ACUMULAR RESERVAS

La tarea urgente que tiene el gobierno argentino ante la falta de dólares

El nuevo ministro de Economía argentino, Sergio Massa tiene el desafío de acumular reservas en el Banco Central para evitar una abrupta devaluación del peso.

El presidente argentino Alberto Fernández junto a Sergio Massa. Foto: La Nación (GDA)
El presidente argentino Alberto Fernández junto a Sergio Massa. Foto: La Nación (GDA)

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La tarea más urgente que deberá encarar Sergio Massa, el nuevo ministro de Economía de Argentina, será la acumulación de reservas en el Banco Central para evitar una devaluación abrupta del peso.

A contramano de la abundancia de pesos derivada de los crecientes niveles de emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal, el Banco Central no cuenta con dólares suficientes para sostener por mucho tiempo más el actual esquema de mini devaluaciones controladas del tipo de cambio oficial.

Las reservas netas, que incluyen las correspondientes a las tenencias de oro y a los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI), suman unos US$ 4.800 millones. Sin esos aportes, las reservas estrictamente líquidas son negativas.

Hasta ahora, el gobierno de Alberto Fernández ha venido enfrentando esa severa escasez de reservas con el lanzamiento de medidas acotadas que buscan ampliar la oferta de dólares en el mercado de cambios.

La última de esas apuestas es el llamado “dólar soja”, un nuevo instrumento por el que se les otorga a los productores agropecuarios un tipo de cambio más elevado que el oficial como incentivo para que liquiden los granos que mantienen retenidos en silobolsas.

La medida del "dólar soja" sigue teniendo gusto a poco frente a la cotización de los dólares paralelos.

La medida, anunciada el martes pasado, regirá hasta el 31 de agosto en un intento por acelerar la liquidación de soja en las próximas cuatro semanas, período en que aún se mantendrá alta la demanda de divisas para las importaciones de energía.

No obstante, en medio de las fuertes tensiones internas dentro de la coalición del gobierno sobre el rumbo de la economía, en general, y sobre la relación con el sector agropecuario, en particular, los incentivos otorgados lucen escasos.

La medida tiene como principal beneficio para los productores que un 30% del valor de venta de los granos de soja puede ser convertido al denominado “dólar ahorro”, que cotiza a 227 pesos argentinos.

Esta opción les da a los sojeros una ventaja cambiaria dado que podrán dolarizar el producto de sus ventas a una cotización menor a la del dólar marginal –o “blue”-, que se transa en las cuevas a unos 298 pesos argentinos.

En tanto, el restante 70% de la venta de granos podrá contar con una cobertura frente a una eventual devaluación. Los productores podrán realizar un depósito a la vista en las entidades financieras con retribución diaria variable en función de la evolución del tipo de cambio oficial.

Soja. Foto: Archivo El País
Soja. Foto: Archivo El País

“Hasta el lanzamiento de la medida, la soja se tenía que seguir liquidando al tipo de cambio oficial –en torno a los 130 pesos argentinos- menos las retenciones, lo que implicaba un dólar de 88 pesos argentinos. Con este nuevo mecanismo, se llegaría a un dólar de unos 100 pesos argentinos. Hay una mejora de un 13%. No es cero, pero sigue teniendo gusto a poco frente a la cotización de los dólares paralelos. El productor que esté urgido por vender tal vez aproveche esta mejora parcial, pero no parece una oferta demasiado generosa”, dijo a El País la economista María Castiglioni, directora de la consultora C&T Asesores Económicos.

El incentivo temporario apunta a acelerar la liquidación de la soja que viene siendo retenida por los productores como resguardo de valor ante la incertidumbre económica y la necesidad de proteger sus activos para poder encarar la próxima campaña.

Si bien desde mediados de junio se registró una ralentización de la liquidación ante la fuerte alza de los dólares paralelos y las crecientes expectativas de devaluación del tipo de cambio oficial, el ritmo registrado hasta fines de julio no dista mucho del de años anteriores.

De una producción total en la última campaña de 43,3 millones de toneladas de soja, restan comercializar por parte de los productores entre 28 y 29 millones de toneladas, que a precio de exportación representan unos US$ 14.000 millones.

