EN CANADÁ

“Jamás oprimir la conciencia de los demás”, dice el papa Francisco

Ofició una misa ante 50.000 personas en Canadá; pidió por un futuro que no “descarte a los mayores”.

Papa Francisco. Foto: AFP.
Papa Francisco. Foto: AFP.

El papa Francisco celebró ayer martes una misa ante 50.000 personas en el estadio Commonwealth de Edmonton, en su tercer día de visita a Canadá para pedir perdón a los indígenas por los abusos de la Iglesia católica, y en su homilía instó a aprender “a no oprimir nunca la conciencia de los demás”.

El papa, que dio una vuelta al estadio en el papamóvil para saludar a los fieles, dedicó su homilía a la fiesta de los abuelos, que se celebró ayer al ser la festividad de santa Ana y San Joaquín, padres de María y abuelos de Jesús. Pidió por “un futuro mejor”.

“Un futuro en el que no se descarte a los mayores porque funcionalmente no son necesarios; un futuro que no juzgue el valor de las personas solo por lo que producen; un futuro que no sea indiferente hacia quienes, ya adelante con la edad, necesitan más tiempo, escucha y atención; un futuro en el que no se repita la historia de violencia y marginación que sufren nuestros hermanos y hermanas indígenas”, señaló.

Francisco explicó: “Para aceptar de verdad lo que somos y cuánto valemos, tenemos que hacernos cargo de aquellos de quienes descendemos, aquellos que no pensaron solo en sí mismos, sino que nos transmitieron el tesoro de la vida”.

“Precisamente de nuestros abuelos aprendimos que el amor jamás es una imposición, nunca despoja al otro de su libertad interior”, añadió.

“Tratemos de aprender esto como individuos y como Iglesia: no oprimir nunca la conciencia de los demás, no encadenar jamás la libertad de los que tenemos cerca y, sobre todo, no dejar nunca de amar y respetar a las personas que nos precedieron y nos han sido confiadas, tesoros preciosos que custodian una historia más grande que ellos mismos”, dijo Francisco.

El papa llegó a Canadá para pedir perdón a los indígenas por los abusos que sufrieron en los internados, muchos de ellos gestionados por la Iglesia, donde se les encerró para los llamados procesos de asimilación.

En esta misa para los fieles católicos de Canadá, que representan el 44% de la población según las estadísticas de la Iglesia, el papa aseguró que “nuestros abuelos y nuestros mayores deseaban ver un mundo más justo, más fraternal y más solidario, y lucharon por darnos un futuro” y que “ahora, nos toca a nosotros no decepcionarlos”.

El papa terminó la jornada con una visita al lago de Santa Anta, ubicado unos 80 kilómetros al oeste de Edmonton, uno de los principales lugares de peregrinación de América del Norte.

Cada año desde fines del siglo XIX, miles de peregrinos acuden para bañarse y rezar en las aguas de este lago que según los nativos tiene propiedades curativas.

El 26 de julio es la fiesta de Santa Ana, madre de la Virgen María y abuela de Jesús en la tradición católica, una figura importante para muchas comunidades aborígenes canadienses.

Hoy miércoles el papa visitará la ciudad de Québec antes de la última etapa del viaje, el viernes en Iqaluit (Nunavut), ciudad del norte canadiense en el archipiélago ártico.

Durante su primer discurso el lunes, Francisco, de 85 años, pidió perdón por las décadas de abusos cometidos en escuelas residenciales para niños indígenas gestionadas por la Iglesia católica en Canadá.

“Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”, dijo.

Desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990, el gobierno de Canadá envió a unos 150.000 niños a 139 internados gestionados por la Iglesia, donde se les separó de sus familias, su lengua y su cultura.

Muchos padecieron abusos físicos y sexuales por parte de directores y profesores, y se cree que miles murieron de enfermedades, desnutrición o abandono.

Desde mayo de 2021, se descubrieron más de 1.300 tumbas sin identificar en los emplazamientos de antiguas escuelas.

Una delegación de indígenas viajó al Vaticano en abril y se reunió con el papa quien se disculpó formalmente por ese pasado. Empero pedir perdón en suelo canadiense tiene enorme significación para los sobrevivientes.

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