LA REVISIÓN DEL AVIÓN

“Fatiga del metal”, el mal del motor del Boeing 777

“Un examen preliminar en el lugar indica daños compatibles con una fatiga del metal”, un proceso de degeneración del material, dijo el presidente de la NTSB, Robert Sumwalt.

Expertos analizan uno de los motores afectados. Foto: Reuters
Expertos analizan uno de los motores afectados. Foto: Reuters

La “fatiga del metal” es la principal pista para explicar el incidente ocurrido el sábado en un vuelo de United Airlines en Estados Unidos, que condujo a la inmovilización de parte de la flota mundial de los Boeing 777.

Un Boeing 777-220 de la compañía estadounidense que acababa de despegar el sábado de Denver (Colorado) hacia Honolulu (Hawái) con 231 pasajeros y 10 tripulantes sufrió el incendio del motor derecho, y los pilotos debieron efectuar un retorno de emergencia.

La aeronave consiguió dar la vuelta y aterrizar en el aeropuerto, pero piezas metálicas del fuselaje cayeron sobre una zona residencial de los suburbios de Denver. Nadie resultó herido.

Boeing recomendó el domingo la suspensión de vuelos de los 128 aviones en todo el mundo equipados con un motor similar.

De estos, 69 estaban en servicio, incluidos 24 de United Airlines, 13 de Japan Airlines (JAL), 19 de All Nippon Airways (ANA), 7 de Asiana y 6 de Korean Air. Los otros 59 estaban guardados por separado.

En Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó inspecciones adicionales en estos Boeing 777 con motor Pratt & Whitney, y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) también está investigando el “incidente”.

“Un examen preliminar en el lugar indica daños compatibles con una fatiga del metal”, un proceso de degeneración del material, dijo el presidente de la NTSB, Robert Sumwalt.

"Nuestro objetivo es comprender lo que sucedió y por qué sucedió para que podamos evitar que esto vuelva a suceder", subrayó.

La NTSB confirmó que se habían roto dos aspas del ventilador del motor Pratt & Whitney. Uno de ellos mostró signos de fatiga en el metal y los investigadores creen que se rompió y astilló la segunda hoja.

También confirmó que dos de los álabes de un compresor estaban dañadas. Uno de ellos fue hallado en una cancha de fútbol, el otro quedó atascado en el motor.

El motor Pratt & Whitney del avión. Foto: AFP
El motor Pratt & Whitney del avión. Foto: AFP

El incidente supone un nuevo revés para el fabricante de aviones, que apenas se recupera de la crisis del 737 MAX, su avión insignia que quedó en tierra en mayo de 2019 tras dos accidentes que dejaron 346 muertos.

Después de casi dos años de prohibición, una modificación del software de control de vuelo y la implementación de nuevos protocolos de entrenamiento de pilotos, el 737 MAX fue autorizado nuevamente para volar.

Boeing también se ha visto duramente golpeado, como su rival Airbus, por la pandemia de COVID-19 y sus desastrosas consecuencias en el transporte aéreo internacional. La crisis sanitaria provocó la cancelación de cientos de pedidos de aviones.

Varios expertos creen que el incidente del 777 es más un problema de mantenimiento o de motor que del diseño del avión por parte de Boeing.

En servicio durante más de 25 años sin accidentes importantes, el dispositivo “tiene una reputación muy sólida”, subrayó Michel Merluzeau, experto de la firma AIR.

El problema actual “no tiene nada que comparar” con la crisis del Boeing 737 MAX, estimó también Richard Aboulafia, analista de Teal Group, especialista en aeronáutica. “Después de todos estos años de servicio, es poco probable que se trate de un problema de diseño del motor”, estimó. “Definitivamente tiene que ver con el mantenimiento”.

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