Pese a eso, el presidente Fernández viene acusando a los productores agropecuarios de “especuladores” por no vender su producción de soja, que estimó en US$ 20.000 millones.

MEDIDAS

¿Más incentivos?

El “dólar soja” no es la única medida lanzada en Argentina durante las últimas semanas con el objetivo de incrementar la oferta de dólares en el mercado de cambios.

El 21 de julio el gobierno habilitó a los turistas extranjeros a que puedan vender en bancos o casas de cambio hasta US$ 5.000 ya no a la cotización del tipo de cambio oficial sino a la del dólar MEP. El valor implícito de ese dólar financiero, que surge de la compra de un bono en pesos para su posterior venta en dólares, es un 107% superior al oficial.

No obstante, hasta ahora esas medidas parciales y de difícil aplicación no fueron suficientes para revertir la sangría de reservas. Ante la sostenida demanda de dólares para importaciones de energía, en julio el saldo de compraventa de divisas que efectúa el Banco Central en el mercado de cambios arrojó un resultado negativo cercano a los US$ 1.300 millones.

Jorge Neyro: "Se está produciendo una devaluación en cuotas, pero sin los beneficios de una devaluación general".

A eso se suma que tras la mejora del tipo de cambio de exportación a los productores sojeros, representantes de otros sectores, desde las pymes industriales hasta los empresarios bodegueros de Mendoza, reclaman un trato similar.

“Ante la negativa del gobierno a convalidar una devaluación general, hay una carrera por conseguir tipos de cambios diferenciales. Se está produciendo una devaluación en cuotas, pero sin los beneficios de una devaluación general. Cuando se inventan regímenes para distintos sectores, todos se sienten con derecho a reclamar, y eso complejiza aún más la administración de las reservas”, dijo a El País el economista Jorge Neyro.

Sergio Massa y Alberto Fernández. Foto: presidencia argentina.
Sergio Massa y Alberto Fernández. Foto: presidencia argentina.

Frente a ese escenario por demás complejo, Massa deberá implementar con urgencia medidas que equilibren el mercado de cambios.

Ante el riesgo de que una devaluación brusca del tipo de cambio oficial impulse aún más a niveles de inflación que ya se proyectan por arriba del 80% para este año, entre las medidas que el nuevo ministro de Economía anunciará el próximo miércoles se especula que habrá beneficios más amplios para los productores agropecuarios.

Una de las opciones en estudio es que, por un plazo determinado, los productores puedan liquidar la soja al valor del dólar MEP, lo que implicaría una mejora del precio superior al 100%.

Con eso, los economistas que trabajan con Massa creen que la oferta de dólares podría multiplicarse a corto plazo. Sin embargo, aún resta saber si ese enfoque favorable al sector agropecuario tendrá el aval político de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Menos dólares
El Banco Central cerró julio con el peor saldo por ventas de reservas en 22 meses 
Banco Central argentino. Foto: La Nación (GDA)

El Banco Central debió aportar el viernes otros US$ 140 millones de sus golpeadas reservas al mercado cambiario oficial, razón por la que cerró el julio con su peor saldo de intervenciones para ese mes en más de 20 años, lo que supone además el registro más desfavorable al respecto desde septiembre de 2020.

La entidad clausuró el mes con ventas por unos US$ 1.275 millones, según dejó trascender, lo que deja su tenencia de reservas netas en los términos en que las mide el FMI en torno a los US$ 1.300 millones y explica por si sólo las decisiones tomadas esta semana que va desde la creación del “dólar soja” (que estaría accesible desde el lunes para los productores que accedan a vender granos) hasta el inédito aumento de 800 puntos básicos dispuesto ayer para las tasas de interés más referenciales de la economía, algo que apunta a evitar facilitar el denominado “bicicleteo”.

Además cerró el día con descenso de US$ 974 millones en sus reservas brutas que cayeron de US$ 39.214 millones a US$ 38.240 millones por un nuevo pago de capital e intereses a ese organismo por la deuda contraída en 2018 y refinanciada desde marzo.

[EN BASE A LA NACIÓN/GDA]

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