PRISIÓN INDEBIDA

Era alcalde del Frente, fue a la cárcel pero era inocente

Estuvo preso 28 días junto a Pablo Goncálvez y Juan Carlos Blanco en 2012.

Exalcalde. Walter González fue procesado con prisión en 2012 y luego absouelto por el Tribunal de Apelaciones en lo penal. Foto: Ariel Colmegna
Exalcalde. Walter González fue procesado con prisión en 2012 y luego absouelto por el Tribunal de Apelaciones en lo penal. Foto: Ariel Colmegna

Estuvo preso con el triple homicida Pablo Goncálvez, con el excanciller de la dictadura Juan Carlos Blanco y con un narco irlandés con quien jugaba al ajedrez. Fue encarcelado en forma indebida por 28 días y terminó por dejar su cargo de alcalde en Atlántida.

La historia es de Walter González, un arquitecto y dirigente de Asamblea Uruguay que nunca en su vida pensó que iba a compartir charlas y cenas con estos presos VIP que se encontraban en el cuarto piso de la Cárcel Central.

Tampoco se imaginó que un trabajo que aceptó en el 2010 iba a tener como desenlace la cárcel. Estaba a cargo de tres obras, dos en Montevideo y una en Punta del Este, pero empezó a tener entredichos con la persona que lo había contratado por la plata que se le había entregado para realizar los trabajos. Él necesitaba más dinero para continuar las obras, pero no se lo daban y ahí decidió detener la construcción en Montevideo. En medio de los desencuentros, fue electo alcalde de Atlántida y le inició un juicio civil a quien lo contrató para que se le pagara lo que entendía le correspondía.

Lo que no se esperaba era que lo denunciaran por apropiación indebida en la Justicia Penal. La demandante aseguró que el avance de obra era de 17% y le había entregado más del 50% del pago. En cambio, él sostenía que se había hecho más del 70% del trabajo para el que fue contratado en una de las obras y el 40% en la otra.

Sus argumentos no convencieron a la Justicia, que definió su procesamiento por apropiación indebida, lo que fue revocado más tarde por un Tribunal de Apelaciones. Para procesarlo en primera instancia, la Justicia se basó en un documento de un año antes en el que decía que la edificación había avanzado un 17%. El 25 de setiembre de 2012 su abogada le comunicó la peor noticia: lo habían procesado con prisión.

Quiso hablar con la jueza, pero le dijeron que no era posible. "Yo no podía creer lo que me estaban diciendo y mis abogados tampoco", contó González a El País. Su vida dio un giro. No estaba obligado a renunciar a la alcaldía, pero lo hizo porque entendió era lo que correspondía "por dignidad".

Del Juzgado fue llevado a otra oficina donde se le comunicó que debía ser esposado, pero al final decidieron hacer una excepción. Luego el destino fue Cárcel Central, ubicada en pleno centro de Montevideo. Allí se alojan presos que aguardan la extradición a otros países, algunos que están recluidos ahí por razones de seguridad o esperando sus traslado a otras unidades penitenciarias. Luego de pasar por un protocolo de seguridad le explicaron las normas de funcionamiento. Debía levantarse a las 8 de la mañana, desayunar, arreglar la cama y sus pertenencias. Tenía que afeitarse todos los días e irse a dormir a la hora 23. Pero no fue una pesadilla. Podía hacer ejercicio, tomar libros de una biblioteca para leer y hasta pedir películas para mirar en los espacios comunes. No quería estar preso porque entendía que no había cometido ningún delito, pero vivió su estadía como una experiencia que recordará para siempre.

Uno de los primeros que le habló fue Juan Carlos Blanco, quien le decía que no era el autor intelectual del golpe de Estado, como se decía.

La primera vez que fueron a visitarlo sus familiares a Cárcel Central, Blanco se le acercó y le dijo: "Walter: te sentís muy mal, pero peor los que vienen hasta acá y vos tenés que darles a ellos fuerzas". Hasta hoy recuerda sus palabras como una enseñanza de vida.

Con Pablo Goncálvez hablaba mucho menos. Lo recuerda como un hombre parco que pasaba mirando películas y leía mucho. Goncálvez por lo general atendía el teléfono en el cuarto piso de la cárcel y ahí fue cómo entablaron diálogo. El triple homicida le contó cómo conoció a la que fuera su esposa y también le hablaba de la importancia que tenía para él ver a su hijo crecer.

Otro compañero de cárcel al que recuerda era un vendedor de droga irlandés. Estaba allí porque la Embajada de su país había solicitado al Estado uruguayo que lo trasladaran de la cárcel en la que se encontraba por las condiciones infrahumanas de reclusión. Con él hablaba en inglés y jugaba ajedrez.

Pero no todo eran charlas. También se organizaban comidas. Cada uno podía tener como máximo $ 500 y hacían colectas para comprar carne, porotos y se hacía "un guiso enorme". Cuando se reunían, parecía un "club".

A los 28 días de estar preso, lo excarcelaron y en julio de 2013 un Tribunal de Apelaciones en lo Penal revocó su procesamiento y dispuso el archivo del caso. En diciembre de 2017, en primera instancia se condenó a la Suprema Corte a resarcirlo económicamente por los días que estuvo en prisión indebida y la corporación apeló.

Al final de cuentas, no todo fue tan amargo. En la cocina de Cárcel Central, el exalcalde de Atlántida aprendió a hacer dulce de leche. El que le enseñó la receta fue un recluso de Rivera. Hoy, sus amigos rotarios le piden: "Walter: hacé dulce de leche carcelario".

Con el camino libre para hacer política

Luego de que el Tribunal de Apelaciones revocara su procesamiento por apropiación indebida que lo llevó a pasar 28 días en la cárcel, el exalcalde de Atlántida Walter González quedó libre de cualquier antecedente penal.

Nunca se amparó al subsidio por haber renunciado a su cargo de alcalde, pero le quedó la espina de no haber podido finalizar su gestión. "Estuve detenido por error, por equivocación", afirmó a El País.

Fueron dos años y medio como alcalde de Atlántida, el balneario de Canelones en el que vivieron sus abuelos, padres y hoy residen sus hijos junto a sus nietos.

La actividad política no la dejó nunca. Después que salió de la cárcel y su caso fue archivado, siguió militando e integra la Mesa Política de Canelones en representación de Asamblea Uruguay.

Ahora, algunos de sus conocidos le piden que se presente como candidato a alcalde nuevamente. Aunque no tiene una decisión tomada, asegura que estará donde "la gente quiera que esté". "No me voy a negar", señaló González sobre la posibilidad de presentarse a las elecciones. Asegura que si es electo nuevamente como alcalde, podría ayudar "a levantar la mira" para Atlántida. "Tenemos un potencial enorme y nadie se da cuenta. Yo apuntaba a que se hiciera un puerto", señaló el exalcalde del balneario de Canelones.

Desconfianza.

Los 28 días que pasó indebidamente en prisión le dejaron al exalcalde una gran desconfianza en el sistema judicial. "¿Cómo vas a confiar en el sistema judicial cuando te pasa una cosa así? Ojo, no tiene la culpa el Poder Judicial, supongo que harán lo mejor que pueden, pero a uno le queda esa sensación en lo personal", contó.

"Yo aprendí a desconfiar de la Justicia uruguaya en primera instancia. No es perfecto el sistema nuevo del Código de Proceso Penal pero tiene mucho más transparencia. Se trabaja mucho más coordinado con la Policía. Está bien, tienen razón los fiscales cuando se quejan de que es más agobiante el trabajo, pero el sistema en sí es mejor. Lo anterior era al criterio del juez", opinó.

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados