Rendición de Cuentas relegará debate por la reforma de seguridad social: ¿por qué?

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Que no se iba a cumplir con el plazo de referencia que dio Luis Lacalle Pou a los partidos de la coalición era algo que se sabía probable. No en vano el presidente evitó ser estricto en la fecha cuando le preguntaron al respecto a fines de julio, luego de que presentara públicamente -a los socios de la coalición y al Frente Amplio- el texto del anteproyecto de la reforma de todo el sistema jubilatorio.

En aquel momento dijo que fijaba como referencia este 31 de agosto como límite estimado para que los socios del oficialismo hicieran la devolución con sugerencias de cambios, de modo de destinar el mes de setiembre a trabajar en el estudio de esas modificaciones para enviar lo más pronto posible la iniciativa al Senado, cámara en la que el primer mandatario quiere que se procese la discusión, en el entendido de que allí puede ser todo más ágil que en Diputados.

Sin embargo, al último día de agosto los partidos de la coalición todavía no terminan de dar la discusión sobre el tema, y en la mayoría de los casos ni siquiera tienen pronto el documento con el análisis de sus técnicos para a partir de allí proponer los ajustes.

Lo que sí hubo fueron algunos pronunciamientos en el sentido esperable: hay apoyo a la reforma propuesta por el Poder Ejecutivo, sin perjuicio de los cambios que -en algún próximo momento- se van a plantear.

Pero más allá de esta etapa preparlamentaria, de finalización incierta, entre los blancos tienen claro que cuando el texto finalmente ingrese a la Cámara de Senadores -tal como quiere Lacalle- se abrirá entonces otra etapa que a priori no tendrá tampoco un rápido proceso.

Para empezar, porque los senadores del oficialismo estarán, desde este jueves 1° de setiembre, casi que 100% abocados a la discusión por la Rendición de Cuentas, que llega desde Diputados con varios temas a ser resueltos -como la disposición de derogar la Ley de Medios, que no tuvo acuerdo entre los representantes, o la compensación financiera por la eliminación del adicional al Fondo de Solidaridad de la Universidad de la República, por poner dos ejemplos.

Y esto, naturalmente, postergará el abordaje del proyecto de la reforma previsional al menos hasta octubre, cuando ya esté aprobada la norma presupuestal. “Le hicimos saber al presidente que si el proyecto entra por el Senado nos va a encontrar discutiendo la Rendición de Cuentas, algo que nos insumirá horas y días absolutos”, dijo el senador nacionalista Jorge Gandini en diálogo con El País. Y agregó: “Esto marca que habrá que tener cierta flexibilidad con los plazos que marcó el Poder Ejecutivo”.

En octubre, entonces, comenzaría formalmente el tratamiento parlamentario de la reforma, que se hará en el marco de una comisión especial, tal como ocurrió antes con la Ley de Urgente Consideración (LUC).

Por eso los nacionalistas también afirman que aprobar la reforma este año, como se pretendía desde el Poder Ejecutivo, es “un ideal” que intentará alcanzarse si todo sale según lo esperado y no surgen contratiempos.

Todo esto, agregó Gandini, fue transmitido a Lacalle en la reunión que convocó en la residencia de Suárez y Reyes el pasado 15 de agosto, a la que asistieron los líderes del partido para hablar precisamente de este asunto.

El Partido Colorado fue el primero en manifestarse orgánicamente sobre la iniciativa del gobierno: lo hizo luego de que sesionar su convención nacional, que concluyó que “es un deber ético del sistema político nacional preservar la sustentabilidad del sistema para las nuevas generaciones”, y que por tal motivo la reforma no puede esperar. El secretario general de los colorados, el expresidente Julio María Sanguinetti, dijo ante los medios que su partido apoya el planteo del gobierno “en líneas generales” pero que, en concreto, las sugerencias se darán a conocer próximamente, aunque no estableció una fecha.

El diputado Conrado Rodríguez, miembro del Comité Ejecutivo de este partido, reconoció a El País que estaban “apretados con los tiempos” que originalmente se habían trazado y que aún estaban a la espera “del informe de los técnicos”. “Estamos tratando de apurarnos; nuestra idea es que en la primera semana de setiembre ya tengamos pronto el documento para hacerle la devolución al Ejecutivo, luego de una reunión bicameral”, añadió.

En el Partido Independiente también hubo un pronunciamiento en las últimas horas. Su líder, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, declaró a Telemundo (Canal 12) que su colectivo ratificó que está “comprometido” con esta reforma, pero que buscarán mejorar el “régimen pensionario”.

En diálogo con El País, Mieres aseguró que su partido tiene pendiente la formulación de esas modificaciones por escrito, así como la coordinación de una reunión con el presidente en la que le entregará en mano el documento. “Es un texto muy extenso; por lo tanto, es lógico que tengamos nuestras diferencias”, se limitó a comentar el secretario de Estado.

En el caso de Cabildo Abierto el tema recién comenzará a abordarse como partido en la próxima reunión de la Mesa Política que tendrá lugar mañana jueves. “Estamos esperando la devolución de los técnicos, para después tomar una postura”, dijo el diputado Álvaro Perrone.

Por lo demás, aunque los cabildantes esperan aún por las conclusiones de sus propios expertos, Perrone se remitió a lo afirmado al respecto por Guido Manini Ríos: que las discrepancias, a priori, están en “el nuevo régimen de pensiones, que afecta a las viudas” y que en esa línea estiman que es necesario hacer “un análisis más profundo”, como anunció el senador a comienzos de agosto.

Del lado del Partido de la Gente, mientras tanto, se mantiene la idea ya adelantada de proponer correr de 1967 a 1974 el año de la primera generación que será afectada por esta reforma, que contempla un largo período de transición. “Partimos de la base de que no se puede cambiar las reglas de juego a trabajadores que empezaron su carrera a los 18 años y cumplieron 30 de trabajo”, consideró el diputado Daniel Peña.