Los 14 tipos de dólar que hay en Argentina y la historia de cuando en Uruguay pasó algo similar
La última innovación financiera del gobierno argentino: el dólar Qatar. Esta nueva denominación tomará cada dólar a (con los recargos e impuestos que tiene) a 314 pesos argentinos.
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El relacionamiento de los argentinos con el dólar es cercano a lo patológico. Cada vez que la economía marcha mal (porque hay elevada inflación, porque hay recesión, porque la deuda del gobierno es impagable, o simplemente porque hay incertidumbre y temor sobre el gobierno de turno), los argentinos ven al dólar como la medicina para todos esos males.
La situación es cada vez más compleja y desde que el 1° de setiembre de 2019 el gobierno de Mauricio Macri reintrodujo el cepo cambiario (las restricciones para que personas y empresas accedan a comprar dólares), el control de cambios ha ido en aumento.
La falta de reservas en el Banco Central argentino (BCRA) lleva a que el gobierno de Alberto Fernández restrinja cada vez más las opciones para acceder a dólares y se introduzcan impuestos y recargos a operaciones legales (como comprar un paquete turístico con tarjeta) para frenar (mediante el encarecimiento) la sangría de divisas.
Así se ha llegado a la actualidad donde coexisten 14 tipos de cambios diferentes (u operativas que permiten acceder o gastar en dólares según detalló el periódico argentino Ámbito Financiero, ver aparte). Estos dólares varían según la actividad o el destino de su uso, con valores que prácticamente duplican al oficial.
La última innovación financiera del gobierno argentino es el llamado dólar Qatar, que rige desde ayer. Esta nueva denominación tomará cada dólar a (con los recargos e impuestos que tiene) a 314 pesos argentinos para diversos consumos que incluyen viajes y compras en el extranjero cuando se supere el tope de US$300 al mes.
Se le llama así considerando los posibles viajes, alojamiento, y demás gastos en el exterior vinculados al Mundial de Fútbol Qatar 2022 que comenzará el mes próximo.
Uruguay
Desde Uruguay esto parece como algo bastante ajeno ya que en el país hay libertad de movimientos de capitales, compra de dólares, ahorro y gasto en la moneda estadounidense.
Sin embargo, la historia uruguaya del siglo XX registra antecedentes similares a los que vive hoy Argentina.
Así en octubre de 1931 el gobierno de la época (presidido por Gabriel Terra) se estableció un control de cambios al abandonar el patrón oro (fijaba la moneda en términos de determinada cantidad de oro).
Como es usual en los mercados controlados, en pocos meses se estableció un mercado de cambios paralelo (“negro) que el Banco República (BROU, entonces emisor del peso uruguayo) intentó reprimir. “Reconociéndose incapaz de hacerlo eficazmente”, en 1934 el BROU autorizó un tipo de cambio libre, luego denominado “libre financiero”, sostuvo Ramón Díaz en su libro “Historia económica del Uruguay”.
Coexistieron entonces dos tipos de cambio: uno para las exportaciones y las importaciones, que era controlado por el BROU, y otro fijado libremente por el mercado para transacciones en cuentas corrientes sobre invisibles (por ejemplo turismo) y transacciones en cuenta de capital. Según Díaz, eso permitió la entrada y salida de capitales, una “insólita libertad bajo un régimen de control de cambios”.
Luego se agregó otro tipo de cambio, conocido como “compensado”, que era un promedio entre el oficial y el libre financiero que el BROU pagaba a ciertos rubros exportables. En 1937 se consolidó el sistema de tipos de cambio múltiples al diferenciarse para exportaciones e importaciones.
En su libro “El declive” el economista Gabriel Oddone apunta a que las diferencias cambiarias a favor del Estado “fueron utilizadas para cubrir el mayor costo de la deuda externa y el pago del sobreprecio a la compraventa de divisas”.
Con la ley 10.000 de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, se estableció el Contralor de Exportaciones e Importaciones por el que una comisión controlaba “los valores, destinos y procedencias de los productos que exporte el país y de las mercaderías importadas”, y también intervenía “en la distribución individual del cambio extranjero y otorgará las autorizaciones de importación”.
El BROU debía realizar una previsión sobre la disponibilidad de divisas que aportaría la venta de los exportadores al año siguiente y se repartían las divisas de acuerdo con los antecedentes de cada empresa (producción, número de empleados, exportaciones o importaciones, entre otros factores). Prácticamente cada rubro de exportación tuvo un valor diferente al cual cambiar sus divisas. Los que podían hacerlo a un precio más alto eran las de mayor valor agregado, lo que era consistente con una política de sustitución de importaciones.
