ANÁLISIS

Cómo Uruguay utilizó los estudios de los tres premiados con el Nobel de Economía 2022 para enfrentar crisis

Economistas destacaron a El País que una parte de la regulación y supervisión bancaria impulsada por el BCU después de la crisis de 2002 está inspirada en los estudios de Diamond y Dybvig.

El expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Ben Bernanke, uno de los tres premiados este lunes con el premio Nobel de Economía. Foto: EFE
El expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Ben Bernanke, uno de los tres premiados este lunes con el premio Nobel de Economía. Foto: EFE

La información y la serenidad en las crisis financieras, especialmente las importadas, es uno de los principales aportes que se puede tomar de Ben Bernanke, Premio Nobel de Economía 2022 (junto a Douglas Diamond y Phillip Dybvig), según Enrique Iglesias, expresidente del BID, en diálogo desde Madrid con El País.

“En este momento de crisis bancaria, hay que proteger a los países contra eso. Conozco bien a Bernanke, lo conocí cuando estaba en Washington. Escribió el estudio más importante sobre la crisis de los años 30, dirigió la Reserva Federal (Fed) en los tiempos de la última crisis de 2008 y las siguientes. Es un hombre sereno, gran piloto en épocas de tormentas financieras, muy útil en estos momentos del mundo. Muchas veces se suben las tasas de interés o se toman otras medidas rápidas en medio de las crisis, pero hay que ir despacito. Eso es lo que enseña Bernanke”, dijo Iglesias.

“Ahora se viene un mundo complicado y no hay que manosear las cosas económicas, hay que manejarlas con cuidado. Por eso este hombre (Bernanke) es un ejemplo de cordura y sensatez”, agregó.

Consultado sobre las crisis “importadas” desde Argentina que impactan en Uruguay, contestó: “Si el FMI no le puede encontrar soluciones, ¡quién las puede encontrar! Los países también tienen que poner cosas de adentro, porque, si no, que venga todo de afuera, no se puede arreglar”.

BCU

El economista Aldo Lema destacó a El País que una parte de la regulación y supervisión bancaria impulsada por el Banco Central (BCU) después de la crisis de 2002 está inspirada en los estudios de Diamond y Dybvig (y otros relacionados), como ser la implementación de seguros de depósitos para evitar corridas bancarias.

“Diamond y Dybvig desarrollaron un modelo simple, pero riguroso, para explicar el funcionamiento de los bancos, pero sobre todo las corridas bancarias. De ahí concluyeron sobre los problemas de instalar corralitos en los pánicos bancarios y la bondad de implementar seguros de depósitos, como medida regulatoria y preventiva”, afirmó.

Marcelo Sibille, gerente senior de Consultoría de KPMG, explicó a El País que los tres premiados (Bernanke, Diamond y Dybvig) resaltan la importancia de un ente regulador para prevenir crisis bancarias y coincidió con los otros economistas sobre el aprendizaje que Uruguay ha tenido a partir de los conocimientos de estos autores.

“El aprendizaje más reciente en Uruguay fue tras la crisis de 2002. En 2008 se creó, por ley, la Corporación de Protección del Ahorro Bancario, que entre otras funciones administra el Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios. De este modo, las personas con depósitos por hasta US$ 10.000 no tienen que temer en caso de liquidación de su banco, pues el seguro les restituirá el 100% del ahorro. Se elimina entonces el riesgo de corrida de pequeños y medianos depositantes, minimizando el riesgo sistémico”, dijo Sibille.

Pablo Rosselli, economista y socio de la consultora Exante, puso foco en la credibilidad en los bancos, en la medida en que el quebranto de ésta puede arrastrar o desestabilizar todo el sistema financiero.

Precisamente, la falta de credibilidad en los bancos en los años 30, impidió que el crédito creciera y eso generó una depresión económica más prolongada. “Los estudios (de los tres premiados) ayudaron a entender que el mal funcionamiento del sistema bancario y del crédito fue un componente fundamental de esa Gran Depresión. También sirvió para la crisis del 2008, cuando Bernanke ya estaba al frente de la Fed”, afirmó.

Por esa experiencia en los años 30, Bernanke supo cómo responder en el 2008, tratando de preservar el sistema bancario y evitar una contracción mayor del crédito a la que ya estaba ocurriendo.

Rosselli afirmó que en Uruguay, a partir de los estudios de los tres autores, también se entendió mucho más el fenómeno de las corridas bancarias. “El negocio bancario funciona sobre la lógica de que solo una fracción pequeña de los depositantes ejecutan sus derecho de retirar sus depósitos, cada tanto tiempo. Pero se pueden dar retiros masivos. Diamond y Dybvig aportaron la conclusión de que los bancos pueden sufrir corridas bancarias aun cuando sean solventes”, dijo Rosselli.

Antes se pensaba que las corridas se daban en bancos insolventes, o bajo riesgo de estarlo, pero no siempre es así.

Esto saca a relucir la necesidad de credibilidad para el buen funcionamiento del sistema financiero y de activar mecanismos como los seguros de depósitos, que no existían en Uruguay antes de 2002. “Con la crisis de 2002, los depositantes no tuvieron un rescate estatal”, agregó.

Lo cierto es que si los depositantes cuentan con un seguro de depósitos, es menos probable que ocurran corridas bancarias. “La solución más adecuada es tener un mecanismo donde este tipo de seguro cubra hasta ciertos umbrales y que, por arriba de éstos, que las pérdidas eventualmente sean sufridas también por los depositantes”, opinó el economista.

Otra solución que plantean los tres galardonados con el Premio Nobel de Economía es que los bancos centrales no solo garanticen los depósitos, sino que sean prestamistas de última instancia.

En la crisis económica de hipotecas subprime de Estados Unidos de 2008, el rol de prestamista de última instancia estaba bien definido hacia los bancos comerciales, pero no hacia otras instituciones financieras. Las lecciones de los investigadores también llevaron a tomar buenas medidas a ese nivel.

Evolución de las teorías económicas

El economista Aldo Lema explicó el estudio del Premio Nobel Ben Bernanke, quien abordó los aspectos no monetarios de la crisis financiera de 1929.

Lema señaló que hasta los años 80, los estudios de La Gran Depresión liderados por Milton Friedman se habían focalizado en la mala reacción de la Reserva Federal, que contrajo el dinero en vez de expandirlo y bajó tarde y lentamente la tasa de interés. “Al estudiar los canales de la liquidez, el crédito y otros, Bernanke concluyó que también habían faltado políticas de estabilización financiera a principios de los 30 y eso había convertido la crisis en una gran depresión”, enfantizó Lema.

La crisis económica derivó en una corrida bancaria que llevó a más de 10.000 bancos a la quiebra y ese espiral fue abordado tarde, recién en 1933.

“Por eso fue clave que Bernanke fuera el presidente de la Reserva Federal cuando irrumpió la crisis de 2008 y que como pocos había estudiado La Gran Depresión. Validó la importancia de las causas monetarias que Friedman había advertido y era muy consciente (porque lo había estudiado) de la necesidad de estabilizar el sistema financiero y evitar que la corrida creciera. Cometió errores, por cierto, pero estaba preparado para reaccionar correctamente y resolverlos a tiempo”, dijo Lema.

La Fed y el Banco Central Europeo han tenido una fuerte inspiración en la investigación que se suscitó en los trabajos de la Gran Depresión de los tres autores premiados.

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