Un año difícil para la Unión Europea

Austeridad y crisis migratoria provocan fisuras en Europa

Ascenso de nuevos partidos quiebra la estabilidad construida por décadas.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Migrantes esperan después de desembarcar en el puerto de Augusta, en Italia. Foto: Reuters.

Los resultados de las elecciones generales en España marcaron el final de un agitado 2015 en Europa con un hecho punzante que subraya el creciente aislamiento de Alemania y una división cada vez más profunda a lo largo del continente.

Los ciudadanos de España siguieron a los de Portugal y Grecia, este año, al castigar a un gobierno conservador que se alió con Bruselas, Berlín y los acreedores internacionales para llevar a cabo políticas de austeridad impulsadas como solución a la crisis del endeudamiento de Europa.

En 2016, ese trío de potencias tendrá menos amigos a los que recurrir. Las sucesivas elecciones ayudaron a ahuecar el centro político en Europa, suscitando el interrogante de qué mantendrá avanzando juntos a los 19 países que usan el euro y a los otros nueve miembros de la Unión Europea (UE).

Después de la votación en España, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi —de centro izquierda, quien ha construido una buena relación con la canciller de Alemania, Angela Merkel—, renovó sus ataques contra la austeridad, incluyendo a Merkel, a cuyas políticas culpó por el ascenso del populismo a lo largo de Europa.

"Debemos ser francos: Europa debe servir a la totalidad de los 28 países y no solo a uno", dijo Renzi al diario británico Financial Times.

El descontento se agregó a la sensación de aislamiento que ha estado creciendo en Berlín respecto de la crisis migratoria y las recetas económicas de Alemania, así como a la casi disolución de la unidad europea que se produjo al final del año.

La confusión posterior a las elecciones en España fue otro revés en un año de crisis en cascada, sostuvo Charles Grant, director del Centro Europeo de Reforma, un grupo de investigación con sede en Londres. "Fue un annus horribilis", apuntó Grant, al destacar que la estabilidad política europea construida durante décadas sobre la base de partidos fuertes, se desmorona, a medida que fuerzas políticas nuevas como Podemos —el movimiento izquierdista que terminó tercero en España— desafían al viejo orden.

"Este es el final de la España de dos polos", dijo François Lafond, director ejecutivo de EuropaNova, un grupo de investigación en París. "Lo mismo ocurre en Francia, en Italia y en otros países. Ahora estamos ante un sistema político fragmentado a lo largo de Europa".

Los resultados de las elecciones en España reflejan el creciente desorden que hay en la propia UE y plantean el desafío más grave a Alemania, que se ha mantenido durante décadas como la potencia número uno de Europa, al presentar sus políticas como europeas, en lugar de ser objetivos alemanes.

"En el tema de los refugiados estamos bastante aislados", indicó Sylke Tempel, del Consejo de Relaciones Exteriores de Alemania. "Pero, no es solo la austeridad, ni los refugiados. Es algo más grande".

El ascenso de los partidos partidos populistas en Europa "está a punto de tirar por la borda todo lo que construimos en las últimas décadas", sostuvo Tempel. Esto significa que la UE necesita de manera urgente convencer a sus ciudadanos desilusionados de que sigue siendo relevante y necesaria.

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, un dirigente convencido a la integración europea, señaló en una entrevista con Der Spiegel, que "la crisis de los refugiados ha expuesto, sin piedad, las divisiones en Europa, cuando recién se superan las consecuencias de la crisis financiera".

El mantra de las elites europeas ha sido que el continente surge más unido de cada crisis. Pero, hasta Steinmeier admitió que ahora "no es fácil" confiar en esa historia.

El ascenso del derechista Partido de la Libertad al liderazgo en las encuestas en Austria, llevó al canciller Werner Faymann, un social demócrata, a sugerir en una entrevista que la mejor manera que tienen los partidos tradicionales de conquistar votos no es a través de la austeridad, sino mediante medidas que pongan en funcionamiento nuevamente a las economías anémicas de Europa. "Lo mejor es que un desempleado consiga un nuevo empleo. No es lo que le pasa a 24 millones de personas en Europa, en estos momentos", afirmó Faymann. "En algunas regiones, no es lo que le pasa a más de la mitad de los jóvenes".

El incesante drama de las oleadas de migrantes.

El número de migrantes y refugiados que entró en Europa durante 2015 se situó en 1.005.504 —cuatro veces más que en 2014— informó la Organización Internacional de Migraciones. Grecia fue el principal punto de ingreso, con más de 820.000 migrantes, mientras Italia vio llegar a sus costas a más de 150.000 y Bulgaria fue la primera escala para casi 30.000. Más de 3.800 personas llegaron a España, en tanto pocos centenares pudieron acceder a Chipre y Malta.

La migración estuvo marcada por la tragedia: 3.692 personas murieron en el desesperado intento de entrar a Europa.

REPERCUSIONES.

Dificultan que haya gobiernos estables.

Al margen de Grecia, donde la coalición radical de izquierda Syriza, liderada por el joven dirigente Alexis Tsipras, arrasó para llegar al poder en enero, las fuerzas insurgentes en Europa no tienen la fuerza suficiente para ganar las elecciones, pero, como puede ocurrir en España, son capaces de paralizar la formación de gobiernos estables.

La política local se ha reflejado en una nueva realidad para la UE, como ocurrió en el caso de Grecia, donde el gobierno liderado por Syriza amenazó con poner fin a las metas fiscales acordadas por su antecesor. Después de meses de duro enfrentamiento, Grecia acordó, en julio, los términos más severos para un nuevo rescate.

Guntram B. Wolff, director del grupo de investigación Bruegel, advirtió que la austeridad, si bien es un blanco fácil para los nuevos partidos, ha sido exagerada como motivo del desorden político en Europa, donde también existe alarma debido a la migración y la globalización económica.

Volver a generar el deseo de la integración.

Sylke Tempel, del Consejo de Relaciones Exteriores de Alemania, señaló que generar un crecimiento fuerte y abordar la crisis de los refugiados constituyen solo los desafíos más visibles de Europa para 2016. En su concepto, los líderes de la UE enfrentan una misión más desafiante si quieren salvar lo que se ha construido, y es convencer a los ciudadanos desilusionados. "No hemos sido muy exitosos para mostrar que la UE es algo que queremos y no solo que necesitamos", sostuvo. "La necesitamos, pero también debemos desearla".

Estimó que es necesario actuar con celeridad, aunque también tener paciencia. "Se terminó el tiempo de que nos engañemos a nosotros mismos", afirmó.

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados