NUEVO PRESIDENTE

Lula sella un giro en Brasil y buscará alianzas internacionales

Ganó las elecciones presidenciales con 50,8% de votos, contra el 49,1% para Bolsonaro, y asumirá por tercera vez el cargo más importante del país.

Lula da Silva celebra su victoria en las elecciones de este domingo. Foto: AFP

Con el corazón en la boca. Así vivió Brasil las elecciones presidenciales de ayer que, con candidatos codo a codo, mantuvieron también en vilo a toda la región y el mundo. Luiz Inácio Lula da Silva regresó al poder al ser elegido presidente de Brasil con el 50,8% de los votos (más de 60 millones de votos), frente al 49,1% del actual mandatario Jair Bolsonaro (casi 59 millones de votos).

Lula da Silva celebra su victoria en las elecciones de este domingo. Foto: AFP
Lula da Silva celebra su victoria en las elecciones de este domingo. Foto: AFP

Asumirá por tercera vez el cargo más importante del país, pero no le resultará fácil gobernar, no solo por la complejidad de la realidad actual brasileña, con altos índices de desocupación y hambre, sino por la actual conformación del Congreso, en el que no tiene mayoría, que lo llevará a él y a su partido a tener que negociar.

La mayoría de los gobiernos regionales quedaron en manos de candidatos apoyados por Bolsonaro. Los aliados del líder derechista gobernarán 13 de los 27 estados de Brasil, entre ellos San Pablo, el más poblado y rico del país, mientras que los apoyados por Lula da Silva regirán solo diez regiones.

Los principales estados del país y también los más poblados -San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro- serán gobernados por aliados de Bolsonaro. Por otro lado, Pernambuco (noreste), Sergipe (noreste), Mato Grosso do Sul (oeste) y Rio Grande do Sul, serán los únicos estados gobernados por candidatos que no apoyaban a ninguno de los dos.

Acompañará a Lula como vicepresidente de la República el exgobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, un liberal de perfil conservador.

Discurso conciliador

Con repetidos agradecimientos a Dios y al pueblo brasilero, Lula dijo desde un hotel en San Pablo, luego de conocerse los resultados electorales, que había ocurrido una “resurrección en la política brasilera, porque trataron de enterrarme vivo”.

Aclaró que no habían enfrentado a un candidato, sino a una “máquina del aparato brasilero” y, en ese sentido, que la salida para Brasil era ahora volver a vivir democrática y pacíficamente. “Esta no es una victoria mía o del Partido de los Trabajadores (PT), sino la conquista de un inmenso movimiento democrático”, afirmó.

Se comprometió a “restablecer la paz” y gobernar para “todos” en un Brasil dividido. “Es hora de unir a las familias, de romper los lazos de odio. Nadie quiere vivir en un país dividido, estamos cansados de ver al otro como un enemigo”, dijo, haciendo referencia también a la necesidad de dejar las armas.

“A partir de enero de 2023, voy a gobernar” para 213 millones de brasileños; “no existen dos Brasiles, somos un único país, un único pueblo, una gran nación”, señaló el dirigente progresista, en compañía de sus principales aliados y su esposa, la socióloga Rosângela Silva.

Afirmó que su prioridad será “combatir el hambre”. Brasil es el tercer productor de alimentos y puede exportar a todo el mundo, por lo que no concibe que los brasileros no logren acceder a todas las comidas, todos los días.

Su gobierno hará frente al problema de la vivienda para las familias pobres de su país, según manifestó, y regresará programas sociales que había impulsado en el pasado, que fueron retirados.

También hizo referencia al apoyo que dará a las pequeñas empresas que llevan adelante la producción nacional.

“La rueda de la economía va a volver a girar”, dijo en determinado momento de su discurso, cuando hablaba del apoyo que ofrecerá el gobierno a los pequeños productores, micro y medianos empresarios.

En ese contexto, afirmó que procurarán acciones en contra de la violencia a las mujeres. “Que ganen lo mismo que los hombres en la misma función”, agregó.

El Partido de los Trabajadores celebra el triunfo de Lula en las elecciones brasileñas
El Partido de los Trabajadores celebra el triunfo de Lula en las elecciones brasileñas. Foto: AFP

En sus primeras palabras, prometió así “fortalecer” la lucha contra la violencia machista y “enfrentar sin tregua el racismo y la discriminación” para que “blancos, negros e indígenas tengan los mismos derechos”.

