TALLER

“Arena Emprendedora” para entrenar actitud y habilidades

Aros, trapecios y telas atrapan la atención en la “Arena Emprendedora” del Centro de Innovación y Emprendimientos de la Universidad ORT.

Arena Emprendedora
Arena Emprendedora.

“Arena Emprendedora” es un aula que tiene como principal objetivo despertar una mayor actitud emprendedora entre las mujeres.

Entre más de 300 ideas de negocios que recibe cada año el CIE, menos de un 5% son impulsadas por mujeres. El dato lanzó un reto al mundo académico para incentivar una mayor presencia de mujeres emprendedoras. Así surgió en 2018 la idea de organizar este taller lúdico, donde las mujeres se entrenan para percibir las dificultades desde otras perspectivas, mientras fortalecen distintas habilidades.

“Ser emprendedor es una forma de pararse frente al mundo; es una actitud proactiva frente a la vida asumiendo riesgos”, asegura Enrique Topolansky, director del Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) en diálogo con El País.

No es secreto que los emprendedores encuentran oportunidades donde otros ven problemas. Así, el CIE apeló al talento del arte escénico para llevar adelante “Arena Emprendedora”. La iniciativa es llevada adelante por el CIE y Compañía CirComedia en el marco del apoyo a actividades de Fomento de la Cultura del Emprendimiento de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), junto con el apoyo de la Universidad Tecnológica (UTEC) y YouHub.

Habilidades

Más allá de los aros, trapecios y telas, atrás de la propuesta experimental y vivencial de “Arena Emprendedora” hay una escuela de actitud emprendedora, donde se fortalecen las habilidades blandas para desarrollar al máximo el potencial humano y visualizar que atrás de un problema se genera una oportunidad superando la zona de confort, explica Topolansky.

Las capacidades deben ser entrenadas, inclusive asumiendo riesgos dejando de lado posibles temores y dudas, para ganar mayor confianza y liderazgo. Y en “Arena Emprendedora”, se entrena a las mujeres para que “se animen” a tomar posiciones de riesgo, en un proceso lento y gradual. “Antes de volar, hay que estar firme en el piso, hay que caminar para después lanzarse teniendo confianza en sus conocimientos, la idea y el equipo”, reflexiona Topolansky.

Las actividades de “Arena Emprendedora” están a cargo de acróbatas de alto rendimiento, quienes ponen foco en liderazgo, dirección, producción, gestión y emprendimiento.

“En el circo, al capacitar a las acróbatas, corremos con los mismos riesgos del mundo emprendedor, ya que hay que superar las frases ‘no voy a poder’, ‘me voy a lastimar’, ‘está muy alto’, ‘mi compañera me va a soltar’ y, al final del entrenamiento logran superar sus temores iniciales con mayor confianza en sí mismas”, señala por su parte Leticia Mato, directora y fundadora de CirComedia.

Un acuerdo celebrado con la UTEC, llevó a “Arena Emprendedora” al interior del país. El año pasado se realizaron talleres en Mercedes y Paysandú abiertos a los estudiantes y la propia comunidad. Este año la experiencia se va a llevar a cabo en Rivera y Durazno. “Los emprendedores se tienen que abrir a compartir sus ideas y conocimientos, porque desde la confianza en la colaboración se logran mejores resultados, inclusive salieron socias de los talleres”, destaca la docente de Industrias Creativas de UTEC, Florencia Palma.

Arena Emprendedora
Arena Emprendedora.

Entregar valor

A la hora de emprender, “antes que nada hay que descubrir una oportunidad para luego asumir el desafío de desarrollar un proyecto y encontrar el dinero necesario para llevarlo adelante”, afirma Topolansky.

“Entregar valor a un proyecto sin dinero se hace difícil de concretar, aunque primero uno se debe preguntar por qué lo hago, para después encontrar el dinero que financie un proyecto que entregue valor”, indica el director del CIE.

“Si uno tiene un sueño, las personas se deben animar a dar el primer paso, que es el más difícil de dar, para lograr confianza en la realización del proyecto. Con poner la mirada en todo lo que a uno le falta para llevar adelante un emprendimiento, la mochila se hace mucho más pesada, de modo que acá se trata de ir avanzando superando incertidumbres con conocimientos, confianza y liderazgo”, subraya Topolansky.

A partir de la experiencia recogida en el CIE, las causas que determinan la no cristalización de un emprendimiento obedecen en mayor medida a las dificultades en la integración de los socios y su alineación de sus objetivos, seguido por la falta de persistencia en la ejecución del proyecto.

“Una ‘mala idea’ original por la persistencia del emprendedor se va mejorando y enriqueciendo hasta realmente encontrar una necesidad que esconde una oportunidad. Esas personas aprenden, cambian y tienen éxito”, concluye Topolansky.

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