LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

Cardenal Daniel Sturla: "Es un error que una iglesia apoye a un partido"

Sturla abordó varios temas de la realidad nacional y aseguró que durante su gestión “se detuvo” la disminución de fieles del catolicismo, que está en el nivel más bajo de la historia.

Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. Foto: Leonardo Mainé
Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. Foto: Leonardo Mainé

Daniel Sturla tiene 60 años y lleva seis como arzobispo de Montevideo. Hasta los 75 años continuará siendo la máxima autoridad de la Iglesia Católica, de no mediar una renuncia o algún imponderable que lo obligue a dejar el cargo.

En entrevista con El País, el sacerdote salesiano abordó varios temas de la realidad nacional. Y aseguró que durante su gestión “se detuvo” la disminución de fieles del catolicismo, que está en el nivel más bajo de la historia.

-Se entrevistó con Lacalle Pou el lunes. Ya lo había hecho cuando era candidato. ¿Le pidió algo específicamente?

-Charlamos de todo un poco. El foco estuvo en torno a la fragmentación social, que es el tema que nos preocupa a los obispos y le preocupa mucho al presidente electo. También hubo mucho de charla personal, porque lo conozco a Lacalle Pou.

-¿Lo conoce personalmente?

-Sí, por una amistad de familia. Mi hermano Martín fue diputado y presidente de la Cámara en la época de Lacalle. Después yo celebré el casamiento de Luis y bauticé a los chicos, o sea que lo conozco a él y a su señora.

-¿Cuál es el mensaje de la Iglesia Católica para un país que quedó divido en dos luego de la elección?

-Tender puentes. Todo lo que la Iglesia pueda hacer para contribuir a eso, lo hará. Hay interés de muchos en tender puentes, como el caso del presidente Vázquez y Lacalle Pou. Los dos dejaron de lado enojos que podían tener. Es conocido que durante los cinco años de la presidencia de Vázquez no se reunieron. Y sin embargo, una vez que fue la elección, el presidente llama al presidente electo y después se reúnen. Luego estuvo esa invitación a ir a Buenos Aires en el avión presidencial. Todo eso es magnífico, es un mensaje impresionante para Uruguay y el mundo.

-El Frente Amplio no dio sus votos en la Junta Departamental para colocar la estatua de la Virgen en la rambla. Evidenció motivos ideológicos, no compartidos por todo el oficialismo. ¿Cree que esto cambiará con un próximo gobierno? ¿La Iglesia pretende insistir con la idea?

-El Frente Amplio no solo no dio los votos, sino que cometió un grave error que fue actuar por “disciplina partidaria”. Pusieron a algunos en el brete de decir que no. De todos modos, eso pertenece al municipio de Montevideo. Habría que esperar qué es lo que pasa con las elecciones municipales.

-Es probable que la conformación de la Junta Departamental también cambie. De ser así, ¿volverán a plantear el proyecto?

-Sí, entiendo que sí. Quiero subrayar que la iniciativa en realidad no salió de la Iglesia orgánica, sino de laicos que hace años están haciendo allí (en el Buceo) el rosario. Y el Arzobispado los apoyó. La iniciativa brotó de la gente. Yo creo que ahí se cometió un grave error por razones que son más que de sentido común: si hay distintas imágenes religiosas en la rambla, bien podría estar la de la Virgen. También quiero recordar que el expresidente Sanguinetti se opuso. La oposición no fue solamente del Frente Amplio.

-¿Qué le parece el anuncio del gobierno electo de que no se va a tocar la agenda de derechos, lo que incluye la ley del aborto? Tampoco se tocaría la Ley Trans.

-Yo a lo que me niego es a que se ponga la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo dentro de los que se llama “la agenda de derechos”, por lo que significa de confusión. El aborto nunca puede ser un derecho. Y de hecho lo que se hizo dentro de la ley fue ampliar las causales para que se pueda dar el aborto. Ya había causales, lo que se hizo fue ampliarlas. Se despenalizó, pero no se promovió un derecho. Si el aborto fuera un derecho humano, uno diría: ¿Cómo un presidente como Tabaré Vázquez va a vetar una ley que promueve un derecho? Cuando se lo pone dentro de la llamada “agenda de derechos” se está cometiendo un grave error conceptual. A mí me parece que Uruguay no tiene que entrar de vuelta en el tema de discutir estas leyes que se votaron, sino hacer que se cumplan, ojalá que tratando de defender la vida humana. Hay un drama humano que lleva a esa realidad, lo que hay que tratar es de que no se dé. En cuanto a los otros casos, yo entiendo que hay avances positivos...

-¿La Ley Trans fue un avance positivo?

-Me parece que tiene algo positivo, que es la intención de defender a estas personas. Y tiene cosas negativas, que es cómo ahí cuela una ideología: la ideología de género, que creo que es un gravísimo error. La defensa de las personas que han sido discriminadas, me parece positivo.

-Hace algunos días el Papa postergó el diálogo que tenía previsto con el hoy presidente argentino, Alberto Fernández, por su decisión de impulsar la legalización del aborto. El tema sigue avanzando en el mundo…

-No lo sabía, no había escuchado eso. La defensa de la vida humana es muy importante para la Iglesia. Si el presidente argentino, entre sus primeras medidas, se propone impulsar el aborto, es obvio que va a encontrar la oposición de la Iglesia.

Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. Foto: Leonardo Mainé
Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. Foto: Leonardo Mainé

-El año pasado el prosecretario de la Presidencia, Andrés Roballo, cuestionó un documento en el que la Conferencia Episcopal del Uruguay advertía por una profundización de la fragmentación social y criticaba la falta de resultados educativos de las políticas del Frente Amplio. ¿Le sorprendió que esas críticas provinieran de un dirigente del Partido Demócrata Cristiano y de familia cristiana?

-La primera sorpresa fue que la crítica la hizo sin haber leído el documento; siento tener que decirlo, pero fue así. Ahí cometió un grave error personal. Y después, el tema entra en la libertad. No todos los católicos piensan o votan lo mismo, o están de acuerdo con todas las cosas. Fue un documento muy pensado y trabajado, que lo que decía es de recibo para toda la sociedad. Pero bueno, está bien que con temas polémicos se genere polémica. Está en su derecho de decir y opinar, pero obviamente conviene decir y opinar después de informarse debidamente.

-Usted también se opuso el año pasado cuando el Frente impulsaba una ley para reglamentar el voluntariado. ¿Por qué?

-Tras la Iglesia, hay cantidad de organizaciones que basan su accionar en el voluntariado. Si se va a hacer una ley, se tiene que llamar a las partes involucradas. A la Iglesia no se la llamó. Había que inscribirse, poner seguros… se reglamentaba de tal forma que hacía casi imposible el trabajo voluntario.

-¿Qué opina del hecho de que haya representantes de iglesias, de las neopentecostales por ejemplo, en el Parlamento? ¿Colabora a extender la fe en Cristo o por el contrario es perjudicial para ese fin?

-Creo que son cosas distintas. Me parece que está bien que en el Parlamento haya representantes de todos los pensamientos y de las distintas religiones. Lo que no hay que hacer es mezclar a Dios y al César. Creo que se comete un error cuando una iglesia apoya a un partido determinado. Y si el partido se identifica con una iglesia, también es un error. La Iglesia lo hizo en Uruguay en 1910 cuando se fundó la Unión Cívica, pero estamos a 100 años de eso. Para la Iglesia, después del Concilio Vaticano II (1966) quedó clarísimo que el camino no es el de los partidos confesionales. Y me parece que cometen un error las iglesias que de algún modo se identifican políticamente.

-De hecho el código de derecho canónico prohibe a los sacerdotes una actuación política partidaria…

-Sí, las otras iglesias tienen su propia legislación o no la tienen. La Iglesia Católica tiene una tradición de 2.000 años y el derecho canónico nace casi con la Iglesia. Yo no podría ser candidato de un partido político. Y me parece que lo que no corresponde tampoco es que una iglesia se pronuncie a favor de determinado candidato o partido. Las iglesias neopentecostales hacen lo que tienen que hacer, creo que se equivocan, pero es mi opinión.

-Francisco acaba de eliminar el secreto pontificio, una suerte de “ley del silencio” sobre abusos sexuales de sacerdotes. ¿Qué representa este nuevo hecho en la lucha contra los abusos a menores?

-Yo sinceramente no entendí muy bien. En el caso nuestro no cambia absolutamente nada, aunque quizás me falte alguna información. Para nosotros, si hay un caso de abuso sexual cometido por un sacerdote, lo que se hace inmediatamente es la denuncia penal. No los ha habido. Si son casos prescriptos o de muchos años, se le dice a la persona que si quiere hacer la denuncia, que la haga. No hay ningún tipo de ocultamiento de parte nuestra.

-¿Viene el Papa a Uruguay en 2020?

-No, no creo. La venida a Uruguay depende de su ida a la Argentina. El año pasado manifestó su deseo de visitar Argentina en el segundo semestre del 2020 o el primer semestre de 2021. Pero lo último que se ha escuchado es que en el 20 ya no cabría en su agenda una visita a la Argentina. Creo que es un tema que al Papa no le gusta que se lo pregunten, así que las últimas veces que estuve con él no se lo he preguntado.

-El 9 de noviembre la Organización Sionista del Uruguay le entregó el Premio Jerusalén. Es la primera vez que esta distinción se otorga a la máxima autoridad de la Iglesia Católica. ¿Cómo la recibió?

-Con mucha alegría. Reafirma un lazo de amistad que ha crecido entre la colectividad judía y mi persona, y con la Iglesia Católica. La Confraternidad Judeo-Cristiana cumplió 60 años en 2018. Somos pioneros en América Latina.

-Según la última encuesta de Latinobarómetro, cayó a un mínimo histórico la cifra de católicos. Uno de cada tres uruguayos es devoto de la Iglesia Católica, cuando en 1995 lo era casi el doble. ¿Hay una estrategia para revertir esta situación?

-Los datos nuestros son del 40%.

-¿De dónde provienen?

-Los últimos fueron de Equipos Consultores, de 2017. Yo creo que estamos aproximadamente en el 40%. Y los datos que tenemos de la práctica religiosa, que es distinto, es que hubo una fuerte caída del 50% en 20 años, pero en estos últimos 5 o 6 años se detuvo. Creo que se están haciendo muchas cosas, además de que es un fenómeno que va mucho más allá de lo que uno pueda hacer. Se está trabajando fuertemente en todos los barrios, hay sacerdotes muy jugados, hay una presencia de laicos y laicas muy interesante, y una juventud católica que si bien son pocos tienen una participación muy activa… Creo que se ha detenido la caída, pero que la Iglesia es más pequeña. El tema es que pueda ser, como dice el evangelio, “fermento en la masa”. Siendo una realidad más pequeña, que sea viva, actuante, sin complejos.

Se vendieron más de 50.000 balconeras

En un año en el que las banderas y carteles partidarios fueron protagonistas, la Iglesia Católica de Montevideo vuelve a invitar a colocar la balconera de Navidad con Jesús en el frente de la casas, para propagar el mensaje de la venida del nazareno al mundo.

La Iglesia pide que las balconeras (ahora con un nuevo diseño) se muestren entre el 8 de diciembre y el 12 de enero, día en que termina el llamado “tiempo de Navidad”.

Las balconeras se pueden adquirir en las parroquias e instituciones católicas, así como en LEA Tienda Arquidiocesana (Cerrito 473, Ciudad Vieja, tel. 2915 4473). Tienen un costo de $200.

-Se vendieron unas 50.000 balconeras entre 2016 y 2018. ¿Cómo viene la venta este año?

-Este año se llevan vendidas unas 20.000, es muchísimo, porque además se ven las viejas balconeras y las nuevas.

-¿Cuál es su mensaje de Navidad?

-Nuestro mensaje es el de esperanza para todos, de un modo especial para los que están enfermos, solos o en una situación de dolor por extrañar a alguien que ha partido. También es un mensaje de tender puentes en la sociedad fragmentada. Es fundamental que ningún uruguayo quede afuera.

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