Este escenario llevó a que los agentes económicos tuvieran dos comportamientos, según Oddone. Por un lado acortaron cada vez más sus horizontes de planificación y por otro tuvieron “un creciente estímulo para dedicar tiempo y talento a lograr que la política discriminara en su favor o, al menos, no discriminara en su contra”.
Según Díaz, el sistema “era sumamente propicio para fomentar la corrupción”: por ejemplo tratar de hacer pasar una mercadería por otra para obtener un tipo de cambio más alto.
Desde al menos inicios de la década de 1950 las cuentas deficitarias de los gobiernos fueron cubiertas con emisión de dinero nuevo, lo que desde mediados de esa década abrió un ciclo de casi medio siglo de inflación de dos dígitos y de constantes devaluaciones abruptas.
Prueba de las presiones de diferentes grupos económicos es que hacía 1956 existían 11 tipos de cambio diferentes, similar a lo que ocurre actualmente en Argentina.
Eso culminó en 1959 con una reforma monetaria y cambiaria que eliminó el control de cambios y devaluó el peso uruguayo (ver aparte). [CON INFORMACIÓN DE LA NACIÓN / GDA]
Los 14 dólares distintos que tiene Argentina
Es el tipo de cambio de referencia y es utilizado por las empresas que deben cancelar vencimientos en moneda extranjera. Ayer cotizaba a 157,2 pesos arg.
También es un dólar oficial, pero en este caso es intercambiado en el segmento donde operan bancos y agentes de comercio exterior.
Este es un tipo de cambio informal. Se comercializa en las llamadas cuevas o a través de “arbolitos”. Ayer cotizaba a 289 pesos argentinos.
Es al que accede legalmente cada persona hasta un máximo de US$ 200 por mes. Al valor del dólar oficial, se le aplica un recargo de 65% por impuestos.
Surge de cambiar pesos por dólares en el exterior mediante la compra (en pesos argentinos) y venta (en dólares) de acciones y títulos de deuda.
Surge mediante la compra de bonos en la bolsa de Buenos Aires con pesos argentinos y la venta del mismo título en dólares. Ayer cotizaba a 295 pesos arg.
Son certificados de depósitos que representan acciones de empresas que cotizan en el exterior y no en Argentina. La operativa es similar al “Contado con...”
Comprar Letras del Tesoro en pesos argentinos es otra forma de dolarizarse, ya que algunos títulos de corto plazo cotizan en moneda local y en dólares.
Mediante la compra de criptomonedas se accede a dólares opera por encima de 300 pesos argentinos. Hay diferentes cotizaciones según la billetera virtual.
Los servicios de streaming (Netflix, Amazon Prime, Disney+, etc.) se pagan con tarjeta y el dólar al que se pagan es el oficial más un 76% de recargo.
Los gastos en dólares con tarjeta en pasajes y paquetes turísticos que superen US$ 300 al mes pagarán un 25% extra (ya pagaban 75% de recargo)
Es para gastos en dólares con tarjeta en servicios turísticos que no superen los US$ 300, que pagan el 75% de recargo (a diferencia del 100% del Qatar).
La compra de bienes suntuarios o de “lujo” en el exterior pagará un 25% extra (ya tenían el 75% de recargo) respecto al tipo de cambio oficial.
Es un dólar diferencial para servicios de recreaciones y actividades artísticas contratados en el exterior y tiene un recargo del 30% sobre el oficial.
Recién en 1974 Uruguay terminó con los múltiples
En 1959 con la llegada del Partido Nacional al gobierno y de Juan Eduardo Azzini al Ministerio de Hacienda, se implementó una reforma cambiaria y monetaria por la que se derogó el control de cambios y se devaluó el peso. A partir de allí el tipo de cambio se fijaría libremente por la oferta y la demanda.
Sin embargo, desde el primer día de vigencia de la reforma (1° de enero de 1960) el BROU intervino en el mercado comprando y vendiendo dólares a 11 pesos de la época. Ese tipo de cambio, en los hechos fijo, permaneció hasta mayo de 1963, cuando se devaluó el peso uruguayo y el dólar pasó a valer 16 pesos.
Luego se establecieron dos tipos de cambio: en 1965 el precio oficial del dólar era de 24pesos mientras en el mercado libre valía 80 pesos. Las devaluaciones fueron una constante en esos años y también la inestabilidad de precios.
Finalmente en 1974, ya en plena dictadura y con Alejandro Végh Villegas como ministro de Economía, se regresó al libre mercado cambiario: el tipo de cambio se regularía “por el libre juego de la oferta y la demanda”, según la circular del Banco Central (BCU) que desde 1967 había desplazado al BROU como autoridad monetaria.
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