SALUD

La lección que dos niños con diabetes le dieron al Estado

Los abandonaron y en el primer hogar al que fueron enviados no sabían cómo tratarlos.Con la ayuda de ADU y la participación del INAU, se les consiguió un nuevo hogar con personal capacitado.

Madre ayuda a su hijo a controlar la diabetes. Foto: Archivo
Madre ayuda a su hijo a controlar la diabetes. Foto: Archivo

Esta breve historia tiene un final feliz, pero empieza del peor modo. Dos hermanos, de cuatro y cinco años, pesaban menos de lo que debía pesar. Y estaban más cansados de lo que debían estar. Tenían sed, hambre y un miedo furibundo a las agujas, pese a que por la diabetes tipo 1 dependían de los pinchazos de insulina que nadie les daba. Su abandono era tal que fueron a parar, hace tres semanas, al hospital de niños Pereira Rossell.

Tras varios días de hospitalización, y de un tratamiento en que los valores fisiológicos fueros compensados, no había motivo para que estos niños siguieran internados entre sueros, respiradores y médicos. Ante la falta de una familia que se hiciera cargo y los cuidara, fueron derivados a un hogar del Instituto del Niño y Adolescente de Uruguay (INAU).

Fue tan poca la fortuna que los responsables de ese hogar no sabían cómo lidiar con dos pequeños con diabetes. Desconocían que las colaciones y respetar cada una de las comidas es tan importante como el ejercicio físico o el descanso. Que los niveles de glucosa tienen que medirse entre ocho y doce veces al día. Que la ingesta de alimentos dulces s significa un reordenamiento de todas las comidas, etc.

En la búsqueda de ayuda, desde el hogar pidieron la colaboración de la Asociación de Diabéticos del Uruguay (ADU). Y es entonces que la triste historia empieza encausarse en un final un poco menos trágico.

“La persona con diabetes, sin importar el tipo y la edad, tiene que seguir cuatro pilares básicos: una educación o conocimiento sobre la patología, una buena alimentación, la realización de ejercicio físico y un correcto tratamiento médico (en el caso de los niños, por ejemplo, para la dosificación de la insulina)”, explica Javier González, gerente general de ADU. “Entonces lo que hicimos ante la consulta de la institución fue tender redes, conseguirles monitores flash (que mide los valores en sangre sin necesidad de pincharse unas diez veces por día) y, sobre todo capacitar a los educadores”.

Para que los niños sigan con el debido cuidado, en el ínterin fueron recibidos y compensados, otra vez, en el hospital Pereira Rossell. La Asociación de Diabéticos los acompañó a esa consulta médica. Según Pablo Abdala, presidente del INAU, “a partir de este caso modelo se logró articular entre las distintas instituciones, se capacitó al personal y se les consiguió un nuevo hogar de acogida en Aldeas Infantiles”.

De cada cien personas con diabetes, una es menor de 15 años. En Uruguay, a la vez, se estima que hay unas 300.000 personas con diabetes (por ahora es una aproximación, porque todavía no están los resultados del registro de personas con esta patología). Un simple regla de tres permite estimar que en el país hay unos 3.000 niños con diabetes.

En este sentido, “este antecedente en que el Estado está dispuesto a aprender sobre cómo tratar con niños con diabetes, en que el Estado está dispuesto a garantizarles las salud a sus ciudadanos y en que el Estado entiende que es posible un trabajo colaborativo entre distintas instituciones abre una oportunidad… de una historia cruel y de abandono, nace una oportunidad”, explicó González de la Asociación de Diabéticos.

Abdala, del INAU, coincidió: “el Estado tiene que estar al servicio y el INAU se hará cargo de todo aquello que necesiten estos niños. Esta ha sido una historia de aprendizaje”. Los educadores ya saben cómo cambiar el catéter que va en el sensor del monitoreo, saben sobre la alimentación, saben sobre niños y diabetes.

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