EMPRESARIA PROTAGONISTA

Con un préstamo de US$ 5000, abrió el primer servicio de compañía del mundo en Uruguay

Muchos decían que su inédita idea de negocios iba a fracasar, pero Alicia Esquiera en 1991 creó la empresa Secom con el apoyo de sus amigos. Hoy, la empresaria habla de la competencia y mucho más.

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Alicia Esquiera, directora de Secom. Foto: Leonardo Mainé.

Hace 31 años creó la primera empresa de servicio de compañía de Uruguay y del mundo. Nació en Tacuarembó, se crió en Las Piedras con su abuelo Hipólito y en Montevideo se recibió de maestra y de profesora de manualidades en Las Hermanas Vicentinas. “Transite mucho en la pobreza. Tuve varias piedras en el camino de joven y como empresaria, y eso te hace pensar, razonar y crecer; también te hace fuerte”, afirma la directora de Secom. El canto es su pasatiempo y los caballos su pasión. “Tengo caballos de equitación; apoyo el tratamiento de equinoterapia porque el contacto con el caballo es sanador”. Está casada con Nelson y no tiene hijos.

A continuación un resumen de la entrevista de El País con la directora de Secom.

—Las distintas enfermedades que padeció durante su juventud, fue el disparador para crear una empresa pionera de compañía en sanatorio y domicilio en Uruguay y en el mundo. ¿Qué dificultades tuvo que superar para emprender?

—Nadie creía, ni en mi familia, que mi idea iba a funcionar. El estudio de prefactibilidad estableció que en tres años iba a estar con números en rojo. Ante esta situación, yo decía que la idea iba a funcionar y que no iba a parar hasta verla funcionando. En principio, opinaban que nadie quería dejar en manos extrañas el cuidado de alguien muy querido: un familiar. Pero yo pensaba que podía existir una mutualista dedicada al cuidado y compañía de personas enfermas. Pagando una cuota, se tenía derecho a recibir de compañía a una persona preparada y capacitada para cuidar. Yo soy de una familia numerosa, pero todos trabajaban y vivían en distintos lugares del país, de modo que no me podían venir a cuidar cuando estaba enferma en casa o estaba internada.

—Hace más de 30 años se encontró con una necesidad y la transformó en un negocio. ¿Parece fácil abrir y desarrollar una empresa en Uruguay?

—Hubo varios hechos que se fueron alineando. Las enfermedades se fueron haciendo cada vez más complejas, inclusive con intervenciones quirúrgicas. Secom es una empresa moderna pensada parar los tiempos modernos. Hoy todos trabajamos y no se tiene el tiempo necesario para cuidar a nuestros familiares.

—¿Cómo consiguió el capital inicial?


—En el inicio fuimos tres socios. Uno de ellos se retiró de la empresa antes ir a pérdida durante los tres primeros años, tal como establecía el estudio de prefactibilidad. Yo le terminé comprando la parte sin tener plata, aunque solicité tiempo para pagar. Pidiendo dinero entre amigos, logré reunir US$ 5000 para abrir Secom.

—¿Qué ocurrió el 28 de agosto de 1991?

—Comencé a trabajar desde casa antes. Pero la formalidad de la creación de la empresa, se la dio el primer socio. Cuando fui a la imprenta para contar con folletería, facturas, papelería membretada, su dueño —Eduardo Seoane—, se transformó en el primer socio tras explicarle mi idea sobre el servicio de compañía, que no existía en Uruguay ni en el mundo. Seoane confío en mí y Secom comenzó ahí, el 28 de agosto de 1991. Subí corriendo la escalera de casa con felicidad cuando tuve al primer socio. Hoy tenemos 150.000 afiliados, más de 2000 empleados de los cuales 1500 son los acompañantes.
En este recorrido, también me ayudaron en los comienzos varios medios y periodistas, como es el caso de Gustavo de los Santos, en El Tren de la Noche, Omar Gutiérrez, Cristina Morán, Julia Möller. El diario El País, primero siempre, también me ayudó, con un especial recuerdo a “Blanquita” Aguirre, Lucy Fernández y Marta Aguiar.

Un robot (de acompañante) no da amor ni te entrega una tierna caricia. Tampoco tiene empatía, aunque te puede entregar un vaso de agua”.

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Alicia Esquiera, directora de Secom.

—¿Cómo es la relación con la competencia? ¿Cuál es el nivel de fidelidad?

—Siento que hubo una misión cumplida con el arranque de Secom. Pero hoy más que nunca se nota que la gente precisa del servicio de compañía. Somos la segunda familia de cada socio. La mayoría de las empresas de la competencia nacieron de Secom. Fueron creadas por ex empleados de Secom. Hay competencias que califico de normal y otras más agresivas. De todos modos, las personas terminan por volver y lo tenemos medido. La fidelidad nosotros la trabajamos día a día, inclusive a través de distintas iniciativas y acciones de la Fundación Secom.

—¿La relación calidad - precio termina de inclinar la balanza a favor de Secom?

—Yo no entro en “guerra de precios”. Pueden comercializar a $50 el servicio, pero primero está la calidad. Nuestra empresa está certificada con las normas de calidad ISO hace más de diez años, que abarca a todos los procedimientos. Apostamos a mejorar cada día. El grupo de acompañantes, que en su mayoría son mujeres, desarrolla la actividad desde el corazón. Hay amor hacia el socio... y con eso no se puede competir.

—Este año abrió una sucursal en la ciudad de Tacuarembó. ¿Por qué descartó el modelo de franquicias, sobre todo, para tener presencia en el interior?

