POLICIALES

Narcos ocupan casa en la Aguada y amenazan de muerte a vecinos con carteles

"NO ROMPER porque Pum-Pum Pum", advierten los intrusos con carteles pegados en la entrada de la casa ocupada.

Carteles amenazantes en ocupación de apartamentos en la Aguada
Carteles amenazantes en ocupación de casa en la Aguada. Foto: Archivo El País

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Al principio los desalojos por la fuerza ocurrían en barios periféricos de la ciudad. En 2015, cinco desalojos fueron protagonizados por “el Negro Paolo” y su banda, en Cerro Norte.

Tres años más tarde, en 2018, el fiscal de Delitos Económicos, Enrique Rodríguez, acusó a integrantes de la banda de “los Chingas” por expulsar a 77 personas y ocupar 25 apartamentos en Casavalle.

En 2021 trascendió que una organización de narcotraficantes, que operaba en el barrio Jardines de Hipódromo, se apoderó de un complejo entero que el Estado había otorgado a personas de bajos recursos. La líder de la banda les daba pasta base a adictos a cambio de sus viviendas. Así se quedó con un edificio entero hasta que fue detenida por la Policía. “Nos sacaron con lo puesto y a punta de pistola del apartamento”, dijo uno de los damnificados a la Policía.

Ahora el fenómeno sucedió en una zona más cercana al Centro de Montevideo: la Aguada. El sábado 3, por lo menos dos delincuentes descendieron de un auto en la calle Bacigalupi casi Hocquart.

Utilizando varias herramientas, destrozaron los candados que había puesto el dueño de la vivienda, un señor de edad muy avanzada.

Los intrusos recorrieron los pasillos de la amplia casa durante unos minutos. Salieron al frente y colocaron otros candados. Luego se retiraron.

La alarma sacudió a los vecinos del barrio. “Van a poner una ‘boca’ de venta de drogas en esa casa”, dijo uno. Otro vecino señaló: “Las casas de ese señor se están cayendo a pedazos. Los que las ocupan son narcos de la zona del Mercado Agrícola”.

No era la primera vez que traficantes de drogas de la zona querían hacerse de una propiedad del octogenario.

Meses atrás, intrusos ingresaron en una casona que el dueño tiene sobre la calle Pardo Bazán. Fue clave la acción de los vecinos para desalojar a los intrusos en esa ocasión, según supo El País.

Días atrás, el anciano trasmitió a un conocido que vive sobre la avenida Daniel Fernández Crespo: “Hoy no es fácil vender una propiedad. Además algunas de ellas tienen problemas de documentos y yo soy mayor”, expresó como justificación.

Según el relato de los vecinos, este propietario posee, al menos, ocho casas en la Aguada y otras dos en el barrio Reus.

En algunas ocasiones las ha puesto a la venta en una inmobiliaria cercana, pero no le satisfizo los negocios que le ofrecieron, supo El País.

Ante la imposibilidad de venderlas, el anciano no quiso alquilarlas para evitar trámites con escribanos o hacer reparaciones al terminar los contratos. Por eso decidió poner candados o rejas en sus casas.

Para ello contrata a un herrero de la zona de su confianza que le realiza los trabajos. “En el barrio se sabe cuáles son sus casas por el tipo de rejas que hace ese herrero”, dijo un vecino.

La medida

En la tarde del pasado sábado, el dueño y el herrero llegaron a la casa de Bacigalupi que había sido cerrada por los delincuentes.

El herrero instaló una reja. Poco después, el auto con los dos intrusos pasó a baja velocidad frente a la casa. Era obvio que ambos individuos no iban a cesar en su intención de ocupar la vivienda sin batallar.

A las 23:00 horas del día siguiente, el domingo 4, los delincuentes detuvieron el auto frente a la finca. Trataron de romper las rejas con una barra de hierro. No fueron discretos. Los ruidos de la barra y de la maceta golpeando contra la reja no pasaron desaparecidos en la cuadra. La impunidad con que actuaban era total.

Una persona, vinculada a la Seccional 4ª de Policía, se enteró de lo sucedido porque vive a pocas cuadras de la esquina de Bacigalupi y Hocquart. Llamó a la comisaría e informó de todo lo sucedido a un jerarca de la seccional.

En la conversación, el oficial se enteró que el suceso había generado alarma en la zona porque los delincuentes pretendían utilizar la vivienda para instalar allí un lugar dedicado a la venta de estupefacientes.

Ello, dijo el denunciante al policía, alteraría la paz de una cuadra muy tranquila y donde todos los vecinos se conocen. Sin embargo, los delincuentes no se quedaron quietos.

En la madrugada de ayer, los intrusos armaron un cartel con varias hojas pegadas de cuaderno que en letras rojas dio un mensaje claro: “NO ROMPER Porque Pum- Pum-Pum”. La amenaza generó temor. Al mediodía de ayer, alguien lo retiró.

Santiago González: “Policías están trabajando en el lugar”

El director de Convivencia y Seguridad Pública del Ministerio del Interior, Santiago González, afirmó que se comunicó con el jefe de Zona 1, Federico Larrosa, para analizar la ocupación de una vivienda por parte de dos intrusos y la posterior reacción del propietario. “Pese a que no hay denuncia del dueño de la casa, la Policía ya trabaja en la zona”, dijo el jerarca ministerial a El País.

Señaló que el jefe de Zona 1 dispuso que investigadores se ocuparan del caso. “Conozco lo que está ocurriendo en esas zonas cercanas al Palacio Legislativo. He tenido encuentros con vecinos de la Aguada y de la Estación Goes. Siempre hemos dado respuestas”, señaló González.

El director de Convivencia señaló que, en una reciente reunión realizada con vecinos de la Estación Goes, se enteró de los robos provocados por adictos a las drogas. “Nosotros hemos cerrado varias ‘bocas’ en esa zona. Eso trasmitimos a los vecinos”, dijo González.

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