POR LOS NUEVOS CRITERIOS DEL MSP

Codicen rechaza cuarentena diferencial por estado vacunal de alumnos y dice que es "inviable" ejecutarlo

El protocolo sanitario no incorporará  las recomendaciones propuestas por el  MSP.

Niños en clase. Foto: Francisco Flores.
Niños en clase. Foto: Francisco Flores.

Si el año lectivo comenzase hoy, en las escuelas y liceos de Uruguay regiría el criterio de aislamiento por covid-19 que las autoridades establecieron en enero y no el que el Ministerio de Salud Pública (MSP) recomendó el pasado miércoles. La razón es que los consejeros del Codicen discrepan con que exista en las aulas una distinción entre los estudiantes vacunados y los que no lo están, además de que consideran “inviable” la organización de una logística en que los directores de los centros sepan qué alumnos están completamente vacunados y cuáles se infectaron con el coronavirus en los últimos 60 días.

El MSP anunció el miércoles la flexibilización de los criterios de aislamiento de niños y adolescentes: redujo los tiempos de cuarentena y, ante un eventual brote en un aula, limitó los aislamientos masivos a aquellos que no están inmunizados (por la vacunación o por haber transitado la enfermedad). Las autoridades educativas tomaron conocimiento de este cambio de la política a través de un correo electrónico que el ministro Salinas le envió al presidente del Codicen, Robert Silva.

El documento técnico, el cual todavía no tenía la firma formal de la ordenanza que luego dio a conocer el MSP, fue objeto de la discusión entre los consejeros en la tarde del miércoles. En la sesión hubo consenso en que los criterios sanitarios son resorte de la autoridad sanitaria, pero el cambio de protocolo requiere de una mirada educativa y las condiciones no están dadas para efectivizar una actualización de la normativa.

“¿Qué sentido tiene decirle a un niño que se aísle cinco días y al otro ocho? ¿Cómo una maestra va a hacer funcionar a su clase, en medio de una pandemia, exigiéndole a algunos que no vayan a clase y a otros sí? ¿Cómo se puede distinguir a un niño de preescolares de un niño de Primaria si a veces son hermanos o incluso a veces comparten la misma aula como pasa en la educación rural? ¿Cómo podemos exigirle a un padre que nos diga si su hijo está vacunado si la vacunación no es obligatoria?”. Estas son algunas de las preguntas retóricas que planteó el consejero Juan Gabito en la sesión del Codicen.

Según Gabito, para la implementación de los nuevos criterios que estableció el MSP “hay problemas operativos, como la construcción de bases de datos y seguimiento de casos”, pero sobre todo “hay problemas conceptuales sobre cómo exigir algo que no es obligatorio y por qué distinguir a quienes están vacunados de los que no”.

El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, dijo que su gobierno no quiere tener “políticas que puedan discriminar” y, por lo tanto, la postura educativa y gubernamental será “sensiblemente distinta a la recomendación del MSP”.

Como ocurrió a lo largo de la pandemia, recordó el mandatario en su visita a la Expo Durazno, el MSP hace recomendaciones y luego la decisión de un cambio de protocolos le corresponde al Ejecutivo o, en el caso de la enseñanza, a la autonomía de la ANEP.

El ministro de Educación, Pablo Da Silveira, también anunció su oposición a “cualquier medida que implique discriminar entre vacunados y no vacunados”. El secretario de Estado, quien es cercano al consejero Gabito, agregó: “La realidad es muy dinámica, esperemos que a medida que comiencen las clases podamos haber flexibilizado algunas medidas”.

En este sentido, el presidente Luis Lacalle Pou considera que la cercanía con el comienzo de clases, previsto para el 7 de marzo, hace que “no tenga sentido” un cambio de protocolo.

Por su parte, Salinas aclaró que se está “muy lejos de hablar de discriminación” y prueba de ello, acotó, “un niño no vacunado si padeció la enfermedad se considera inmunizado y puede seguir concurriendo a clase”.

El País informó ayer que varios pediatras y pedagogos advirtieron sobre los problemas que podía generar la implementación de criterios diferenciales para la asistencia a clase según el estado vacunal. Los catedráticos de Neuropediatría y de Psiquiatría Infantil explicaron también que el impacto podría ser mayor en los niños menores de cinco años que, al no poder vacunarse, tendrían aislamientos más frecuentes.

La Federación Uruguaya de Magisterio tomó nota de esta discusión y abordará el tema el sábado en la reunión de su mesa representativa. Gabriela Arbeleche, integrante del Secretariado Ejecutivo de la FUM, dijo que “no se discute el concepto sanitario porque los maestros no son médicos”, pero que se analizará “la pertinencia de un cambio de protocolos y la dificultad de incorporar como condición para la enseñanza una vacuna que, aunque se recomienda, no es obligatoria”.

El modelo español que se analizó y no prosperó.

El mismo día que el Ministerio de Salud Pública recomendó cuarentenas diferenciadas entre vacunados y no vacunados, en Cataluña se puso fin a los aislamientos de escolares y ya no es necesario siquiera detallar si la ausencia de un alumno se de-be al covid-19. Los pediatras y epidemiólogos uruguayos no llegaron a tanto, pero sí analizaron el criterio que rige en Espa-ña a escala global: solo se efectiviza la cuarentena masiva cuando el 20% del grupo tiene covid. Expertos locales descartaron ese criterio porque “complejizaría” la toma de decisión.

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