DISCREPANCIAS

Coalición critica manejo de la Cancillería en la OEA ante guerra entre Rusia y Ucrania

Lacalle Pou ordenó a la delegación uruguaya en la Organización de los Estados Americanos adherir a condena a Rusia.

Francisco Bustillo. Foto: Francisco Flores
Francisco Bustillo. Foto: Francisco Flores

Un tuit, de condena a Rusia por la invasión a Ucrania, con 24 banderas de países americanos entre las que no estaba la de Uruguay generó un “ruido muy fuerte” dentro de la coalición de gobierno, definitivamente el más importante de este 2022.

La declaración de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que condenó “enérgicamente la invasión ilegal, injustificada y no provocada de Ucrania por parte de la Federación rusa” sin la adhesión de Uruguay, generó intensas comunicaciones entre dirigentes y legisladores del oficialismo este fin de semana.

La frustración tenía dos componentes. Primero, desconcierto básico con la decisión de la Cancillería de no adherirse a la resolución -que el presidente Luis Lacalle Pou enmendó de apuro en las últimas horas, muy disconforme con lo ocurrido, al dar órdenes directas a la delegación uruguaya en la OEA- y luego también molestia con la explicación del Ministerio de Relaciones Exteriores: que se señalara tomó esa determinación porque “no hubo margen para negociar” y porque había que esperar para ver qué países terminaban firmando la carta. Pero a su vez molestó que no hubiera quien aceptara la responsabilidad. “Todo el mundo estuvo esquivando la jeringa”, graficó un legislador.

Desde la bancada del Partido Colorado se comunicaron directamente con Washington Abdala, el representante de Uruguay en OEA, quien les aseguró que él siguió al pie de la letra los pasos establecidos.

Según contaron a El País fuentes parlamentarias, lo que Abdala explicó a sus correligionarios es que él se preocupó de avisar con antelación al canciller Francisco Bustillo -por intermedio del director general de Asuntos Políticos de la cartera, Ricardo González- que la OEA iba a emitir esa declaración, con ese tono y contenido. Y que la orden ministerial fue que “no se metiera en la negociación” y que esperara “hasta último minuto” a ver qué Estados se plegaban al texto, lo cual también desconcertó al propio Abdala, que en ningún momento quiso “saltearse” a Bustillo y hablar directo con el primer mandatario.

Abdala, entonces, acató sin más porque no tenía otra opción. La declaración salió este sábado sin Uruguay, y ahí empezaron los cuestionamientos, muchos de ellos públicos y en redes sociales.

El diputado colorado Gustavo Zubía, por ejemplo, dijo a El País que el gobierno estaba ante un “error grave de la Cancillería o de más arriba”, y que “esos errores graves se pagan”. “El Uruguay quedó en falsa escuadra internacionalmente al no seguir el pronunciamiento de la OEA, que es terminante y contundente y que no es sustituible por nuestros pronunciamientos anteriores, porque no fueron tan terminantes”, agregó el representante en relación a que los mensajes de Uruguay hasta el momento, entre otros matices, no siempre habían empleado la palabra “invasión”. También reclamó por la “falta de coordinación” en la coalición de gobierno, y específicamente de “comunicación” por parte del Poder Ejecutivo con quienes estuvieron activos y preocupados por este asunto.

En Cabildo Abierto, por su parte, hay quienes incluso creen que el Poder Ejecutivo tiene que dar más información para esclarecer los hechos. “A mí en lo personal me pareció muy llamativa la actitud de no votar la resolución y nos merecemos al menos una explicación”, sostuvo Sebastián Cal, diputado cabildante, a quien tampoco le alcanza la versión de que el propio Lacalle Pou quedó sorprendido con lo resuelto en Washington. “El presidente tiene que saber lo que va a hacer alguien que es puesto por él”, añadió, refiriéndose a lo actuado por Abdala y a las instrucciones dadas por Cancillería.

“Al presidente no le ha temblado la mano para tomar decisiones con respecto a otros ministerios, así que ahora supongo que hará lo mismo”, continuó Cal, aunque aclaró que no exige necesariamente una “destitución” en Cancillería.

"Fue un error grave de la Cancillería o de más arriba"

Gustavo Zubía. Foto: Gerardo Pérez - Archivo El País.
Gustavo ZubíaDiputado del Partido Colorado

Ayer de tarde, finalmente, y tras conversaciones entre Lacalle y Abdala, la OEA divulgó en su cuenta de Twitter la misma declaración sobre “la situación de Ucrania”, pero esta vez con la firma de Uruguay y un encabezado que sumaba el emoji del pabellón nacional.

En el Frente Amplio cuestionan al gobierno por “papelón internacional”

La gestión de Francisco Bustillo en el Ministerio de Relaciones Exteriores se convirtió en los últimos días en un flanco de cuestionamientos de la oposición.

Justo el viernes pasado, de hecho, el secretario de Estado compareció ante la Comisión Permanente del Parlamento para dar explicaciones sobre la falta de novedades acerca de las negociaciones con China para firmar un TLC, y las consecuencias y posiciones mantenidas dentro del Mercosur, en donde Uruguay no ha encontrado respaldos oficiales a su intención de flexibilizar el bloque y que se permita negociar así con terceros países en miras de nuevos acuerdos comerciales.

El diputado del Movimiento de Participación Popular que lo convocó, Daniel Caggiani, dijo el viernes que el canciller era un “ministro sin cartera” y un “ministro que no manda”, luego de cuestionar que Uruguay no hubiera firmado hasta el momento ni siquiera un acuerdo comercial “con las Islas Fiji”.

Ahora, cuando ayer domingo se dio a conocer la noticia de que el presidente Luis Lacalle Pou ordenó a la delegación en Washington que corrigiera la postura inicial y se adhiriera a la declaración de la OEA, el representante reafirmó en Twitter todo lo dicho en el Parlamento, y en diálogo con El País fue más allá. “Yo creo que se da nuevamente otro papelón internacional” y apuntó hacia la “desautorización” pública que sufrió Bustillo con la intervención del jefe de Estado.

“Creo que es evidente que por lo menos hay una falta de comunicación entre Torre Ejecutiva y el Palacio Santos y eso es sin duda un problema desde el punto de vista del posicionamiento internacional”, dijo el diputado, que recordó también los inconvenientes que hubo en 2020 en la ONU respecto a la postura adoptada por Uruguay sobre el conflicto Israel-Palestina.

“Esto no le hace bien ni a Uruguay ni al gobierno. Y que se desautorice al ministro desacredita a la propia Cancillería”, continuó. El diputado también afirmó que espera que Presidencia “no corte la piola por el lado más fino”, como ocurrió en 2020 con Pablo Sader, director de Asuntos Políticos, al que se decidió cesar en su cargo.

Uruguay se solidariza con pueblo ucraniano

En una carta firmada con otros 14 países latinos, el gobierno expresó su “gran solidaridad con el pueblo y el gobierno de Ucrania ante la grave situación del país”, que enfrenta la invasión de tropas rusas desde la noche del miércoles pasado (en Uruguay), cuando Vladimir Putin ordenó un ataque a ese país, pese a las sanciones económicas que Occidente ha aplicado desde entonces. La carta, dirigida al canciller ucraniano Dymitro Kubala, también afirma que se sigue “con gran preocupación los acontecimientos recientes” y que se confía en la rápida recuperación del “diálogo y la negociación diplomática”. El documento, adherido también, entre otras cancillerías, por las de Chile, Colombia, Ecuador, México y Brasil, pide ayuda para facilitar la salida “ordenada y segura de un gran número de latinoamericanos y caribeños” que quieren escapar de la guerra.

El antecedente

Entre la coalición de gobierno también se recordaba ayer un antecedente de “desinteligencia” en materia de política exterior en la administración de Bustillo en este período. Esa otra descoordinación diplomática ocurrió en setiembre de 2020, cuando Uruguay votó en la reunión del Consejo Económico y Social de la ONU, junto a otros 42 países, una condena a Israel donde se afirmaba que la ocupación israelí en territorios reclamados por Palestina seguía siendo “un grave obstáculo para las mujeres y las niñas palestinas en lo que respecta a la realización de sus derechos, así como a su adelanto, autosuficiencia e integración en el desarrollo de la sociedad palestina”.

En aquella oportunidad, el pronunciamiento uruguayo fue definido como un “error circunstancial” y se aseguró que se volvería pronto a la “línea histórica” de la política exterior, según contó entonces el expresidente Julio María Sanguinetti en un comunicado, luego de mantener una reunión con el propio canciller. Eso se confirmó un mes después, cuando Uruguay no votó en la ONU, tres resoluciones que en ese caso condenaban a Israel. Para ese entonces, el director de Asuntos Políticos, Pablo Sader, ya había sido destituido.

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