CAMPAÑA

“Bibi” Netanyahu se perfila en las elecciones de Israel, tras ser juzgado por corrupción

Netanyahu afirmó que quería reunir las 61 bancas (umbral de la mayoría) para formar un “gobierno de derecha” que agrupe los votos de las formaciones ultraortodoxas y de la extrema derecha.

Benjamin Netanyahu. Foto: AFP.
Benjamin Netanyahu. Foto: AFP.

La campaña para las legislativas israelíes del 1° de noviembre se encuentra en pleno desarrollo con un gran interrogante: ¿Puede volver al poder el exprimer ministro Benjamin Netanyahu, juzgado por corrupción?

En junio de 2021, y tras intensas negociaciones, se formó una coalición única en la historia de Israel que reunió a una parte de la derecha, el centro, la izquierda y por primera vez un partido árabe, y que dio lugar a un gobierno destinado a poner fin a una década y media de reinado de Netanyahu, que acaba de cumplir 73 años.

En aquel momento, el jefe de gobierno que más duró en el cargo en la historia de Israel se encontraba cercado por la justicia a raíz de presuntos actos de corrupción y malversación de fondos. Su futuro político parecía comprometido, pero “Bibi”, tal como se lo apoda, se aferró a su cargo de jefe de la oposición.

Así se llegó a junio de 2022, momentos en que la coalición, tironeada por tensiones internas, perdió su mayoría en la Knéset (el Parlamento), lo que empujó a anunciar nuevas elecciones, las quintas en tres años y medio en Israel.

La campaña para las legislativas comienza a activarse ante estos comicios, en los que la extrema derecha podría crecer en un contexto de violencia en Israel y los Territorios Palestinos. Los últimos sondeos otorgan el primer lugar al partido Likud, de Netanyahu, con 31 de las 120 bancas del Parlamento; 24 para el partido Yesh Atid, el del primer ministro de centro Yair Lapid, y 14 para la lista “Sionismo Religioso”, partido de derecha.

Netanyahu afirmó que quería reunir las 61 bancas (umbral de la mayoría) para formar un “gobierno de derecha” que agrupe los votos de las formaciones ultraortodoxas y de la extrema derecha.

En el sistema proporcional israelí, los partidos deben obtener un mínimo de 3,25% de los sufragios para tener diputados en el Parlamento. Existe el riesgo entonces de que algunos partidos hostiles a Netanyahu no alcancen ese umbral, como es el caso de los partidos árabes, que se oponen de manera abierta al exprimer ministro.

En 2019, se unieron en una coalición electoral para imponerse como la tercera fuerza política de Israel, pero esta vez se encuentran divididas en tres listas con el riesgo de quedar afuera del Parlamento y favorecer, de manera indirecta, el regreso de su enemigo al poder.

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