LAS REIVINDICACIONES EN EL 8M

"Es la hora de la democracia paritaria, las cuotas ya fueron", dijo directora de ONU Mujeres

María Noel Vaeza, directora de ONU Mujeres, aseguró que partidos tienen estructuras "machistas". "No vamos a esperar 100 años para lograr la paridad", afirmó.

María Noel Vaeza, directora de ONU Mujeres. Foto: Francisco Flores.
María Noel Vaeza, directora de ONU Mujeres. Foto: Francisco Flores.

Las mujeres son la mayoría en la Universidad de la República: son las que más ingresan y las que más se reciben. Pero en el primero piso de la sede central universitaria, en la avenida 18 de Julio, los cuadros con los rostros de los rectores delatan que el liderazgo máximo siempre fue masculino.

En la sala del directorio de la Bolsa de Valores también. Allí las mujeres tuvieron vetado el ingreso durante un siglo. Ahora acceden a ciertos puestos, pero siguen sin figurar en las paredes.

Las fotos en el hall principal del Cuartel Centenario (bomberos), los rostros esculpidos en mármol en el Hospital Italiano, los cuadros pintados en la central del Banco República, del Sindicato Médico, la Cámara de Comercio, el Palacio Estévez y un largo etcétera son testigos de lo mismo: en Uruguay la mujer sigue relegada de la toma de decisiones.

María Noel Vaeza, la uruguaya que hoy dirige la oficina regional de ONU Mujeres, está cansada. “Las mujeres están cansadas”. Ella, que ha sido una defensora en su momento de la ley de cuotas, entiende que llegó el momento de dar vuelta la página. Y en este 8 de marzo de reivindicación por la equidad de género, pide que a las mujeres no se le tire “un huesito” para cumplir, sino que se avance de una vez por todas hacia la paridad de género.

-¿A la mujer la representa que la mitad de los puestos de poder sean ocupados por mujeres?

-Llegó la hora de la democracia paritaria. La época de cuotas ya acabó. Las cuotas se pusieron en los años 90 y el avance es desesperadamente lento. Hecha la ley, hecha la trampa. México, que es un país extremadamente machista y violento, tomó una decisión política de ir a la paridad en todos los niveles. Este año habrá elecciones masivas allí para elegir 50% y 50%. La propuesta legislativa se enriquece y trae a la mesa debates que a la mujer le importan: la violencia, los cuidados. En América Latina, por ejemplo, la exportación en empresas lideradas por mujeres es solo el 15%.

-¿Está preparado el terreno para que Uruguay avance hacia la paridad?

-Sé que Beatriz Argimón nos ha invitado a realizar análisis, que presentaremos el 19 de marzo, y ella está interesada en la paridad. Ella es una política que tiene muy claro el norte. Hay mucho cansancio de las mujeres. Lo que queremos es igualdad de oportunidades, solo eso. La ley de cuotas no trajo esa igualdad. El dato bueno en Uruguay es que está subiendo la participación de la mujer en el tercer nivel de gobierno. Desde la vuelta a la democracia, la presencia de mujeres en las Juntas Departamentales pasó del 5% al 32%. El tema es que no vamos a esperar 100 años para que se logre la paridad.

María Noel Vaeza, directora de ONU Mujeres. Foto: Francisco Flores.
María Noel Vaeza, directora de ONU Mujeres. Foto: Francisco Flores.

-¿Cómo convence al hombre que se siente amenazado, primero por las cuotas y ahora por la paridad?

-A ese hombre le digo: “capacítate mejor”. Ahora venimos mujeres que estamos mejor formadas y tenemos más derecho de participar en base a la capacidad.

La única manera de avanzar es que nos dejen ser elegidas. Uruguay es machista y los partidos políticos tienen estructuras machistas. Los hombres que piensan de manera arrogante y dicen: “nosotros tenemos la experiencia”, no toman en cuenta que esa experiencia la generaron porque les dieron la oportunidad. Estamos en 2021, ya no existe rogar “¡déjenme un espacio”. Ya fue: ahora la cosa es paritaria. Uruguay es penalizado en los índices de democracia representativa por la baja participación de la mujer. La democracia paritaria no solo permite la representación, sino también ser modelo para los niños. Es la hora de la democracia paritaria, las cuotas ya fueron.

-¿Uruguay es machista? ¿En qué lo nota?

-Es un país machista en todas sus dimensiones. En los cargos universitarios más altos la mayoría son hombres, mientras que la mayor parte de las graduadas son mujeres. El avance es tan lento que ni se siente. Lo mismo sucede en el Parlamento o en las intendencias: solo dos mujeres fueron electas en 2020. Tal vez el cambio maravilloso es que hubo una fórmula paritaria y una vicepresidenta mujer (Beatriz Argimón) por primera vez en la historia. Pero los avances, reitero, son lentos.

-¿A qué atribuye la diferencia de ritmo entre la legislación y el avance en la sociedad?

-Las mujeres somos el 52% de la población y pretendemos tener una democracia representativa. La democracia representativa tiene, por definición, que representar al conjunto de la sociedad. Las mujeres no somos un grupo vulnerable, somos más de la mitad de la población. Muchas veces se habla de la mujer como “pobrecita, vamos a tirarle un huesito para que tenga algo para hacer”. Sin embargo, hay nudos estructurales vigentes: brechas salariales ante una misma tarea y condiciones. La maternidad se penaliza. Las empresas e instituciones siguen preguntándole a las mujeres en la entrevista laboral si piensan ser madres. Eso frustra. Es una penalización que, en Uruguay, genera un problema extra: no hay estímulo para que la mujer tenga intenciones de formar su familia, nacen solo 35.000 niños. Hay una concentración del poder. La mujer no ocupa roles en la toma de decisiones. Los cuidados y los trabajos no remunerados recaen mayormente en la mujer. Y a eso se le agrega una violencia terrible en los hogares. Estamos cansadas.

La pandemia “frenó” los avances de género

-¿Cómo encuentra a las mujeres este 8 de marzo?

-En una situación de atraso de las mujeres. En la región, el posicionamiento de las mujeres venía subiendo muy poquito y lento. Desesperadamente lento, en casi todos los sectores.

-¿La pandemia frenó esos avances?

-Temo que sí. Unos 800 millones de niños en el mundo estuvieron fuera del sistema educativo. La menor presencialidad educativa y laboral llevó a una vida más tradicional de la mujer en las casas. Las mujeres realizan tres o cuatro veces más tareas no remuneradas que los hombres. Fueron ellas las que tuvieron que hacerse cargo, por lo general, del acompañamiento educativo. La pandemia, además, exacerbó la violencia intrafamiliar. Por si fuera poco, la afectación en el mercado laboral impactó en los trabajos precarios e informales, muchos de los cuales tienen una alta feminización. En la región hay 118 millones de mujeres que trabajan en la informalidad.

Licencia por paternidad: solo el 3% son hombres

-¿Por qué el aumento del trabajo no remunerado recayó en la mujer?

-Acabamos de presentar un estudio comparado entre Chile, Colombia y México, en base a una serie de encuestas. Los resultados indican que los hombres no se sintieron llamados a esa responsabilidad en el hogar. Dicen “no es nuestra responsabilidad”. Eso no puede ser, tiene que cambiar. Está habiendo cierto cambio de mentalidad y actitud en hombres jóvenes. En hombres que entienden que compartir el cuidado del niño también da una satisfacción enorme. Hombres que aprecian que un niño, que es criado en un hogar en el que se respeta a todos y se comparten las tareas, tiene más chances de ser más igualitario y menos violento.

-¿Uruguay está avanzando en esa corresponsabilidad?

-Uruguay tiene licencias parentales. Es uno de los pocos países de la región que lo tiene. Se pueden tomar hasta seis meses alternativamente hombres y mujeres. Solo el 3% de los hombres en Uruguay se lo toma. Lo cual quiere decir que Uruguay tiene una legislación de avanzada, de vanguardia; pero es un país machista.

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