ESTADOS UNIDOS

Nancy Pelosi, el retiro de la jefa con nervios de acero

En un discurso cargado de emoción, la primera mujer en haber presidido la Cámara Baja de Estados Unidos anunció que no volverá a optar al liderazgo demócrata en el hemiciclo.

Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Foto: Efe
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Foto: Efe

Todos en el Congreso de Estados Unidos saben que Nancy Pelosi tiene nervios de acero. Es capaz de conservar la calma en medio del caos y pasará a la historia no solo por ser la primera mujer en haber presidido la Cámara Baja, sino también por el temple con el que dirigió al Partido Demócrata en momentos tan difíciles como el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.

Incluso ayer jueves, cuando en un discurso cargado de emoción, anunció que no volverá a optar al liderazgo demócrata en el hemiciclo, ha demostrado su fuerza, carisma y talante. “Nunca pensé que pasaría de ser ama de casa a presidenta de la Cámara de Representantes”, dijo Pelosi al confirmar su salida de la primera línea de la política, después de que su partido haya perdido el control de la Cámara Baja.

La mejor prueba de su carácter son unos videos publicados en octubre que muestran cómo capitaneó la respuesta demócrata al asalto al Capitolio. Aquel día la violencia no le tocó directamente, aunque un grupo de asaltantes irrumpieron en su oficina y profirieron amenazas de muerte contra ella. Hace un mes, esas amenazas regresaron a su propia casa.

Un hombre entró en su domicilio en San Francisco al grito de “¿Dónde está Nancy?”, y agredió con un martillo a su marido, Paul Pelosi. Ella había dicho que ese suceso podía afectar su decisión de seguir o no en la política.

Pelosi ha tenido que soportar desde hace años virulentos ataques, muchos de tinte machista, contra su persona, su edad (82 años) o su privilegiada situación económica. Mientras Donald Trump estaba en la Casa Blanca, Pelosi se convirtió en la demócrata de mayor rango en Washington al ser elegida para presidir la Cámara de Representantes en 2019, tras haber desempeñado esa labor entre 2007 y 2013.

Con la sabiduría que solo da la experiencia, la política supo ganar a Trump con su propio juego. Quedará para los libros de historia el momento en que Pelosi agarró las hojas del discurso que Trump dio ante el Congreso en 2020 y que, con un gesto de desdén, fue rompiendo a una altura suficiente para que lo capturaran las cámaras de televisión.

Pelosi no se ha limitado solo al Congreso y ha querido forjarse un legado en la política exterior de Estados Unidos.

La líder ha cargado repetidamente contra la política de China hacia el Tíbet, Hong Kong o Taiwán y ha abogado por la liberación de activistas presos.

Ha despertado la ira de China en numerosas ocasiones. En 1991, desplegó junto a otros congresistas una pancarta en la plaza de Tiananmen para honrar a los manifestantes que habían perdido la vida y, este año, hizo un viaje a Taiwán que elevó la tensión entre Pekín y Washington a niveles no vistos en décadas.

La demócrata también ganó fama por su oposición a la guerra de Irak (2003-2011) y es una de las pocas legisladoras que ha viajado a Corea del Norte.

Nacida en 1940 en Baltimore (Maryland), de donde su padre fue alcalde, Pelosi se crió entre las altas esferas, pero solo se volcó en la política cuando sus cinco hijos habían crecido. Llegó al Congreso en 1987.

Fue el inicio de una carrera política a la que hoy ha puesto un punto y aparte de la forma más solemne posible, hablando desde la tribuna del Congreso y ataviada con el broche que solo se pone para las grandes ocasiones: el del “Cetro de la República”, el bastón de mando de la Cámara de Representantes.

“Es la hora de que una nueva generación lidere el caucus demócrata”, dijo Pelosi, quien no se va del todo porque se queda, de momento, en su escaño.

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