Intento por flexibilizar la normativa causa división en gobierno

El debate por el aborto golpea a Bachelet

El intento de la presidenta Michelle Bachelet por flexibilizar la estricta legislación sobre el aborto en la conservadora sociedad chilena ha generado una grieta dentro de la coalición de Gobierno y elementos clave de la reforma podrían ser descartados.

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El divorcio en Chile fue legalizado recién en el 2004.

Legisladores del partido Demócrata Cristiano, pieza clave en el bloque oficialista Nueva Mayoría, dijeron a Reuters que menos de un tercio de sus 21 legisladores en la cámara baja del Congreso apoya plenamente la propuesta. Esto significaría que Bachelet y su Partido Socialista no cuentan con los votos necesarios para aprobarla.

Chile es uno de los seis países en el mundo con prohibición total del aborto, que fue legal para algunos casos pero abolido por el general Augusto Pinochet al final de su dictadura, que se extendió entre 1973 y 1990. Bachelet prometió la reforma cuando fue electa por segunda vez en 2013, pero sus índices de aprobación han caído después de recientes escándalos sobre financiamiento irregular a políticos y una acusación de tráfico de influencias contra su hijo.

En Chile, donde el divorcio fue legalizado recién en el 2004 y las uniones de parejas del mismo sexo se permitirán a partir de este año, un sondeo del año pasado reveló que el 70 por ciento de los chilenos apoya el aborto en circunstancias extraordinarias. La propuesta de Bachelet permitiría el aborto si la vida de la madre está en peligro, si un feto es inviable o cuando el embarazo es resultado de una violación. Pero el proyecto de ley ha provocado amargas disputas en el Gobierno, poniendo en peligro partes fundamentales de la reforma.

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