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Al menos 61 muertos en atentado a mezquita

Un atentado contra una mezquita chiita causó al menos 61 muertos y decenas de heridos durante la oración del viernes en el sur de Pakistán, el episodio más sangriento en más de un año de actos de violencia comunitaria en el país.

El ataque fue cometido en Shikarpur, a unos 500 km de Karachi, en la provincia de Sind (Sur). Es el más sangriento desde el ataque de los talibanes paquistaníes que causó 150 muertos, entre ellos 132 escolares, el 16 de diciembre pasado, en una escuela de Peshawar (noroeste), cerca de Afganistán.

"Cincuenta y cuatro cuerpos están en el hospital de Shikarpur. Siete otras personas murieron en los hospitales de Sukkur y Larkana", precisó el ministro de Salud de la provincia, Jam Mehtab Daher.

El anterior balance era de 40 personas muertas y 46 heridas, algunas de ellas de gravedad.

Poco después de la explosión, "cientos de personas se agolparon en el lugar para intentar socorrer a los que quedaron atrapados entre los escombros, porque el tejado de la mezquita se derrumbó por la explosión", declaró a la AFP un testigo, Zahid Noor.

"El suelo estaba lleno de sangre y de pedazos de carne humana, había un fuerte olor a cuerpos calcinados, la gente gritaba ... era el caos", contó.

"Había unas 400 personas en la imambargah (mezquita) durante la explosión (...) Los líderes chiitas locales están aterrorizados", dijo a la AFP Rahat Kazmi, miembro del Majlis-Wahadatul-Muslimeen (MWM), uno de los principales partidos chiitas del país.

El atentado fue reivindicado por el Jundullah, grupúsculo poco conocido en la órbita de los talibanes. "Vamos a continuar atacando a los chiitas pues se oponen al verdadero islam", declaró a la AFP el portavoz del grupo, Ahmed Marwat.

Violencia sectaria.

En los últimos años se han multiplicado los ataques en Pakistán contra los miembros de la minoría musulmana chiita, que representa alrededor del 20% de la población de este país sunita de casi 200 millones de habitantes.

El ataque de Shikarpur es el más sangriento contra las minorías desde hace más de un año en este país, enlutado casi a diario por atentados.

El ataque coincidió con una visita del primer ministro Nawaz Sharif a Karachi para una evaluación de la situación de la seguridad en la provincia de Sind.

Un informe del Instituto estadounidense para la paz (USIP) alertaba esta semana del aumento de grupos extremistas en las zonas rurales de Sind, hasta ahora relativamente tranquilas.

"Pakistán libra una guerra decisiva contra el terrorismo. Y hemos conseguido resultados buenos, satisfactorios", declaró sin embargo este viernes el primer ministro Sharif.

Según el Instituto Paquistaní de Estudios sobre la Paz (PIPS), un centro de investigación independiente, los "ataques terroristas" bajaron un 30% en Pakistán en 2014.

Bombardeos.

Al menos siete supuestos insurgentes murieron en el bombardeo de un dron estadounidense en el área tribal de Waziristán del Norte, en el noroeste de Pakistán, informó una fuente oficial.

El ataque aéreo se produjo durante la tarde del miércoles en el valle de Shawal cuando el avión no tripulado disparó dos misiles contra una casa y un vehículo, dijo un portavoz del Gobierno local, Noor Zaman, quien añadió que los muertos aún no han sido identificados.

Los ataques con aviones no tripulados estadounidenses coinciden con una ofensiva del Ejército paquistaní en las áreas tribales. El martes se llevaron a cabo varios ataques de las fuerzas aéreas paquistaníes y en ellos murieron 76 insurgentes en Waziristán del Norte y 16 en Khyber, según varios partes informativos del servicio de comunicación del Ejército de Pakistán (ISPR). Las habituales muertes de civiles en bombardeos con aviones no tripulados crean una gran controversia sobre este tipo de ataques, condenados a menudo por el Gobierno del país islámico por considerarlos una violación de su soberanía. Según la organización "The Bureau of Investigative Journalism", los ataques con drones han causado desde 2004 entre 2.410 y 3.902 muertos en Pakistán.

Preocupación por extalibán liberado

Un exrecluso de la prisión estadounidense de Guantánamo que fue transferido a Catar en un intercambio por prisioneros de guerra ha intentado contactar con los talibanes, informó este viernes el Pentágono. El exdetenido, uno de los cinco liberados y enviados a Catar desde Guantánamo a cambio del sargento Bowe Bergdahl, "intentó comunicarse" con combatientes talibanes, dijo un portavoz del Pentágono. Este episodio podría agravar la controvertida decisión de Washington sobre el intercambio de Bergdahl. Los legisladores conservadores acusaron al presidente Barack Obama de que la liberación de los extremistas era peligrosa y que suponía una amenaza para Estados Unidos. La Casa Blanca dijo que los cinco liberados permanecen en Catar y todavía no han viajado a Afganistán para reunirse con los insurgentes talibanes.

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