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Los datos que “preocupan” del exterior y la fortaleza que tiene Uruguay

Expertos analizaron la coyuntura económica del mundo y cómo afecta al sector local para el 2023.

Foro ACDE. Foto: @ACDE_Uruguay.
Foro ACDE. Foto: @ACDE_Uruguay.

Se abren interrogantes sobre las perspectivas económicas para el 2023 y sobre cómo impacta en Uruguay la situación económica y política actuales de las principales potencias mundiales y de los países vecinos.

De eso y más se debatió ayer en el Foro ACDE en la UCU Business School, donde algunos de los principales analistas de la economía uruguaya respondieron las interrogantes mencionadas anteriormente. Por segundo año consecutivo, el equipo económico no concurrió al Foro ACDE y la entidad organizó uno con economistas.

En cuanto a la historia más cercana a nivel global, Javier de Haedo, Director del Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica, sostuvo que se observa una gran expansión monetaria debido a la pandemia y a la guerra entre Ucrania y Rusia. Debido a ello, cree que se generó un “shock de oferta”, y que en dicho contexto la inflación “vuela como hacía décadas no ocurría”.

Además, señaló que las grandes potencias subestimaron este problema ya que la reacción de los bancos centrales del hemisferio norte fue tardía, y es por esto que la inflación demora más tiempo en volver a niveles aceptables.

“La tasa de interés sube más rápido y más alto de lo que hubiera sido necesario si se encaraba a tiempo el problema, produciendo un costo mayor en nivel de actividad económica y empleo”, agregó.

Todo esto impacta sobre las economías emergentes -como la uruguaya, por ejemplo- ya que el shock externo negativo contribuye a la desaceleración de la economía, abriendo paso a un aumento del tipo de cambio real.

En cuanto a los vecinos de Uruguay, De Haedo opinó que la situación de Brasil refleja un escaso crecimiento estructural de la economía, ya que en los últimos 10 años creció un 0,4% anual, mientras los demás países emergentes crecieron un 4,1%.

Aún así, destacó que Brasil tiene un banco central efectivo con una buena reputación, sumado a que cuentan con una moneda única y propia, a que su inflación está en descenso, ya que había llegado al 12% y ahora está en el entorno del 6%.

Por otro lado, la política económica en Argentina ha generado inflación, pobreza y escasez de divisas, según De Haedo.

“La corrección de esta situación es difícil, más allá de quien sea electo en el próximo gobierno. Es un país que va a quedar empobrecido y barato por tiempo indefinido, un dato preocupante para la economía uruguaya, independientemente del gobierno que venga”, agregó.

“Esto va a llevar a un equívoco en cuanto a la información, ya que este año el gobierno informará un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) entre el 5,5% al 6%, es decir, una tasa espectacular, pero la mayor parte de dicho crecimiento no es de este año, sino del anterior, por un arrastre estadístico, ya que en realidad en 2022 Uruguay tendrá un crecimiento superior al 2%”, afirmó.

En relación al empleo sucede lo mismo, ya que este año se informará un incremento promedio de 40.000 puestos de trabajo, pero esto también es una herencia y arrastre estadístico del 2021.

Por su parte, Tamara Schandy, socia de Exante, hizo énfasis en que el mundo está atravesando un fenómeno inflacionario que no tiene precedente en los últimos 30 o 40 años, ya que la inflación se sitúa en todos los países con porcentajes mayores a los habituales. La mediana de todos los países hoy está en un 9%, cuando la mediana histórica era de un 2%, ejemplificó.

“Lo rescatable de esta situación es que la inflación va bajando. Estados Unidos llegó a contar con una inflación de un 8% y hoy se encuentra ligeramente por debajo de este umbral, aunque una encuesta del Wall Street Journal establece que para el año próximo la misma será de un 3%”, agregó la socia de Exante, poniendo como ejemplo al país norteamericano ya allí se gesta la tasa de política monetaria que es referencia para el resto del mundo.

En relación a Uruguay, Schandy indicó que “nos enfrentamos a este contexto externo negativo con un capital de expectativas excepcionalmente fuerte, ya que el clima de negocios es muy bueno”.

También afirmó que se ve un aumento de las exportaciones, lo que trae una escasa dependencia del financiamiento a corto plazo.

A su vez, Schandy vislumbra un crecimiento para el 2023 en el eje del 2% anual en la economía local.

Alfonso Capurro, socio de CPA Ferrere, sostuvo que “estamos ante un escenario global donde la economía se viene enfriando y muchas de las monedas de compradores importantes de commodities se vienen debilitando”.

Asimismo, la inflación es un desafío grande para Estados Unidos, ya que esto lleva al aumento de las tasas de interés, pero se espera que la misma no sea tan dura como en la década del 70. De todas formas, la variación de dichas tasas es la mayor de los últimos 40 años, explicó Capurro.

“El problema mayor es la velocidad de la variación de las tasas, ya que esto deriva en las condiciones de liquidez”, agregó.

En cuanto al mercado local, opinó que Uruguay cuanta en este momento con “una fortaleza económica importante, lo que le permite tomarse un tiempo para tomar decisiones económicas correctas”.

También expresó que las proyecciones son optimistas en relación a como cierra la segunda mitad del año, ya que Uruguay cuenta con un crecimiento promedio sostenido, fortaleza a nivel exterior y también a nivel fiscal.

El shock en el mercado europeo y asiático

Capurro señaló que en Europa probablemente los efectos recesivos de la economía se van a ver con más claridad el año que viene, ya que los números de este año no son tan malos (en parte porque están reflotando las economías mediterráneas gracias a que tuvieron el primer verano normal pos covid-19), pero las economías centrales y el núcleo industrial de Europa está empezando a tener problemas derivados del aumento del precio de la energía producto de la guerra.

“A su vez, Europa está atravesando un shock externo de cuatro puntos del producto, sumado a que en principio de año contaba un superávit comercial de dos puntos del producto y un déficit de dos puntos del mismo, todo eso es producto de la guerra y el cambio del precio de la energía”, agregó el socio de CPA Ferrere.

En cuanto a China, Capurro dijo que este año el yuan va a tener una de las depreciaciones más altas en los últimos años. Además, hizo énfasis en que en los últimos años el país asiático ha intentado mantener un tipo de cambio real competitivo ante los ojos del mundo para poder exportar más barato.

Además, su economía actual esta enfrentando un shock bajista en su actividad, principalmente debido a las restricciones sanitarias que han implementado debido al coronavirus, generando políticas fiscales y monetarias compensatorias al igual que Estados Unidos y Europa en 2021, reflejándose directamente en el valor de su moneda, ya que esta se encuentra un 10% más pobre al cambio en dólares.

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