REINO UNIDO

Miles de personas desfilan por Westminster Hall para rendirle honor a la reina

Las orillas del río Támesis se convirtieron en el lugar de peregrinación de los que fueron los primeros en entrar al Westminster Hall para presentar sus respetos a la capilla ardiente de Isabel II.

Desfile del féretro de la reina. Foto: AFP.

Más de un día de espera para ser los primeros en ver el féretro de la reina. Una odisea que no frenó el ímpetu de miles de personas que se acercaron al Embarcadero Albert de Londres para conseguir un sitio en la preciada cola, a la que no venció ni el paso del tiempo, ni el sudor ni las lágrimas.

Las orillas del río Támesis se convirtieron en el lugar de peregrinación de los que fueron los primeros en entrar a Westminster Hall -el edificio más antiguo del Parlamento británico- para presentar sus respetos a la capilla ardiente de Isabel II.

“Es el momento para estar aquí”, dijo una de las primeras personas que cruzó el puente de Westminster por la mañana para dirigirse a la cola. “No vamos a tener otra reina, teníamos que venir”, aseguró.

Algunos habían dormido hasta dos noches en la calle, pese al frío y la lluvia, como Anne Daley, de 65 años. “Renuncié a dos noches de comodidad por alguien que dio 70 años de compromiso infatigable al mundo, no es nada”, dijo.

A las 17.00 hora de Londres (13.00 en Uruguay), tal como estaba previsto, abrieron las puertas del edificio para recibir a los primeros visitantes.

El cansancio era visible en la cara de la gente que aguardaba, como lo era también las miradas de esperanza y alegría cuando los voluntarios comenzaron a repartir las pulseras que dan luz verde al acceso a la capilla ardiente. Estos brazaletes comenzaron con el color amarillo y con un número distintivo en ellos e irán variando con el paso de las horas y los días, para evitar escenas como las ocurridas en Edimburgo, cuando una mujer llegó a acumular siete pulseras para pasar siete veces a ver a la reina.

Antes de abrirse las puertas del completo del Parlamento británico para que el pueblo le rinda honres a Isabel II, el ataúd con los restos de la reina fue llevados en 45 minutos desde el Palacio de Buckingham -sede de la monarquía- al Palacio de Westminster -santuario de la soberanía popular-.

Un cortejo perfectamente coreografiado trasladó el ataúd de Isabel II cubierto con el estandarte real y con la corona imperial encima.

Por primera vez como rey, Carlos III caminó detrás de la cureña de la Artillería Real Montada sobre la que iba el féretro. Escoltándole a su lado, sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo, y por detrás sus dos hijos, Guillermo y Enrique.

Personas acompañan el desfile del féretro de la reina. Foto: AFP.
Personas acompañan el desfile del féretro de la reina. Foto: AFP.

Circulan estos días las fotos que recuerdan a los dos príncipes hace 25 años, por aquel entonces adolescentes, marchando con semblante afligido tras los restos mortales de su madre, Diana de Gales. Ayer volvieron a caminar juntos, detrás de su difunta abuela, pese a que las relaciones no pasan por su mejor momento.

Enrique y Andrés no pudieron lucir sus uniformes militares, pese a haber sido los dos miembros de la familia real que han participado de forma más activa en operaciones bélicas. Ninguno de ellos tiene ahora tareas oficiales como integrante de la casa real -Enrique se fue a vivir a California, y Andrés fue despojado de sus títulos por un escándalo sexual-, lo que les privó de la indumentaria.

Durante la procesión, cada minuto se disparó una salva de cañón desde Hyde Park y sonó la imponente campana del Big Ben en homenaje a la soberana más longeva del Reino Unido.

El cortejo caminó al ritmo de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, interpretadas por bandas de la Guardia Escocesa y la Guardia de Granaderos.

El tercer movimiento de la Sonata para piano Nº 2 de Chopin ya sonó en los funerales del presidente estadounidense John F. Kennedy (1963), y de los primeros ministros británicos Winston Churchill (1965) y Margareth Thatcher (2013).

Un servicio religioso celebrado por el primado de la Iglesia anglicana y arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en el edificio de Westminster Hall marcó el inicio de la capilla ardiente de la reina.