“El desafío es inmenso, es necesario reconstruir este país en todas sus dimensiones. Necesitamos reconstruir el alma de este país, el respeto a las diferencias y el amor al prójimo”, afirmó en un pronunciamiento que buscó tender la mano a todos, no solo a sus partidarios.

Hizo énfasis en retomar el diálogo en sus diferentes frentes: con los Poderes del Estado, con el pueblo, entre los trabajadores y con la sociedad organizada. “Las grandes decisiones políticas no van a ser tomadas en solitario”, aseguró.

Alianzas

“El mundo extraña a un Brasil soberano”, afirmó el presidente electo. Recordó que en el pasado Brasil aportaba, se relacionaba como igual con otras potencias y apoyaba el desarrollo de países africanos.

Prometió retomar esa línea y, tal como había anunciado en campaña, se mostró impulsor del fortalecimiento de la integración de América Latina, del Mercosur, de la Celac, entre otras organizaciones regionales que, a su entender, merecen ser apuntaladas.

“Brasil regresó, no estará en el triste papel de relegado del mundo”, agregó.

En relación al comercio, su apuesta fue ambiciosa, al afirmar que “no nos interesan acuerdos” que tengan que ver exclusivamente con los commodities de Brasil, ya que “queremos exportar también inteligencia y conocimiento”.

En cuanto a la crisis climática, Lula -siempre siguiendo su discurso- recordó que en su gobierno anterior (2003-2010), se logró reducir en 80 % la deforestación de la Amazonia, y a que ahora se propone llegar a la deforestación cero.

En definitiva, su discurso puso foco en la democracia, en la reconstrucción del país en todas sus dimensiones, en la justicia social (sobre todo en el cuidado de los más vulnerables), y en llevar a Brasil nuevamente al escenario mundial desde otro rol o protagonismo.

El presidente electo finalizó diciendo que las personas envejecen no por la cantidad de años que se tiene, sino por la “falta de una causa”. “Brasil es mi causa”, señaló, y que continuará en la lucha por la conquista por un país justo “hasta el final de nuestros días”.

Lula ganó en segunda vuelta y asumirá su tercer período como presidente de Brasil
Lula ganó en segunda vuelta y asumirá su tercer período como presidente de Brasil en 2023. Foto: AFP

Al concluir, entre agradecimientos a Dios y al pueblo brasileño, incluyó el agradecimiento a los medios de comunicación “en este proceso electoral”. Esto pareció marcar una tónica diferente a la antagónica relación que el actual presidente, Jair Bolsonaro, ha mantenido con los medios.

Cabe observar que, en su discurso, Lula no mencionó a los pentecostales (tercera corriente de grupos evangélicos), una fuerza política importante en Brasil, ni a las grandes empresas o multinacionales.

Algunos analistas consideran que sus compromisos son demasiado ambiciosos y que cumplir requerirá músculo financiero asociado a una reforma tributaria de la que Lula no habló en este discurso, y que seguramente generará controversias.

La aspiración de que Brasil exporte tecnología y conocimiento también es visto, por analistas, como lejana en la medida en que el país es esencialmente extractivista.

Su programa

Reconstrucción y Transformación de Brasil” es el programa que presenta Lula, con foco en el desarrollo económico y la creación de empleo. Promete alza del salario mínimo, en el marco de una “economía solidaria”, además de inversiones en infraestructura y vivienda, y reindustrialización sustentable.

Un punto fuerte es su programa de asistencia social Bolsa Familia, que ampliará, y agregará a los 600 reales mensuales que reciben sus destinatarios, otros 150 (US$ 28) por cada hijo menor de seis años.

Más de 33 millones de brasileños pasan hambre y, según datos oficiales, 9,9 millones están desempleados. En ese sentido, la propuesta económica de Lula tiene como pilares la inversión pública y la mejora del salario mínimo (1.212 reales, US$ 236) para restaurar el poder adquisitivo de los brasileños frente a la elevada inflación.

El líder histórico del PT también propone una nueva legislación laboral con la finalidad de ampliar la protección social, revirtiendo los “retrocesos” de una reforma de 2017, según manifestó en diversas oportunidades.

Un tema espinoso es el de las drogas. Lula ha dicho que es necesaria una “nueva política sobre drogas” que sustituya el actual modelo “bélico” de combate al narcotráfico, promovido por Bolsonaro.

