VATICANO

El mundo está en riesgo nuclear, alerta el papa Francisco

El Papa pidió voluntad de desarme y se anunció que viajará a Kazajistán, sin atravesar espacio aéreo ruso.

Papa Francisco. Foto: AFP
Papa Francisco. Foto: AFP

El papa Francisco alertó que existe aún el riesgo de una guerra nuclear y pidió a los científicos del mundo que se unan en una voluntad común de desarme y en una fuerza para la paz, al recibir en una audiencia en el Vaticano a representantes de la Academia Pontificia de las Ciencias.

“Los riesgos para las personas y el planeta son cada vez mayores. San Juan Pablo II dio gracias a Dios porque, por la intercesión de María, el mundo se había salvado de la guerra atómica. Desgraciadamente, debemos seguir rezando por este peligro, que debería haberse evitado hace tiempo”, dijo Francisco.

“Después de las dos trágicas guerras mundiales, (....) la historia muestra signos de retroceso. No solo se intensifican los conflictos anacrónicos, sino que resurgen los nacionalismos cerrados, exagerados y agresivos y las nuevas guerras de dominación, que afectan a los civiles, los ancianos, los niños y los enfermos, y causan destrucción por doquier. Los numerosos conflictos armados son muy preocupantes. Dije que era una tercera guerra mundial ‘a trozos’, hoy podemos decir ‘total’”, añadió.

En su encuentro con los participantes en la Sesión Plenaria de la institución científica fundada por la Iglesia en 1603, Francisco subrayó que “es necesario movilizar todos los conocimientos basados en la ciencia y la experiencia para superar la miseria, la pobreza, la nueva esclavitud, y evitar las guerras”.

“Al rechazar ciertas investigaciones, inevitablemente destinadas, en circunstancias históricas concretas, a fines mortales, los científicos de todo el mundo pueden unirse en una voluntad común de desarmar la ciencia y formar una fuerza para la paz”, aseguró.

Controversial viaje

El papa Francisco viajará del 12 al 15 de septiembre a Kazajistán para participar en el VII Congreso de líderes mundiales y religiones tradicionales que se celebrará en Nursultán y que sucede, como el viaje de Juan Pablo II en 2001, en un delicado momento internacional.

Así lo recordó el Vaticano al presentar el viaje de Francisco y subrayar que sucede como la visita al país del papa Karol Woj-tyla, del 22 al 25 de septiembre de 2001, que transcurrió pocos días después de los ataques del 11 de septiembre en EEUU.

Por ello, ambos viajes tendrán algunos puntos en común vista la delicada situación internacional: “Con la guerra en Ucrania, y también la situación económica y social”, según señaló el portavoz vaticano, Matteo Bruni.

El Vaticano destacó el viaje de Francisco a un país que es un cruce de culturas, punto de unión de Oriente y Occidente y por el que pasa la histórica “ruta de la seda”, y “todo esto se reflejará en los discursos del papa”.

El papa recordará que Kazajistán fue “prisión soviética, tierra de deportados y mártires”.

Un punto que surgió durante la presentación del viaje es que el avión papal no atravesará el espacio aéreo de Rusia, eligiendo una ruta más al sur y evitando así tener que enviar los tradicionales telegramas a los jefes de Estado cuando se sobrevuela su país.

“Hay varias rutas posibles y se elige la más adecuada por diferentes motivos”, dijo Bruni sin dar más explicaciones.

Francisco también va a mostrar cercanía a un país donde son católicos menos del 1% de la población, uno de los diez Estados más grandes del mundo, mientras que la mayoría, cerca del 70%, se considera que son musulmanes y un 25%, cristianos, la mayoría ortodoxos, procedentes de Rusia y Ucrania, entre otros países. Y recordará que Kazajistán fue una “prisión soviética, tierra de deportados y mártires”, como la llamó Juan Pablo II, con numerosos campos de trabajo donde fueron encerrados muchos católicos.

El programa del viaje comienza con una reunión con el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev.

VII congreso de líderes mundiales en kazajistán

Un centenar de delegaciones de 50 países participarán en el evento en Kazajistán, situado justo al sur de Rusia, que se independizó en 1991 durante el colapso de la Unión Soviética.

El presidente Kasym Yomart Tokayev es aliado de Moscú, aunque desde la guerra en Ucrania Tokayev ha evitado respaldar la invasión.

La presencia de una amplia comunidad rusa en el norte de Kazajistán hace temer un resurgimiento de las ambiciones imperiales de Moscú en esa zona.

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