Desde ayer miércoles hasta el lunes, día del funeral de Estado, se espera que hasta 700.000 personas pasen por una sala dotada con toda la pompa de la monarquía británica.

Sobre el féretro, colocado sobre un catafalco, se han colocado la corona imperial; el orbe real, pieza que representa al mundo cristiano, y el cetro de oro, que simboliza el poder. La Guardia Real custodia el lugar.

El gobierno británico avisó que podrían tener que esperar hasta 30 horas, en una fila de unos 15 km que transcurre por el centro de la ciudad a lo largo del río Támesis.

Más de 100 dignatarios extranjeros y otras personalidades asistirán el lunes al “funeral del siglo”, entre ellos, el presidente estadounidense Joe Biden, el rey Felipe VI de España y su padre el rey emérito Juan Carlos I. También confirmaron su presencia el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y representantes de varios países latinoamericanos. Por Uruguay asistirá el canciller Francisco Bustillo.

El entierro de Isabel II, que vio pasar a 15 primeros ministros -el primero, Winston Churchill, nacido en 1874 y la actual, Liz Truss, nacida en 1975- tendrá lugar también el lunes en una ceremonia privada en el castillo de Windsor, confirmando el fin de una era de siete décadas.

La monarca falleció el pasado jueves, a los 96 años, cuando pasaba el final del verano, como era su costumbre, en su residencia escocesa de Balmoral, por lo que los primeros homenajes se realizaron allí a principios de semana.

Príncipe Harry. Foto: AFP.
Príncipe Harry. Foto: AFP.

Detalles del protocolo que irritan a Carlos III

La presión a la que está sometido el rey Carlos III le pasó factura en algunos de los actos de esta semana, en los que se mostró irritado por pequeños detalles del protocolo. Las redes sociales arden con un vídeo en el que el monarca, de 73 años, pierde la paciencia cuando está firmando el libro de visitas del castillo de Hillsborough, sede oficial del Gobierno de Irlanda del Norte. “Por Dios, odio esta pluma”, espeta Carlos III, tras mancharse la mano de tinta.

El rey se levanta de la mesa y, visiblemente airado, continúa expresando su frustración: “¡No puedo soportar esta maldita cosa! (...) ¡Lo hacen cada puñetera vez!”, se queja mientras se limpia con un pañuelo.

El enfado de Carlos III había empezado unos segundos antes, cuando se da cuenta de que firmó con una fecha equivocada. Exasperado, el monarca abandona la sala sin esperar a Camila, reina consorte, que todavía debe estampar su rúbrica en el documento.

Este no es el primer contratiempo que sufre Carlos III con objetos de papelería en los primeros seis días de su reinado. En la ceremonia en la que se le proclamó oficialmente, el primogénito de Isabel II perdió el temple con un tintero mal colocado.

Fuera de la lista de invitados al funeral

Los presidentes de Venezuela y Nicaragua no fueron invitados al funeral de Estado de la reina Isabel II que se celebrará el lunes en Londres. No se invitó a las exequias a ningún representante de Venezuela, Afganistán y Siria, afirmó una fuente del gobierno británico a la agencia Press Association.

Por su parte, Nicaragua y Corea del Norte sólo fueron invitados a nivel de embajadores, al igual que Irán.

Pese a mantener relaciones diplomáticas mínimas con Venezuela, el Reino Unido no reconoce a Nicolás Maduro como presidente y reconoce en su lugar al líder opositor Juan Guaidó.

A diferencia de Estados Unidos, el Reino Unido no había hecho hasta ahora condenas públicas del régimen nicaragüense del presidente Daniel Ortega.

Una fuente gubernamental británica ya había confirmado en los últimos días informaciones de la prensa según las cuales Rusia, Bielorrusia y Birmania tampoco habían sido invitados al funeral de Estado de Isabel II.

Llamada al rey

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló ayer miércoles por primera vez con el rey Carlos III desde la muerte de la reina Isabel II, le ofreció sus condolencias e instó a una “relación cercana” continua, informó la Casa Blanca. Biden “recordó afectuosamente la amabilidad y hospitalidad de la reina”. Al destacar la “relación especial” entre ambos países, Biden “transmitió su deseo de continuar una relación cercana con el rey”. El presidente de Estados Unidos asistirá con la primera dama, Jill Biden, al funeral en Londres el próximo lunes.

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