejor desempeño de países como Costa de Marfil o Burkina Faso, que según la organización, son territorios menos adversos para el ejercicio libre de la prensa que Uruguay.

Dicho índice global, se compone a partir de 5 indicadores: político, económico, legislativo, social y de seguridad. Nuestro país obtiene su peor desempeño en lo que respecta al indicador socio-cultural, que evalúa las presiones sociales basadas en género, clase, origen étnico o religión, donde ocupa la posición 78 de 180 países.

En lo que respecta al índice político, que evalúa el grado de apoyo y de respeto a la autonomía de los medios frente a las presiones políticas ejercidas por el Estado, Uruguay ocupa la posición 44 y es superado en 16 posiciones por Argentina. Para los que conocemos un poco la dinámica de nuestro país en comparación con la vecina orilla, es al menos cuestionable este resultado.

Buscando esclarecer un poco más el asunto, son de interés las declaraciones de Emmanuel Colombié, director de RSF para América Latina, que manifestó que para el informe 2022 se usó una nueva metodología, cambiando los indicadores que se toman en cuenta, y eso hace que la caída en el ranking que sufrió Uruguay deba ser “relativizada”, ya que el país “sigue siendo una excepción en América Latina en lo que tiene que ver con el ejercicio periodístico”.

Sin embargo, inmediatamente de conocerse el titular sobre el desempeño de Uruguay en el índice de RSF, varios referentes de la oposición y algunos periodistas, inundaron sus redes de mensajes dramáticos sobre el ejercicio libre de la prensa en Uruguay.

La reacción, cargada más de un interés militante, hizo acordar a la difusión en manada, liderada por casi las mismas voces, de aquella patética nota televisiva publicada por la DW en mayo del 2021, donde se alertaba sobre el “deterioro” de las condiciones para el ejercicio de la prensa en el Uruguay. Para recordar, la única “fuente” que citaba aquel informe de la TV pública alemana, era la del ex relator para OEA en materia de Libertad de Prensa, Edison Lanza, hoy asesor en comunicación del intendente Orsi.

La motivación por hacer daño al actual gobierno, supera la responsabilidad y el interés general de cuidar la imagen internacional de nuestro país en un tema tan relevante como el de la Libertad de Prensa. En ocasiones, importa ir más allá del titular, para entender mejor la realidad y cuidar los valores que son comunes a todos.

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