VICTORIA POR ESCASO MARGEN

Se dijo que no: la LUC queda firme y Lacalle Pou ratifica plan de gobierno

Con una victoria por escaso margen, la coalición mantiene intacta su mayor ley

Festejos de votantes por el No. Foto: Marcelo Bonjour.
Festejos de votantes por el No. Foto: Marcelo Bonjour.

"No se ha llegado a los votos necesarios para la derogación”, resumió el presidente Luis Lacalle Pou pasadas la 23:30 horas de ayer. Flanqueado por su gabinete, el mandatario aguardó a que la Corte Electoral tuviera el 99% de los votos escrutados para advertir que la ratificación por parte de la ciudadanía de los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) en pugna, implicaba que una etapa había sido “superada”.

Para ese entonces, el No sumaba un 49,9%, el Sí un 48,8% y los votos en blanco (que cuentan con los del No) eran 1,3%. Muchos se refirieron ayer a un país partido en dos. Lo hizo José Olivera, el sindicalista referente de la campaña del Sí, y también el expresidente Julio María Sanguinetti, que sostuvo que esto no era nuevo, era “histórico”. Lacalle Pou, en tanto, advirtió que era algo obvio y que “casi no hubo cambios desde el balotaje” de 2019.

En el Sí pensaban la semana pasada que iban a votar un poco por debajo de estas cifras; mientras que en el No apostaban a una diferencia mayor. Esto sobre todo por dos factores: la buena imagen del presidente -algo en lo que coinciden todas las encuestadoras- y su involucramiento al final de la campaña; y el buen manejo de la pandemia -algo en que las consultoras también están de acuerdo-, entre otras cosas por la exitosa campaña de vacunación.

La diferencia, sin embargo, fue exigua.

Las horas finales

Sobre las 18:30 horas se hablaba de “optimismo moderado” en el Frente Amplio y de que se festejaría más allá del resultado. En ese momento un par de ministros de la coalición señalaban a El País que creían que iba a ganar el No, pero que estaban a ciegas debido a que no se hicieron bocas de urna. Desde ambos bandos se advertía que se esperaba una victoria ajustada cualquiera fuera el ganador.

Lo de anoche, efectivamente, fue una déjà vu, un espejo de lo que pasó el último domingo de noviembre de 2019. Sin ser los de la Corte Electoral, los números que se dieron a conocer fueron los de la Usina de Percepción Ciudadana, emitidos por TV Ciudad, que al igual que en el día del balotaje hablaron de “empate técnico”. En tanto, desde las 20:30 horas empezaron a caer en cuentagotas los números oficiales, que primero mostraron una exhaustiva ventaja a favor del No y sobre las 21:30 develaron la paridad.

Para eso Olivera, referente de la campaña del Sí, salió a advertir que había que tener paciencia, que la noche sería larga y que Uruguay está dividido en dos mitades, y que una de ellas no era escuchada por el gobierno. Los ministros, para ese entonces, estaban con el presidente en Torre Ejecutiva, donde se discutía qué pasaría en caso de que se tuviera que esperar -como en 2019- por el conteo de los votos observados.

El expresidente Sanguinetti fue el primer referente de la coalición que se animó a adelantar que la derogación no sucedería -lo que hizo en la Casa del Partido Colorado, donde se quedó todo el tiempo. Guido Manini Ríos, luego de reunirse con dirigentes cabildantes, sí fue a la sede del No en el Radisson, donde hizo un llamado a un diálogo nacional. En Torre Ejecutiva pasadas las 22 horas ya hablaban de “resultado irreversible”, y a las 22:15 fue que Lacalle Pou se empezó a preparar para hablarle a la ciudadanía. Mientras, se festejaba a dos bandas: en la Plaza Independencia, los simpatizantes de la coalición; en El Gaucho, los militantes rosados.

Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio, habló sobre las 22:30 horas. “A esta hora no pueden decir que ganó el No”, sostuvo con talante triunfalista ante la militancia. Y añadió: “No sé cómo explicarán, los que decían que este era un referéndum contra el gobierno, el poco apoyo que han tenido”.

Lacalle Pou salió a hablar las 23 horas. Ratificó el triunfo y el rumbo del gobierno, al tiempo que dijo que Pereira no lo llamó. Agregó que Álvaro Delgado, el secretario de la Presidencia, se había comunicado con él, y sugirió que podía emitir un comunicado reconociendo la derrota. Después de la conferencia se emitió el comunicado, firmado por la Comisión del Sí.

Victoria estrecha

El triunfo de la papeleta celeste, más por esta diferencia, implica para el presidente Lacalle Pou varios desafíos. El primero, el de mantener unida a la coalición -ante una oposición firme, aunque levemente minoritaria.

La izquierda, suele decir un importante dirigente de la coalición, está dividida en tres: la masa social, la masa política y sus candidatos. La masa social, con el Pit-Cnt a la cabeza, demostró estar organizada y tener la capacidad para conseguir 800.000 firmas. La masa política es la que conforman los parlamentarios, y que está algo debilitada por la inevitable renovación generacional. Mientras que los candidatos, en tanto, ya parecen estar claros: Carolina Cosse, Yamandú Orsi y, quizá, Pereira. Los dos primeros, a diferencia del último, tuvieron una participación más bien modesta durante la campaña, por lo que es difícil que puedan atribuirse la buena votación.

Lacalle Pou, que se puso al frente la campaña en las últimas semanas, quizá sí salga favorecido (esta victoria es su victoria), pero la coalición en su conjunto se ve obligada a crecer -o al menos a no perder adhesiones- rumbo a 2024. Y aquí hay un gran desafío. El Partido Nacional tiene una pata mayoritaria y fuerte, que es la de Todos Hacia Adelante, con un candidato al menos posible, que es Álvaro Delgado, pero la otra pata (la del wilsonismo) está desarmada tras la muerte de Jorge Larrañaga, con posibles precandidatos pero ninguno claro (Beatriz Argimón, Jorge Gandini y Javier García...). Más desarmado aún está el sartorismo. Al Partido Colorado le urge ir hacia la renovación; mientras que Cabildo Abierto tiene el reto de mantenerse sin ser, como lo fue en 2019, toda una sorpresa.

El foco del presidente estará en no torcer el rumbo en un país dividido en mitades, y con una coalición que tiene sus diferencias y desafíos. Sus objetivos los dejó claros: la reforma educativa, la de la seguridad social y la erradicación de los asentamientos. “Nos preguntaron qué pasaba después del 27 -dijo ayer Lacalle Pou-. Lo que viene es el 28: vamos a seguir adelante”.

Así lo vieron ellos

El presidente Luis Lacalle Pou en conferencia de prensa. Foto: Marcelo Bonjour
Luis Lacalle Pou
Presidente de la República

“Se puede establecer claramente que no se ha llegado a los votos necesarios para la derogación de los 135 artículos de la LUC (...) Nosotros estamos convencidos del rumbo que estamos llevando y como toda obra humana es perfectible. Ninguno de los que estamos acá se cree dueño de la verdad, pero sí estamos convencidos de un proyecto. La gente va a juzgar, mientras tanto nosotros tenemos un mandato para cumplir (...) También soy un convencido de que no hay dos Uruguay. Quizá puede haber dos visiones políticas distintas”.

Fernando Pereira en festejos del "SÍ". Foto: Estefanía Leal
Fernando Pereira
Presidente del Frente Amplio

“No sé cómo lo explicarán, con todo el poder, con la conferencia de prensa, con todos los medios, con toda la estructura a su favor les hicimos un partido parejo y con 15 minutos más seguro se lo ganamos (...) Los uruguayos demostramos que la mitad estamos de este lado. ¿Qué gobernante no escucharía a una mitad? (...) Es algo pocas veces visto, contra todos los pronósticos y las encuestas. A esta hora no pueden decir que ganó el No, porque no hay nada más poderoso que un pueblo luchando, transformando”.


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