Cabe señalar que durante su presidencia anterior, Lula mostró afinidad con los líderes Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador y Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina. Habrá que ver cómo interactúa ahora con Nicolás Maduro, Gustavo Petro y Gabriel Boric, y sobre todo el tipo de izquierda que buscará liderar en la región, así como el balance de la dinámica de las fuerzas ideológicas latinoamericanas.

El Partido de los Trabajadores celebra el triunfo de Lula en las elecciones brasileñas
El Partido de los Trabajadores celebra el triunfo de Lula en las elecciones brasileñas. Foto: AFP

Saludos

La victoria de Lula da provocó una rápida respuesta por parte de gobernantes americanos y europeos, quienes respaldaron y saludaron los resultados oficiales y se mostraron confiados en trabajar con el próximo gobierno de Brasil.

Entre los mandatarios que dieron sus saludos, están: el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; el de Francia, Emmanuel Macron; de Colombia, Gustavo Petro; el presidente y la vicepresidenta de Argentina, Alberto Fernández y Cristina Fernández, respectivamente; el presidente de Chile, Gabriel Boric; Luis Arce de Bolivia; el presidente venezolano Nicolás Maduro; el de Perú Pedro Castillo; de México, Andrés Manuel López Obrador, entre otros líderes de países de distinto signo político, y organismos internacionales.

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, también saludó el triunfo de Lula y confió en que ambos trabajarán para lograr “un Mercosur más abierto”.

Análisis del estrecho margen

La diferencia entre los candidatos Lula y Bolsonaro fue mucho más corta de lo que pronosticaban las encuestas. Lula se convierte en el primer político que gana tres elecciones presidenciales en toda la historia de Brasil.

La victoria de Lula fue proclamada oficialmente por el titular del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, que lo consideró “presidente electo”. También recibió un fuerte reconocimiento institucional, por parte de los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco, y de los magistrados de la Corte Suprema.

Otras importantes figuras del bolsonarismo también reconocieron la victoria de Lula, incluso la senadora Damares Alves y el pastor evangélico Silas Malafaia, que forman parte de su núcleo de colaboradores más estrechos.

Pero tanto el jefe de Estado como sus hijos permanecieron en silencio, sin llamar a Lula ni reconocer la derrota en público.

Una vez cerrados los colegios electorales, el recuento fue de infarto; Bolsonaro lideró en la primera parte del escrutinio, ya que se suelen contar más rápido, por cuestiones de logística, los estados del sur, donde la derecha es más fuerte.

El adelantamiento se produjo con poco más del 67% del escrutinio, cuando se produjo una explosión de alegría en muchas ciudades.

En San Pablo sonaron cohetes y se comenzó a llenar la avenida Paulista, donde se concentró una marea de gente al grito de “olé, olé, olá, Lula, Lula”, pero que también proferían insultos hacia el capitán de la reserva del Ejército brasileño.

El diputado Eduardo Bolsonaro, que estaba siguiendo el recuento en un directo en internet, desconectó cuando viraron los resultados.

A pesar de la victoria de Lula en las presidenciales, el bolsonarismo salió fortalecido a nivel regional, puesto que los candidatos apoyados por el líder de la derecha se impusieron en cuatro de los doce estados que estaban en juego. Entre ellos, San Pablo, la región más poblada (46 millones de habitantes), industrializada y próspera de Brasil, que será gobernada por Tarcísio Gomes de Freitas, exministro de Infraestructura en el Gobierno de Bolsonaro.

Lula tendrá que lidiar con un Congreso Nacional dominado por partidos de derecha y centroderecha, en el que la principal fuerza será precisamente, el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro.

Arrestos, contratiempos y los ánimos caldeados

Al hacer un balance preliminar de la segunda vuelta de las elecciones tras el cierre de las votaciones, el presidente del Tribunal Regional Electoral de Río de Janeiro, juez Elton Leme, informó que 22 personas fueron detenidas a lo largo de la jornada electoral de ayer y 538 urnas tuvieron que ser reemplazadas en el estado.

Con abstenciones en el rango del 20%, el mismo promedio de la primera vuelta, el juez reiteró que los atascos ocurridos en las calles no perjudicaron la votación.

La justicia electoral brasileña había exigido ayer a la policía de carreteras que interrumpa operaciones que provocaron enormes atascos de tráfico y demoraron el acceso de votantes a los colegios electorales.

