ALTO COSTO

Tras reclamos de asociaciones de pacientes, el MSP estudia pagar fármacos caros contra el reuma

Son remedios contra la espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria, y la artritis psoriásica, que se presenta en algunos pacientes con psoriasis cutánea.

Pacientes que lo padecen hicieron reclamo al FNR por fármacos y el MSP estudia incluirlos. Foto: Canva
Pacientes que lo padecen hicieron reclamo al FNR por fármacos y el MSP estudia incluirlos. Foto: Canva

El MSP está estudiando incluir dos fármacos de alto costo para el tratamiento de pacientes con dos enfermedades reumáticas: la espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria que provoca rigidez y dolor en la espalda, y la artritis psoriásica, que se presenta en algunos pacientes con psoriasis cutánea.

La inclusión de estos tratamientos fue impulsada por dos grupos de pacientes, Andares y la Asociación de Pacientes con Psoriasis, que le solicitaron al Fondo Nacional de Recursos (FNR) que sume a sus prestaciones una terapia nueva llamada “inhibidores Jak”, un tratamiento que ha sido recomendado por el Colegio Americano de Reumatología, la Liga Europea de Asociaciones de Reumatología y la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (Panlar).

Algunos de estos inhibidores están indicados para la artritis reumatoidea e incluidos en el Formulario Terapéutico de Medicamentos. “Son nuevas opciones que pueden mejorar notoriamente la calidad de vida de los pacientes”, planteó el médico reumatólogo Miguel Albanese, presidente de Panlar, que impulsa la propuesta.

“La actualización de la cobertura con estas nuevas terapias sería clave para poder mantener controlada la enfermedad y mejorar mucho la calidad de vida de los pacientes”, explicó el médico en una carta enviada al FNR y al MSP.

Dos enfermedades

El síntoma principal de la espondilitis es la inflamación de la columna, evoluciona con empujes y remisiones, y con el tiempo puede fusionar las vértebras, limitando la movilidad.

La artritis psoriásica implica un “compromiso agresivo de articulaciones periféricas -manos, pies y rodillas- y avanza muy rápido, llevando a limitaciones funcionales”, explicó Albanese. En algunos casos, la enfermedad articular puede anteceder a la cutánea. También puede comprometer la columna, añadió el reumatólogo.

De acuerdo al especialista, 30% de los pacientes con psoriasis cutánea tienen complicaciones articulares.

“Lo importante de tener un tratamiento adecuado y precoz es inhibir la destrucción articular y así preservar la función. Una función que se conserva es calidad de vida para el paciente. Por eso queremos incluir estos tratamientos. El tiempo es oro”, concluyó Albanese.

Soledad Palay, referente del grupo Andares, es una de las pacientes que aguarda por este cambio. Tiene 49 años, cuatro hijos, y un diagnóstico de espondiloartritis desde hace más de 20 años. Su enfermedad comenzó como una psoriasis cutánea a los 25 años y luego se extendió a las articulaciones.

En su caso, la enfermedad implica inflamación y dolor en la parte baja de la espalda, así como lesiones con ampollas en los pies que, según señala a El País, le “dificultan mucho caminar”.

“Me cuesta descansar, el dolor me despierta por la noche”, agrega. Con esos síntomas, no puede trabajar y tiene una pensión por discapacidad.

“Es una enfermedad difícil de explicar. El movimiento nos alivia y el reposo es un problema”, explicó.

A medida que se mueven las articulaciones, el dolor es menor, “salvo cuando las inflamaciones aumentan”, detalló.

Palay contó que los distintos tratamientos que ha realizado funcionaron al comienzo, pero después dejaron de hacer efecto.

“Queremos que se actualice para todos, queremos que haya equidad”, concluyó.

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