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Arabia Saudita sacudida por serie de atentados

En Irak guardan luto por 213 víctimas del ataque en Bagdad.

Un terrorista suicida atentó ayer cerca del Al Masyid al Nabaui (la Mezquita del Profeta), la segunda más sagrada del islam y ubicada en la ciudad saudita de Medina, mientras que otro lo hizo en la localidad de Al Qatif, cuatro policías murieron y cuator civiels resultaron heridos.

El diario saudí Okaz informó de que un suicida se inmoló en un estacionamiento de vehículos cerca de la mencionada mezquita de Medina.

Además, el periódico Sabq publicó varias fotografías, que asegura que son del lugar del ataque, que muestran un pequeño incendio y daños materiales en coches aparcados en el lugar.

Por otra parte, otro suicida se inmoló cerca de la mezquita de Al Umran, en el centro de la ciudad oriental de Al Qatif, de mayoría chií, señaló un testigo del lugar, que precisó que tampoco hay informaciones de que este ataque haya provocado víctimas, aparte del terrorista.

El testigo agregó que los restos del suicida aparecieron dispersos por el lugar, que fue después cercado por las fuerzas de seguridad.

Asimismo, vecinos de la zona difundieron varios videos en el lugar del suceso, que muestra un leve incendio producido por el estallido.

Horas antes, un terrorista suicida se hizo estallar cerca del consulado de Estados Unidos en la ciudad costera saudí de Yeda, causando heridas a dos guardias de seguridad, según informó el Ministerio saudita del Interior.

La provincia de Al Qatif ha sido escenario de protestas por parte de los chiíes, así como de actos violentos como ataques contra comisarías y agentes.

En mayo de 2015, un atentado suicida en un templo chií de la provincia de Al Qatif mató a una veintena de personas y causó un centenar de heridos.

Las áreas de mayoría chií de Arabia Saudita se quejan de la marginación legal que sufren, ya que esta comunidad no puede ingresar en el Ejército o trabajar para los ministerios de Interior o Exteriores, entre otras limitaciones.

Gobierno prometió aumentar castigos y esfuerzos contra terrorismo. Foto: Reuters
Gobierno prometió aumentar castigos y esfuerzos contra terrorismo. Foto: Reuters

LUTO EN BAGDAD.

Irak rendía este lunes homenaje a las 213 personas que murieron el domingo en un atentado en Bagdad reivindicado por el grupo Estado Islámico, uno de los peores de la historia del país, que ha generado críticas a la estrategia del gobierno.

Estas cifras lo convierten en uno de los ataques más graves en la historia de Irak, un país castigado desde hace años por atentados contra lugares muy frecuentados, como centros comerciales, mercados o mezquitas. El atentado del domingo pasado pone de nuevo de relieve la incapacidad de las autoridades de instaurar medidas de seguridad eficaces.

El primer ministro Haider Al Abadi, que el domingo visitó el lugar del ataque, prometió castigar a los responsables y anunció tres días de duelo nacional.

El atentado fue perpetrado por un suicida del EI que hizo estallar un coche bomba en una calle del barrio comercial de Karrada. La zona estaba llena de gente que hacía sus compras para la fiesta que marca el final del ramadán. El balance se agravó porque la explosión provocó incendios en edificios y comercios cercanos.

Estado Islámico demuestra su letal capacidad de destrucción

El ataque del domingo demuestra que el EI es capaz de cometer acciones devastadoras en pleno centro de Bagdad a pesar de las derrotas militares en Irak que ha sufrido en los últimos meses, con la pérdida de ciudades como Tikrit, Ramadi y sobre todo Faluya, que fue reconquistada en junio por las fuerzas iraquíes.

El primer ministro Al Abadi, criticado por ser incapaz de proteger a los civiles, anunció el domingo la modificación de medidas de seguridad, entre ellas la retirada de los detectores de explosivos considerados ineficaces.

También ordenó al Ministerio del Interior que acelere el despliegue de un dispositivo para inspeccionar vehículos en todas las entradas de Bagdad, por donde cada día pasan miles de camiones y coches particulares.

El domingo los habitantes de Bagdad demostraron su cólera lanzando piedras al convoy de Al Abadi, que dijo comprender los "sentimientos de emoción" y de "tristeza y rabia". "Lo juro por Dios, este gobierno es un fracaso", afirmó una mujer que perdió su apartamento en la explosión.

"¿Si las tácticas (del EI) evolucionan. ¿Por qué el gobierno mantiene la misma estrategia?", se planteó un hombre, que puso como ejemplo los puntos de control y los detectores de explosivos que se han mostrado ineficaces.

En el lugar del ataque, los residentes del barrio encendían velas para recordar a las víctimas, mientras otros barrían las calles llenas de cenizas, con la esperanza de encontrar a personas desaparecidas. El atentado de Bagdad recibió múltiples condenas internacionales.

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