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Bolsonaro “desaparece” luego de la derrota y se recluye en el Palacio de Alvorada

Tras el balotaje, el mandatario estuvo solo en dos veces en el Palácio do Planalto, sede del Ejecutivo donde trabaja habitualmente. Tampoco hizo su tradicional “live” el jueves pasado en Instagram.

Jair Bolsonaro en el Palacio de Alvorada, Brasilia
Jair Bolsonaro en el Palacio de Alvorada, Brasilia. Foto: AFP

Desde la derrota en las urnas ante Luiz Inácio Lula da Silva, hace nueve días, el presidente Jair Bolsonaro permanece recluido en el Palácio da Alvorada, con escasos compromisos oficiales, y alejado de las redes sociales -salvo por una foto que publicó ayer martes en su cuenta de Twitter, donde se lo ve en un escenario, siendo ovacionado por el público-.

Tras la segunda vuelta, el presidente estuvo solo en dos ocasiones en el Palácio do Planalto, sede del Ejecutivo donde trabaja habitualmente. Tampoco hizo su tradicional “live” el jueves pasado en Instagram.

Dos personas cercanas al presidente consultadas por O Globo atribuyen la “desaparición” del presidente a problemas de salud.

A fines de la semana pasada, Bolsonaro, según los informes, llegó a presentar un estado febril y parecía deprimido. La explicación dada es que su inmunidad cayó después de la “pesada rutina” de viajes durante la campaña electoral. Al ser consultado por este tema, el Palacio del Planalto no respondió.

Al día siguiente de la derrota, Bolsonaro estuvo en la sede del Ejecutivo por la mañana. La agenda oficial contenía solo una reunión de treinta minutos con el ministro de Economía, Paulo Guedes, aunque, como mostró O Globo, también se reunió con varios de sus ministros.

Más temprano, en el Palacio de la Alvorada, ya había recibido al ministro de Defensa, Paulo Sérgio Nogueira, y a su hijo mayor, el senador Flávio Bolsonaro.

El martes, la primera vez que habló sobre los resultados electorales, Bolsonaro se reunió con miembros del primer escalón del gobierno, con quienes discutió el tono de su discurso de dos minutos.

El mandatario, frente a los periodistas, finalizó su intervención a las 16:38 horas. Luego fue al Supremo Tribunal Federal (STF) para reunirse con ministros de la Corte; esa fue la última vez que se lo vio en público.

Reunido en Alvorada y sin compromisos oficiales, según su agenda, Bolsonaro solo apareció el miércoles en un video grabado pidiendo a sus simpatizantes que despejaran las carreteras.

El presidente instó a sus seguidores a no “pensar mal” de él y admitió estar “triste” por el resultado de las elecciones.

“Brasileños que protestan por todo Brasil. Sé que están enojados, están tristes, esperaban otra cosa. Yo también, estoy tan enojado y triste como ustedes, pero tenemos que mantener la cabeza recta”, dijo.

El jueves, la única cita oficial fue una reunión de media hora a primera hora de la tarde con el Ministro Principal de la Secretaría de Gobernación, Célio Faria, en la propia Alvorada.

Bolsonaro, sin embargo, pasó rápidamente por el Palacio del Planalto para saludar al vicepresidente electo Geraldo Alckmin, quien se encontraba en la sede del gobierno para la primera reunión con el ministro principal de la Casa Civil, Ciro Nogueira, para la transición.

El encuentro fue organizado por el Arzobispo de Brasilia, Dom Paulo Cezar Costa. Mientras Alckmin hablaba con la prensa, Bolsonaro llegó al Palacio del Planalto. Tras hablar con la prensa, Alckmin fue recibido por el jefe de gabinete personal de Bolsonaro, Pedro César de Sousa. Los dos subieron en el ascensor. Después de diez minutos, descendieron juntos.

En este momento se produjo el encuentro con el presidente Bolsonaro, quien luego regresó a su residencia oficial.

El viernes, sábado y domingo, el presidente no tenía citas, ni se lo vio paseando por el Palácio da Alvorada. El lunes, la agenda oficial constaba de un único encuentro con el subjefe de Asuntos Jurídicos, Renato de Lima França, en la residencia oficial.

Ayer tampoco había información sobre las actividades del presidente. A pesar de la falta de información, Bolsonaro ha recibido a los asistentes más cercanos, incluso fuera de la agenda oficial.

Como mostró O Globo, el presidente y sus tres hijos políticos -Flávio, Carlos y Eduardo Bolsonaro- redujeron la frecuencia de las publicaciones en las plataformas digitales desde la elección de Lula, el día 30. La media de publicaciones en Facebook es ahora 14 veces inferior a la registrada durante la campaña electoral, según una encuesta realizada por O Globo basada en la plataforma de monitoreo de redes Meta CrowdTangle. Por ahora, predomina el silencio.

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