“ES UNA PRIORIDAD DEL MINISTERIO”

Disponibilidad de agua potable en Montevideo y área metropolitana enciende “luz amarilla”

El ministro de Ambiente, Adrián Peña, explica el proyecto para construir una segunda planta en la zona de Arazití, San José.

Adrián Peña. Foto: Archivo El País.
Adrián Peña. Foto: Archivo El País.

La disponibilidad de agua potable en Montevideo y en el área metropolitana es un problema que hoy las autoridades definen como de “luz amarilla”, pues ese fue el tenor de la alerta en “los últimos tres veranos”. Así fue expresado por el ministro de Ambiente, Adrián Peña, en su visita al Parlamento el martes pasado, a donde asistió para hablar del “mayor proyecto de agua potable de la OSE en los últimos 150 años”.

“Desde que asumimos, el tema agua potable -y el agua en general- es una de las prioridades del ministerio”, dijo el secretario de Estado ante los senadores de la comisión de Ambiente de la Cámara de Senadores, de acuerdo a la versión taquigráfica de la sesión. Y allí añadió que prácticamente al asumir esta novel cartera, el 31 de agosto de 2020, ya había habido una reunión con el presidente Luis Lacalle Pou para comenzar a delinear “los caminos a seguir” y que allí estuvieron de acuerdo con la necesidad de construir una nueva planta de agua potable en la zona de Arazití, San José, la que tomará -una vez construida- agua del Río de la Plata, para reforzar el abastecimiento que hoy recibe el área metropolitana.

El problema ya está identificado desde hace varios años, señaló Peña, y es el siguiente: “Pocas ciudades como Montevideo dependen de una sola fuente, que es el río Santa Lucía, y de una sola planta, que es Aguas Corrientes. Cualquier cosa grave que sucediera, tanto en la fuente como en la planta, traería consecuencias importantes y graves para Montevideo y para la zona metropolitana, sobre todo en lo que tiene que ver con aspectos sanitarios”.

Es por esta urgencia que en los próximos días, y tal y como lo anunció Lacalle Pou en su discurso ante la Asamblea General el 2 de marzo pasado, el Ejecutivo hará un llamado a licitación, que estará a cargo de OSE. Sin embargo, como el proyecto fue presentado por un consorcio privado, este grupo de empresas contará con una ventaja competitiva estimada entre el 5% y el 20%.

La inversión es de unos US$ 288 millones, pero tampoco está resuelto el diseño de la financiación. Las opciones arriba de la mesa van desde que “OSE directamente tome deuda, (y) que se traslade a las cuentas públicas”, hasta que sea el privado el que se endeude o que se cree una Corporación de Aguas y Saneamiento del Uruguay, compañía responsable del proyecto, con capitales privados y públicos.

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