ANTE EVENTUALES CAMBIOS

Tributaristas ven poco margen para subir impuestos al capital

Expertos son escépticos respecto a que una mayor presión reduzca mucho el déficit fiscal.

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El gobierno pretende aumentar sus ingresos con los cambios tributarios. Foto: F. Ponzetto

A comienzos de febrero se alborotó el ambiente político cuando El País publicó que algunos sectores oficialistas proponían una serie de modificaciones tributarias para obtener ingresos que permitan reducir el déficit fiscal que ronda el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) y al mismo tiempo cumplir los compromisos electorales del Frente Amplio en materia, por ejemplo, de educación que requieren de recursos.

Un documento al que accedió El País que resumía los aportes de la mayoría de los sectores frenteamplistas a la Comisión de Programa del oficialismo, mencionaba como ideas gravar las herencias, aumentar la carga impositiva sobre las transacciones financieras, subir la tasa del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) y el Patrimonio, poner impuestos a los premios de juegos de azar y revisar las exoneraciones fiscales.

Aunque luego el presidente Tabaré Vázquez aclaró que el gobierno no afectará a la clase media y trabajadora con eventuales aumentos tributarios, sigue sobrevolando la idea no bien precisada aún de gravar más al capital, algo respecto a cuya conveniencia tributaristas consultados por El País en principio se muestran escépticos.

Los especialistas reconocen que, como concluyó un estudio coordinado por la economista Andrea Vigorito, probablemente sea cierto que "en las rentas de capital las tasas efectivas (de imposición) decrecen para los estratos más altos".

Gonzalo Lucas, socio de Deloitte, señaló que esto "no sucedería (pero sucederían otras cosas) si la tributación no fuera dual (por un lado el trabajo y por otro el capital) y se sumaran todas las rentas y se aplicara una única escala de tasas", como ocurre en muchos países.

Carlos Loaiza, director del Postgrado de Tributación Internacional de la Universidad de Montevideo, coincide con las conclusiones de Vigorito pero considera inevitable que "en un mundo globalizado, las rentas de capital se ubiquen rápidamente donde más conviene, y es mejor recaudar el 12% de algo que el 45% de nada". "Las rentas del capital son "cobardes", se suele decir. Y esto no va a cambiar por la transparencia fiscal internacional, pues los países siguen compitiendo para atraer capital, incluso los más desarrollados como Estados Unidos, que han aprovechado el auge de la transparencia en su favor. Es más, ya sucede que el fenómeno de deslocalización de rentas también alcanza a las del trabajo altamente calificado y sofisticado. Es algo que profundiza la desigualdad, pero es inexorable", reflexionó.

Lucas, por su lado, comentó que en el último año se incrementó ya de manera "significativa" la tributación de las empresas con diversos cambios en el tratamiento de las pérdidas fiscales y los dividendos fictos y la eliminación del ajuste por inflación (cuando esta no pase de 10% anual) para el cálculo del pago del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE)."Todas estas modificaciones que se están hablando ahora no son tanto por el déficit fiscal sino que son más por mandar un mensaje político", opinó Lucas. El especialista reconoció que las exoneraciones fiscales suponen una renuncia de recaudación importante pero se preguntó: "¿ Qué hubiera pasado con Uruguay si no hubieran existido los regímenes promocionales? Brasil bajó 3,5% (su PIB), Argentina 2% y nosotros no bajamos", señaló. Y recordó que UPM pide que se le conceda una zona franca (lo que conllevaría exoneraciones ) para construir una segunda planta de pasta de celulosa.

Nicolás Juan, especialista de Guyer & Regules, opinó que no son viables la creación de un impuesto que grave a las herencias o el incremento del Impuesto al Patrimonio. "No debería haber impuesto al patrimonio porque grava lo ya gravado con el impuesto a la renta. En la reforma tributaria en 2007 se planteó eliminarlo pero el Movimiento de Participación Popular (MPP) lo quiso mantener para gravar riqueza pasada que no había sido gravada por el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Toda la reforma tributaria estaba armada para no gravar al Patrimonio. Pero no solo no desapareció sino que aumentó en el caso del agro. Para mí, no va a haber un Impuesto al Patrimonio mayor, eso le digo a los clientes que preguntan. No lo veo como una propuesta que vaya a lograr consensos para ser aprobada", señaló Juan. El especialista cree que sí podría revisarse alguna exoneración impositiva que no esté logrando los objetivos buscados en cuanto a creación de empleo.

Las herencias.

Tampoco cree viable Juan que se cree un impuesto a las herencias y recordó que ya están gravadas las transmisiones patrimoniales de inmuebles con un 3%.

Loaiza marca un matiz y reconoce que "los impuestos sobre herencias son comunes en países desarrollados". "Se ha dicho que son justos, pues gravan rentas ociosas y favorecen la igualdad de oportunidades. Al final del día esta es una discusión que trasciende el fenómeno tributario y alcanza la misma concepción de la propiedad, y el hecho de que sea un derecho suceder en la propiedad a los ascendientes. La Argentina hoy mismo se está planteando reintroducirlo, pues existió hasta 1976, inspirado en el impuesto de Estados Unidos, aunque eliminando el Impuesto al Patrimonio, llamado allí "Bienes Personales". Brasil también se lo ha planteado, y muchas veces su introducción en países no desarrollados, salvo cuando se eliminan otros impuestos, tiene fines recaudatorios, más que una ideología sólida detrás", explicó.

Todos estos temas seguramente estarán presentes en el próximo debate sobre la Rendición de Cuentas.

Lo mejor es un gasto eficiente

Carlos Loaiza no considera en esta etapa conveniente retocar al sistema tributario. "Sin perjuicio de que el sistema tributario pueda ser más o menos progresivo y favorecer la equidad, la herramienta idónea para redistribuir riqueza y lograr equidad es el gasto público. Uruguay debería preocuparse más de mejorar la eficacia del gasto que en introducir cambios tributarios, de modesto impacto en la equidad y potenciales efectos nocivos en la percepción de estabilidad", advierte.

Una presión alta al final daña los ingresos

Para Nicolás Juan, ya "no hay mucho margen para seguir tocando el sistema tributario" y el gobierno debería explorar más la posibilidad de ajustar el gasto. "No puedo cobrar todo lo que quiero, cuando quiero, porque empieza a bajar la recaudación. No se pueden aumentar los impuestos ilimitadamente. No podés generar que la gente pierda plata por pagar impuestos. ", consideró.

"La justicia a nivel tributario es un tema muy delicado. Lo más injusto es el IVA, porque todos pagamos lo mismo. Pero es el que más recauda", reflexionó.

Respecto a este punto, Lucas comentó en la misma línea que "si aumento un punto de IVA rinde más que si se suba cinco al impuesto a la renta sobre los intereses de depósitos". "Estos planteos que están haciendo son más un tema ideológico que fiscal", opinó. "Lo que está detrás de estas ideas es que "si no se hace una cosa medio redistributiva a la larga se termina concentrando más la riqueza", explicó Lucas. "Es lo que dice (Thomas) Piketty (N de R: autor francés que estudia la desigualdad) de que si la tasa de rendimiento de capital es más grande que el crecimiento de la economía, los que tienen capital se terminan quedando con todo el crecimiento de la economía y la única forma de solucionar eso es gravar más el patrimonio, las herencias, el capital", explicó.

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