REINO UNIDO

Economía, sistema de salud y la crisis energética, las tres prioridades de Liz Truss

Ayer asumió la nueva primer ministra; tiene previsto anunciar este jueves su nuevo plan para ayudar a las familias británicas.

La reina Isabel II y Liz Truss. Foto: AFP.
La reina Isabel II y Liz Truss. Foto: AFP.

El Reino Unido tiene nuevo primer ministro. Liz Truss es la tercera mujer en ocupar el cargo luego de Margaret Thatcher y Theresa May. Las tres del Partido Conservador.

“Por muy fuerte que sea esta tormenta, sé que el pueblo británico es más fuerte (...). Juntos podemos superar la tormenta”, lanzó Truss en un breve discurso frente a la célebre puerta del número 10 de Downing Street, donde minutos antes una lluvia torrencial había amenazado con aguar el acto. De esa misma puerta se retiró también ayer por última vez Boris Johnson como primer ministro.

Truss marcó la economía, la sanidad pública y la crisis energética como sus tres prioridades y aseguró que tomará “acciones esta semana para abordar las facturas de energía”, cuya disparada asfixia a los británicos.

Poco después, Downing Street anunció los primeros nombramientos ministeriales, con personas surgidas de las minorías, pero sobre todo identificadas con sus posturas liberales y conservadoras, en los principales cargos.

La lucha contra la inflación estará en manos del ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, de 47 años, hijo de inmigrantes de Ghana llegados al Reino Unido en los años 1960.

La cartera de Exteriores recayó en James Cleverly, un firme partidario del Brexit, de 53 años, cuya madre es natural de Sierra Leona.

Y el ministerio del Interior fue confiado a Suella Braverman, una exabogada de 42 años, que tendrá a cargo el sensible expediente de los inmigrantes irregulares que el gobierno quiere expulsar a Ruanda.

Truss, de 47 años, fue designada el lunes vencedora en la elección interna en el Partido Conservador, frente al exministro de Finanzas Rishi Sunak, un exbanquero de 42 años, nieto de inmigrantes indios.

Ayer martes fue recibida por la reina Isabel II en el Castillo de Balmoral, residencia real de verano en Escocia, donde le encargó formar gobierno como nueva líder de la mayoría.

Tercera mujer a la cabeza del ejecutivo británico, tras Margaret Thatcher (1979-1990) y Theresa May (2016-2019), Truss representa al ala más derechista del Partido Conservador e hizo campaña con la promesa de bajar impuestos para impulsar una economía británica al borde de la recesión.

El traspaso de poder suele hacerse en Buckingham, en el centro de Londres, a menos de 10 minutos en coche de Downing Street. Pero este año, debido a los problemas de movilidad de la reina, de 96 años, Truss y Johnson tuvieron que viajar más de 800 km hasta Escocia.

Johnson presentó allí oficialmente su renuncia como primer ministro.

Boris Johnson. Foto: AFP.
Boris Johnson. Foto: AFP.

Principal reto

Hoy miércoles Truss presidirá su primer consejo de ministros y deberá enfrentarse en la Cámara de los Comunes al líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, que el lunes la acusó de “no estar del lado de la gente trabajadora”, asfixiada por una inflación de más del 10%.

Los hogares británicos harán frente a partir de octubre a un aumento del 80% en las facturas de gas y electricidad y muchas empresas e instituciones, incluidos hospitales y escuelas, advirtieron que tendrán que hacer recortes o incluso cerrar ante la imposibilidad de pagar.

Truss planea congelar las facturas de la energía durante un periodo de 18 meses y permitirá que las empresas que suministran gas y electricidad puedan obtener préstamos del Gobierno para subsidiar estas facturas, según la cadena BBC.

El precio máximo de la energía que las compañías del sector podrán cobrar a los hogares del Reino Unido a partir del 1 de octubre fue fijado en 3.549 libras (4.202 euro) al año, lo que supone un alza del 80%, según anunció el pasado 26 de agosto el regulador energético británico, Ofgem.

Ante la gravedad de la situación, Truss tiene previsto anunciar mañana jueves su nuevo plan para ayudar a las familias británicas.

Según el plan de Truss, el Gobierno garantizaría préstamos a las empresas de energía que se utilizarían para congelar o al menos reducir las facturas este invierno y el próximo.

“Es alentador que el gobierno esté considerando seriamente el apoyo que puede brindar a las empresas durante estos tiempos tan difíciles”, dijo a los medios Alex Veitch, representante de las Cámaras de Comercio Británicas.

“Pero queda por ver si estos planes irán lo suficientemente lejos para ofrecer la ayuda que muchas empresas necesitan tan desesperadamente”, agregó.

Según el Banco de Inglaterra, la inflación interanual puede llegar a finales de año al 13% y el país puede entrar en recesión antes de que termine 2022.

Rusia

El Kremlin no espera que las relaciones entre Moscú y Londres mejoren con Truss, y dijo que se conformará con que las cosas no empeoren. “Sinceramente, a juzgar por las declaraciones de la señora Truss hechas cuando era ministra de Exteriores y candidata al puesto (de primera ministra), se puede suponer con alto grado de seguridad que no habrá cambios de ningún tipo”, afirmó un vocero del Kremlin.

El adiós de Johnson: “Es todo, amigos”

Boris Johnson, el político que pasará a la historia como el arquitecto del Brexit, se despidió ayer martes con un “esto es todo, amigos” al abandonar por última vez la residencia oficial de Downing Street como primer ministro británico.

Johnson, que anunció su renuncia en julio tras la rebelión de numerosos miembros de su Ejecutivo, viajó después a Escocia para presentar formalmente su dimisión a la reina Isabel II, de 96 años, en el castillo de Balmoral, un acto constitucional de rigor.

Al abandonar el poder, el político “tory” resaltó los logros conseguidos en sus tres años de gestión, como la materialización del Brexit, el despliegue del amplio plan de vacunación contra el covid-19 y el apoyo a Ucrania.

Con su partida de Downing Street, Johnson deja, no obstante, a un Reino Unido sumido en una profunda crisis por el exponencial incremento de los precios de la energía y una inflación interanual que está en el nivel más alto en más de 40 años (10,1%).

También deja una difícil relación con la Unión Europea (UE) por el controvertido Protocolo de Irlanda del Norte del Brexit, el mecanismo pensado para controlar mercancías comunitarias y evitar una frontera física entre las dos Irlandas, así como un Sistema Nacional de Salud (NHS) en crisis por las listas de espera que dejó la pandemia y la falta de personal sanitario.

En su último discurso como primer ministro, Johnson prometió dar todo el apoyo a su sucesora, Liz Truss, en una clara señal sobre la necesidad de unir al Partido Conservador.

“Gracias a ustedes, al pueblo británico, a los votantes, por darme la oportunidad de servir, a todos ustedes que trabajaron juntos tan incansablemente para vencer el covid”, dijo.

Sin abandonar su famoso sentido del humor, Johnson se comparó a un cohete propulsor “que ha cumplido su función” y que ahora volverá a entrar “suavemente en la atmósfera y aterrizaré de manera invisible en algún lugar remoto y oscuro rincón del Pacífico”.

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