Susana Mangana - Catedrática de Islam y Mundo Árabe de la Ucu

"El Islam no es una ‘marea verde’, no se puede responder con radicalismo"

Para la experta en islamismo y mundo árabe Susana Mangana, "los modelos de integración han fracasado y debe dialogarse más".

—¿Hay una mayor islamofobia en Europa?

—La islamofobia existe en buena parte de Europa. Ha ido creciendo. Se enmarca en las rispideces que persisten entre culturas, que son sentidas sobre todo por los jóvenes musulmanes que sienten que están en una cruzada contra Occidente. Hay que ponerle más ahínco, más esfuerzo al diálogo para que no se encuentren resquicios para que los jóvenes sean embaucados.

El ataque en París fue contra una institución emblemática pero podría haber sido otra.

—¿Fracasaron los modelos de integración?

—Los modelos de integración "asimilacionista" de Francia y Bélgica fracasaron. También fracasó el "melting pot" del Reino Unido como demostraron los atentados de Londres en 2005. Hace unos cuantos años que se está a la deriva, sin una política eficaz.

—El Financial Times condenó los ataques pero consideró que los caricaturistas de Charlie Hebdo habían sido "estúpidos" y provocadores". ¿Usted qué opina?

—Los medios deben ejercer un mayor control de recursos que pueden ser hirientes e ir más allá de la raya. Hay provocaciones sin un sentido mayor. Mofarse de la Virgen María o de Jesús ofendería a católicos y hacerlo de rabinos a judíos. Un fallo de los postmodernidad fue pensar que la religión moriría. El ser humano necesita refugios. Aunque tampoco se debe caer en la trampa de buscar razones para este ataque. Si no era esa razón, (las burlas de Charlie Hebdo), hubiera sido otra. Estos ataques son imposibles de prever.

—¿Qué opina de decisiones como las que adoptó Francia de establecer restricciones a la indumentaria de las mujeres musulmanas? ¿Cómo inciden?

—No es exigible desde el Corán el uso de la "burka" (que implica que la mujer se cubre la totalidad de su cuerpo). Hay razones de seguridad, de la misma forma en que no se permite ingresar a un banco con un casco. Todas las religiones monoteístas piden a la mujer modestia en el vestir.

—Usted habla de integración pero hay intelectuales influyentes como el novelista francés Michel Houellebecq que acaba de publicar una novela "Sumisión" que imagina el control islámico de Francia. ¿Qué opina?

—Intelectuales como Oriana Fallacci o Giovanni Sartori que adhirieron a las tesis de Samuel Huntington sobre el "choque de civilizaciones" hicieron un flaco favor al fomentar el miedo. Francia tiene 66 millones de habitantes y unos 6 millones de musulmanes. No es nada desdeñable, pero cuesta creer en que pueda haber un presidente francés musulmán. En España hay 800.000 musulmanes y en Italia, 1,5 millones. El Islam es parte de Europa pero no es una "marea verde". La ultraderecha tiende a ser igual de rancia que el fundamentalismo islámico. No se puede responder con más radicalismo. En catorce años de lucha contra el fundamentalismo hemos avanzado muy poco. Se deben promover desde la infancia los valores de la integración, compartidos, para que no se vea al otro con recelo, como un futuro terrorista.

—¿Cree que la situación puede tener algún coletazo en América Latina?

—No hay resentimiento entre los musulmanes que viven en Chuy, Rivera o Artigas o en la comunidad palestina de Chile que es la más grande de América Latina. No hay que importar problemas de Europa y fomentar la cultura exitosa del mestizaje de América Latina y el Río de la Plata. Es posible el diálogo entre las civilizaciones.

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