—Abrí en Tacuarembó en agradecimiento porque fue el lugar donde nací. Creo que va a ser la última apertura de sucursales, porque todo el personal de una sucursal debe ser de la localidad, ya que el servicio de compañía se presta desde la cercanía. No soy desconfiada en el sistema de franquicias. Me gusta la presencia directa, quiero estar al frente de la empresa que he creado hace 31 años.

—¿Y desembarcar en el exterior tampoco es posible?

—No entienden la filosofía de Secom en el exterior. No puedo perder tiempo en ir y venir. ¿Me cuesta delegar? Me cuesta dejar a mi hijo, que es Secom. Y por más que los hijos crecen, los padres siempre ven a sus hijos pequeños.

—¿Es difícil encontrar 1400 acompañantes y 150.000 afiliados en San Pablo?

—Los puedo conseguir más rápido que acá... Hice un intento en Buenos Aires, en el barrio de Belgrano, que tiene la misma cantidad de habitantes que Montevideo, pero las distancias son mucho más largas que acá. No es fácil conseguir gente local de Belgrano para que preste el servicio de compañía. Son distintas economías y distintos pensamientos. En el exterior, no hay empresas como Secom. Nos pidieron ayuda desde el exterior pero el servicio de compañía está hecho para Uruguay. Otro fenómeno de estos últimos años en el país es que las enfermedades y las intervenciones quirúrgicas se hicieron cada vez más complejas. También notamos que ahora muchos jóvenes se enferman y tienen a sus padres y familiares directos activos.

—¿Qué formación reciben los acompañantes en la Escuela de Capacitación de Secom?

—Preparamos a nuestro equipo sobre un correcto manejo de la terminología médica ante la variedad de enfermedades, para una adecuada comunicación entre el afiliado enfermo y su círculo familiar. Además, se pone énfasis en aspectos que hacen al confort y la contención del paciente; somos su segunda familia. También, se apunta a un excelente relacionamiento con los profesionales de la salud, desde la cooperación y coordinación. Esta capacitación dura un año con 250 horas de cursos. Al final se reciben con la certificación del caso. El acompañante no puedo ser reemplazado por la tecnología y la inteligencia artificial, porque un robot no da amor ni te entrega una tierna caricia. Tampoco tiene empatía, aunque te puede entregar un vaso de agua. El paciente, hasta el último momento de su vida, precisa la mano del acompañante. “El amor es amor”, como canta Rafael.

—¿Cómo impactó la pandemia a Secom?

—Nosotros no cerramos, aunque en marzo de 2020 del COVID no se sabía nada ni de las vacunas. Y el paciente de COVID, a su vez, iba a un área especializada del sanatorio o al CTI, de modo que allí no se podía prestar el servicio de acompañante al socio. Al resto de los afiliados enfermos, los seguimos cuidando con todos los recaudos sanitarios del caso. Tuvimos que enviar a un importante número de colaboradores al seguro de paro y complementamos sus ingresos en dinero, junto a una canasta familiar.

—¿Existe una nueva ola de COVID en Uruguay? ¿Cuál es el nivel de gravedad?

—Sí, hay un rebrote, pero no sería tan grave como las olas anteriores de COVID. En los casos que tenemos conocimiento, al paciente le da como una gripe importante, con presencia de fiebre solo en algunos casos. Nos debemos cuidar con lavado de manos y tapabocas como señalan los infectólogos... y vacunación. En Secom no exigimos a los acompañantes estar vacunado, aunque todos nuestros afiliados solicitaban personal con vacunación.

—¿El Sistema Nacional de Cuidados es competencia de Secom?

—No lo veo como una competencia y nunca lo cuestioné. Estoy abierta para aquello que las autoridades entiendan oportuno considerar sobre el tema de los cuidados,

“Es lamentable la violencia contra las maestras. Hoy no podría ser maestra, porque se perdió el respeto”.

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Alicia Esquiera, directora de Secom.

—Antes de crear Secom, fue maestra de tiempo completo entre el interior y Montevideo. ¿Qué recuerda de aquellos años?

—De mañana era maestra en la escuela rural de Toledo (Canelones), en el medio del campo, y en la tarde daba clases en Montevideo. Era en la época en que las maestras nos llevábamos los cuadernos a corregir a casa. Siempre había una comunicación con el niño y sus padres, que era un hecho fundamental.

—Hoy hay varios episodios de violencia de los padres de los alumnos contra las maestras. ¿Algo cambió, no?
—Es un hecho lamentable. Quien enseña merece respeto, por algo la maestra llegó a estar al frente de una clase y tiene su carrera. Hoy no podría ser maestra, porque se perdió el respeto entre los tres: padres, alumnos y la maestra. Ahí hay un triángulo de actuación que debe ser perfecto. Se cortó la comunicación y a los que estamos perjudicando es a los niños, que son el futuro del país. En este tema de la educación hay una máxima: “si no se quiere estudiar, hay que ir a trabajar”. En Secom hay varias personas que están trabajando y además hacen una carrera profesional.

—¿Cómo piensa que va a seguir Secom sin Alicia?
—Tengo todo organizado para ese momento de pasar el mando... Es cierto que nunca me plantearon comprar la empresa y tampoco estoy cerrada a una venta. ¡Pero hay Alicia para rato!

“La Fundación Secom hace muchas cosas maravillosas”

Tanto la Fundación Secom como el teatro La Colmena, son claves en la organización.
“La Fundación hace muchas cosas maravillosas”, dijo Esquiera, para agregar: “Comenzamos a tejer en las plazas para entregar prendas de lana en barrios socialmente vulnerables. Últimamente, Tres Cruces Shopping nos proporciona el lugar y la lana”. La Fundación también organiza diversos talleres, destinados como contribución a todos los socios de Secom. Y desde La Colmena se organizan varias obras solidarias.

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