REINO UNIDO

Abucheos y una dimisión: Liz Truss contra las cuerdas

La comparecencia de Truss en el Parlamento y la renuncia de una ministra agudizan la crisis política.

Liz Truss. Foto: AFP.
La primera ministra británica Liz Truss sufrió un nuevo revés, ayer miércoles, con la dimisión de su ministra de Interior, Suella Braverman. Video: EFE

Más débil cada día que pasa, la primera ministra británica Liz Truss sufrió un nuevo revés, ayer miércoles, con la dimisión de su ministra de Interior, Suella Braverman.

Braverman, considerada del ala dura del Partido Conservador en el poder, fue ministra de Interior durante apenas 43 días, y su salida del ejecutivo de Truss ahonda la crisis gubernamental iniciada el mes pasado con el anuncio del paquete económico que se anuló casi en su totalidad la semana pasada.

La responsable de Interior alegó, como motivo para su dimisión, haber usado su cuenta de correo personal para enviar un documento oficial a un colega, un “error” y una “infracción técnica” por la que aceptaba su “responsabilidad”, escribió.

No obstante, en su carta de renuncia, Braverman aseguró que le preocupaban “seriamente” las políticas del gobierno. “Fingir que no hemos cometido errores, actuar como si nadie pudiera ver que los hemos cometido y esperar que las cosas salgan bien por arte de magia no es una política seria”, consignó la ahora exministra. El diario The Guardian asegura que la antigua abogada general del Estado fue despedida por orden del nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, que ha acaparado buena parte del poder en el Ejecutivo de Truss.

Braverman fue sustituida por Grant Shapps, uno de los cabecillas de la revuelta interna de los “tories” contra el plan que Truss se vio obligada a retirar. Se trata del segundo ministerio clave que cae en manos de los rivales internos de la primera ministra en cinco días, después de que Hunt, que respaldó junto a Shapps al adversario de Truss en las primarias conservadoras, Rishi Sunak, asumiera Economía el viernes pasado.

Pero la dimisión de Braverman no fue la única crisis que atravesó Truss ayer. Los cambios en el gabinete se producen después de que un sexto diputado “tory” pidiera públicamente en el Parlamento la dimisión de la primera ministra.

Allí, Truss se sometió a una dura interpelación donde tuvo que responder las preguntas de Keir Starmer, líder de los laboristas, así como de sus propios diputados preocupados por el rumbo del gobierno.

Starmer ridiculizó a la primera ministra entonando el cántico “¡Fuera, fuera!”, que fue coreado por sus correligionarios. “¿Por qué sigue aquí?”, concluyó el líder de la oposición. Truss respondió desafiante: “Soy una luchadora, no alguien que abandona”.

Se acelera la inflación

En un momento en que la inflación se aceleró en septiembre a 10,1% interanual, su nivel más alto en 40 años, la primera ministra busco cesar los rumores de que no va a ajustar las jubilaciones al alza de los precios.

“Este gobierno da la prioridad a los más vulnerables al mismo tiempo que aporta estabilidad económica y conduce hacia un crecimiento a largo plazo deseado por todos”, quiso garantizar ayer por la mañana Hunt. El ministro advirtió, sin embargo, que será necesario realizar ahorros en el gasto público.

Pese a que el caos político va en ascenso, los mercados se mostraron más tranquilos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó el regreso a la “disciplina presupuestaria”, en un momento en que acecha la recesión. Aún así, muchos temen un regreso a la austeridad, como fue el caso durante la crisis financiera de 2008, que dio lugar a recortes drásticos en el presupuesto público y a un aumento del desempleo.

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