ATRACO QUE SE DIO EN 2016

Así trabaja una banda de asaltantes de bancos: sus planes, roles y estrategias

El 18 de setiembre de 2016 un grupo de atracadores entraron a la Sucursal Colón del Banco República; fueron cinco los involucrados.

Policía en el lugar del atraco. Foto: Archivo El País.
Policía en el lugar del atraco. Foto: Archivo El País.

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El 18 de setiembre de 2016 a las 19.18 horas comenzaron a sonar las alarmas de la Sucursal Colón de la sede del Banco República (BROU) ubicada en Avenida Garzón 1864. Por medio de las cámaras de seguridad, personal del centro de vigilancia advirtió la presencia de dos sujetos en el interior del edificio e inmediatamente llamaron al 911.

Pese a su plan milimétrico, los atracadores no tomaron los recaudos suficientes para evadir las cámaras de videovigilancia del banco y fallaron al querer desconectar las alarmas.

Con el inicio de los pitidos, los hombres comenzaron a correr de un lado al otro dentro de la sucursal y atemorizados huyeron por el túnel por el que habían ingresado. Y lo hicieron sin un centavo a cuestas.

Arribaron al lugar varios móviles policiales de Zona IV y funcionarios de la entidad bancaria. Al ingresar, descubrieron que había un boquete en el piso de un metro cuadrado en la oficina en las que se encontraban las cajas fuertes.

Los delincuentes lograron abrir solamente una caja y esta contenía documentación; al llegar la Policía, las que tenían dinero estaban cerradas. Es decir que fue el sistema de seguridad de la institución lo que evitó que se consumara el hurto.

El boquete conducía a un pequeño local comercial contiguo a la sucursal. Este tenía ventanales en el frente tapados con papel de diario.

Vecinos del lugar dijeron en su momento a El País que desde hace tiempo veían que varias personas entraban y salían cargando materiales, por lo que creían que estaban remodelando el comercio -que decían que iba a ser una mercería- para luego abrirlo al público. Cualquier ruido que se escuchara, se le atribuía a maquinaria usada para la remodelación.

¿Cuál fue el plan, la estrategia y los roles de cada uno de los involucrados en el crimen ocurrido en 2016? Todos estos datos aparecieron en la sentencia del 10 de junio de 2021 que obtuvo El País, y que da cuenta de la formalización de los cinco involucrados.

Primer contacto

Desde los inicios, las cabezas del plan fueron Ramírez (uno de los atracadores que ingresó a la sucursal) y Rodríguez -nombres ficticios para evitar revelar sus identidades. Luego se sumó al equipo Machado, figura femenina que fue clave en la estrategia, y por último, González y Silva, que también ingresó a la sucursal en su momento.

Machado fue la única que contó la historia en detalle y verazmente a la hora de declarar en 2016, y en aquél entonces relató los inicios de lo que pretendía ser un robo millonario: “Conocí a Ramírez hace un año. Éramos clientes de él cuando tenía un puesto de verduras. Un día me invitó a salir, eso fue por julio de 2015. Me comentó que estuvo preso por drogas y que tenía un amigo muy cercano que le decían “Tito” (Rodríguez), con el que hacía trabajos”. Luego de algunas salidas, un día la citó en la aviación de Melilla sin comentarle motivo.

Fue allí donde conoció a Rodríguez, y en ese momento lo único que le pidieron a la mujer fue su cédula y le preguntaron si estaba en el clearing. El cuestionamiento surgió dado que Ramírez y Rodríguez ya estaban considerando colocar a la mujer como garantía para el alquiler del comercio próximo a la sucursal bancaria. Sin embargo, en esa instancia no le mencionaron nada sobre el asalto. Solamente le dijeron que llame al propietario y busque las llaves para ver el lugar.

El alquiler

Machado se comunicó con el dueño del comercio por medio de la Inmobiliaria Gamberoni, y le explicó al propietario que tenía la intención de abrir una mercería, tal como le dijeron los dos hombres.

Machado, Rodríguez y Ramírez visitaron el pequeño local y este último se puso a sacar fotos con su celular mientras caminaba lentamente inspeccionando cada recoveco.

Cuando terminaron la breve recorrida, le preguntaron a Machado si podía negociar el precio del alquiler. Fue en ese momento cuando finalmente le contaron el plan de atracar la sucursal del BROU y la idea del túnel, la carta más importante del juego.

Por una suma de 100.000 dólares, Machado se involucraría en el plan principalmente para convencer al propietario del alquiler por una suma de dinero conveniente para los futuros atracadores. El propietario, parecía tener debilidad por las mujeres. Y, precisamente, una noche Machado se presentó con otra mujer que trabajaba en la whiskería Monte Venus. Y lograron su cometido.

El atraco

Ramírez, además de planear el hurto se encargó de entregarle el dinero para el alquiler a Machado -a quien prometieron pagarle US$ 100 mil luego del robo-: una suma de $ 210.000 para el propietario y $ 27.000 para la inmobiliaria, dinero que fue conseguido y trasladado en auto por González, cómplice en el crimen.

Luego del hurto que culminó en fracaso, a pocas cuadras de la sucursal bancaria -en la intersección de las calles Carnot y Calderón de la Barca-, personal policial ubicó una camioneta Renault Kangoo Rural donde estaban Ramírez y Silva, los dos atracadores que habían salido recién del banco.

La camioneta tenía colocada la matrícula SBQ 2515 y debajo otra chapa con el número SBP 3761. También tenía un logo en la parte exterior, de color naranja, correspondiente a la empresa “Del Sur Construcciones”, y en el interior ropa y herramientas sucias con barro.

Rodríguez había alquilado el vehículo tres días antes del atraco depositando una suma de US$ 500. La camioneta sería devuelta al día siguiente del crimen.

Una vez detenidos, los criminales recibieron una condena de entre 19 y 24 meses de prisión (varía entre autores o cómplices) por ser responsables de un delito de hurto especialmente agravado en grado de tentativa.

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