El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, explicó que operaciones de la Policía Federal de Carreteras (PRF) abordando vehículos para verificar el cumplimiento del código de tránsito estaban “atrasando la llegada de electores” a los centros de votación. No obstante, aclaró que “en ningún caso impidió que lleguen” a votar.

“En la primera vuelta tuvimos más detenciones por salida de urna y hoy sólo dos ocurrencias. Pero ese total de 22 arrestos es algo para lamentar. Muestra una intransigencia y espíritus exaltados”, afirmó.

La mayoría de las detenciones estuvieron relacionadas con casos de personas que intentaron desbaratar y perturbar el colegio electoral o impedir la votación.

“Registramos cinco violaciones al secreto del voto, personas que tomaron fotografías y las publicaron en las redes sociales. Pero la terminación de la obra fue muy buena”, agregó.

Analistas afirman que no se descartan situaciones de riesgo físico por ánimos caldeados en los próximos días.

San Pablo

El gobernador electo de San Pablo, Tarcísio Gomes de Freitas, un aliado muy próximo del actual mandatario Jair Bolsonaro, reconoció la victoria en las presidenciales del exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva, al que le ofreció cooperación para ayudar al país. “Vamos a mirar hacia adelante y defender los intereses del estado de San Pablo”, afirmó.

Tribunal dice que Bolsonaro aceptará derrota

El Tribunal Superior Electoral (TSE) felicitó ayer domingo a Luiz Inácio Lula da Silva en su condición de “presidente electo” de Brasil y descartó que el mandatario Jair Bolsonaro, derrotado en las urnas, pueda desconocer el resultado, pese a que aún no se había pronunciado.

“Llamé (por teléfono) a ambos candidatos y los felicité por haber participado en esta fiesta de la democracia que son las elecciones”, dijo en una rueda de prensa el presidente del TSE, Alexandre de Moraes.

Agregó que a Lula también le extendió su felicitación en su condición de “presidente electo” y, aunque no reveló el tenor de la conversación con Bolsonaro, se mostró convencido de que el líder de la ultraderecha aceptará el resultado, pese a que muchas veces había insinuado que podría no hacerlo en caso de una derrota.

“No creo que haya habido ningún problema”, pero “si hubiera alguna contestación, siempre que sea dentro del juego electoral, será tramitada como corresponde a un Estado de derecho” indicó, aunque reiteró una y otra vez que el proceso ha sido “limpio, seguro y transparente”.

Después de que el escrutinio confirmó la victoria de Lula, el actual mandatario aún no se había pronunciado. Sin embargo, De Moraes insistió en que no esperaba problemas: “El resultado fue proclamado, será aceptado” y “no vislumbramos ningún riego real de contestación”, subrayó.

Luis Lacalle Pou este lunes en conferencia de prensa. Foto: Fernando Ponzetto
Luis Lacalle Pou
Presidente de Uruguay

“Saludamos al presidente electo de Brasil @LulaOficial. Confiamos en trabajar para un Mercosur moderno y abierto al mundo. Asimismo esperemos continuar y mejorar las muy buenas relaciones bilaterales”, escribió Lacalle Pou en su cuenta de Twitter ayer por la noche.

Alberto Fernández. Foto: EFE
Alberto Fernández
Presidente de Argentina

“¡Felicitaciones @LulaOficial! Tu victoria abre un nuevo tiempo para la historia de América Latina. Un tiempo de esperanza y de futuro que empieza hoy mismo. Acá tenés un compañero para trabajar y soñar a lo grande...”, publicó en su cuenta Twitter. En Radio 10 de Buenos Aires dijo que “ya no tendrá que padecer la hostilidad de Brasil”.

Joe Biden. Foto: AFP
Joe Biden
Presidente de Estados Unidos

“Envío mis felicitaciones a Luiz Inácio Lula da Silva por su elección para ser el próximo presidente de Brasil luego de elecciones libres, justas y creíbles. Espero trabajar juntos para continuar la cooperación entre nuestros países en los próximos meses y años”, dijo el presidente de Estados Unidos a través de un comunicado de la Casa Blanca.

El presidente francés, Emmanuel Macron, da una declaración conjunta con el presidente moldavo después de su reunión en el Palacio del Elíseo en París. Foto: AFP.
Emmanuel Macron
Presidente de Francia

“Felicidades, @LulaOficial, por su elección que abre una nueva página en la historia de Brasil. Juntos, uniremos fuerzas para enfrentar muchos desafíos comunes y renovar el vínculo de amistad entre nuestros dos países”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter.

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