PLEBISCITO

Chile expectante ante consulta por nueva Constitución

La opción “Rechazo” llega con ventaja al plebiscito; el voto es obligatorio por primera vez desde 2012.

Manifestación en Chile. Foto: AFP.
Manifestación en Chile. Foto: AFP.

Más allá del desenlace del plebiscito constitucional de mañana domingo, la única verdad que comparten partidarios del “Apruebo” y del “Rechazo” es que el proceso constitucional proseguirá en Chile.

Ya sea para ajustar algunos artículos polémicos y desarrollar las leyes necesarias para cumplir con la nueva carta magna, en caso de que gane el “sí”, o para crear otro texto, que igualmente deberá ser consensuado y sometido a plebiscito, en caso de que triunfe la opción del “no”.

El voto obligatorio es, junto a la cantidad de nuevos votantes, la variante que probablemente desequilibre la balanza y que complica los pronósticos: esta es la primera vez desde 2012 en que el sufragio es obligatorio y universal.

“Una de las cosas que está claro es que el texto no es el que los chilenos se merecen, que necesitan y que pedían. Pase lo que pase, hay consenso en que el proceso sigue. Si gana el ‘Apruebo’, vendrán las reformas; si gana el ‘Rechazo’, habrá otro proceso”, explica Kenneth Bunker, director de la encuestadora Tresquintos.

Las dos coaliciones oficialistas -Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático- firmaron semanas atrás un documento en el que se comprometían a proponer reformas constitucionales en cuestiones que no han generado amplio consenso. En especial en capítulos como la plurinacionalidad, la Cámara de las regiones o la justicia indígena.

Un compromiso que el “Rechazo” interpreta como una muestra de que la Constitución no es buena “ni siquiera para quienes la defienden”.

También existe incertidumbre sobre el día después desde el punto de vista de la seguridad. Desde algunos sectores, se ha dejado entrever la posibilidad de que el ambiente político, ya muy tenso, se caldee más, e incluso pudieran regresar a la calle disturbios como los que en 2019 condujeron al estallido social.

Las encuestas divulgadas hasta el 20 de agosto, sin excepción, pronostican un triunfo del Rechazo.

Pero en las calles, la campaña del voto negativo no ha movilizado a su gente. Al contrario, el Apruebo ha convocado multitudes en fiestas de barrios y plazas del país.

“El escenario está totalmente abierto y a medida que se acerca el día se confirman datos de que habrá un gran número de votantes”, explicó la politóloga Claudia Heiss, académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile.

Será la primera elección con voto obligatorio en una década y en un país con altísima tasa de abstención en las consultas más recientes.

Pero la firma Criteria indicó en las últimas horas que 84% (12,6 millones) de personas tendrían intenciones de ir a votar, lo que podría significar una “revolución participativa”.

La última evaluación del texto realizado por Criteria indicó que 42% de los encuestados reprueba su contenido; un 28% lo aprueba aunque lo considera regular y 26% le da una nota sobresaliente.

Si bien los chilenos dieron señales electorales claras de voluntad de cambio tras el estallido social de 2019, aprobando con 79% de apoyo la redacción de una nueva Constitución, llegan al cierre de este ciclo sin certezas sobre el resultado del domingo.

Los cambios que mayores divisiones crearon e hicieron que el Rechazo ganara terreno fueron los ajenos a la demanda de derechos sociales, donde hay respaldo transversal.

El plebiscito llega además en el marco de un escenario de desaceleración económica y alta inflación (13% anual).

El rol del Estado, reforma en salud y jubilación y un Congreso sin Senado

La Constitución que se plebiscita mañana en Chile establece un “Estado social y democrático de derecho”, que debe proveer bienes y servicios para asegurar los derechos de las personas. La Constitución vigente de 1980 plantea que el Estado debe “contribuir a crear las condiciones sociales” para la realización de las personas pero no puede participar en cualquier actividad empresarial.

Actualmente el Congreso chileno se divide entre la Cámara de Diputados y el Senado. Este último puede “perfeccionar” el trabajo de los diputados. La propuesta elimina el Senado y crea dos Cámaras sin el mismo poder de decisión entre ellas. El nuevo texto establece un Congreso de Diputados para la formación de leyes y una Cámara de las Regiones solo para aquellas “de acuerdo regional”, pero lejos de tener el peso que ha tenido hasta ahora el Senado. Los críticos de la reforma dicen que esta nueva conformación hace peligrar el poder de veto de la oposición y traerá inestabilidad.

El proyecto propone un Sistema Nacional de Salud Universal, y que las cotizaciones obligatorias en salud vayan un 100% al sistema público y que se permita contratar seguros privados adicionales. Esta propuesta terminará por colapsar al sistema público de salud, que atiende al 80% de la población, advierten los que se oponen,

En pensiones, desde la Constitución de 1980 las jubilaciones dependen de aportes exclusivamente del trabajador en fondos de pensiones privados. Se propone un sistema público, financiado por trabajadores y empleadores.

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