ALUVIÓN DE DENUNCIAS

Alertan por aumento sostenido de estafas: hubo 14.300 el año pasado

“Las penas que establece el código penal para la estafa son bajas. Una estafa por más sofisticada y millonaria que sea tiene un máximo de cuatro años”, explicó el fiscal Rodrigo Morosoli.

Las conversaciones por whatsapp sufren la falta de la gestualidad. Foto: Estefanía Leal
Persona utilizando el celular. Foto: Estefanía Leal

Hay un “aluvión” de denuncias por estafas, indican los fiscales, y el aumento es sostenido. En 2018 se registraron 6.400 denuncias, en 2019 fueron alrededor de 8.000, en 2020 subieron a 10.800 y en 2021 hubo un total de 14.300.

El fiscal de flagrancia Rodrigo Morosoli tiene diez denuncias de estafa por semana y señala que “la prevención tanto de la esfera pública como de la privada es fundamental”. Repara en que la gente debe tener “buenos hábitos de consumo” y ser “cuidadosa con las contraseñas electrónicas”. La inmensa mayoría de las estafas actualmente son cibernéticas.

“Es muy fácil estafar y las escalas de pena que hay hacen que sea un delito bastante atractivo para cometer”, afirma el fiscal Morosoli a El País. “Las penas que establece el código penal para la estafa son bajas. Una estafa por más sofisticada y millonaria que sea tiene un máximo de cuatro años, que es el mínimo por una rapiña simple (sin agravantes, por uso de arma)”, explica. La fiscal también de flagrancia, Gabriela Fossati, concuerda con lo dicho por Morosoli: “Las penas son muy benévolas”, dice, y en la mayoría de los casos son condenas con libertad a prueba. “Son bajas en casos de gente que lo ha asumido como un medio de vida”, sostiene.

Las estafas son de investigación lenta y como los fiscales de flagrancia trabajan con delitos urgentes, a veces estos casos quedan relegados y se les da más importancia a las rapiñas u otros delitos que implican lesiones importantes. Por eso, se intenta unificar casos en donde se hallan evidencias similares o misma metodología, para que la investigación resulte más eficiente. En ese sentido también es necesario realizar un entrecruzamiento de datos con otros colegas. “Yo entiendo que la estafa está subvalorada en relación a otros delitos”, expresa Morosoli, pero añade que una sola persona puede dañar a muchas personas “a lo largo y ancho del país”.

“La Fiscalía no tiene los recursos humanos y materiales para investigar estafas por 2000 o 3000 pesos, entonces se terminan no investigando, porque es muy complejo para lo que es el daño y esa gente se sale con la suya”, puntualiza la fiscal Fossati. Incluso, añade, la gente a veces no denuncia estos hechos porque los montos de dinero son bajos. Y cree que una de las posibles soluciones frente a la gran cantidad de estafas que tienen que investigar es que se apoye a los fiscales con un equipo de expertos en informática y economía. Por otro lado, señala que no cree que un posible aumento de las penas produzca un cambio significativo en la conducta de los estafadores.

Casos

Uno de los casos más grandes que está investigando Fossati tiene alrededor de 30 damnificados y se trata de venta de televisores en la frontera. “Normalmente televisores muy grandes, ahora que viene el mundial”, cuenta la fiscal. Los delincuentes, un hombre y una mujer, se valen de facturas de una empresa de encomiendas que previamente robaron. “Primero piden el depósito de la mitad de precio (que ha llegado a ser hasta de 35.000 pesos), después remiten esa factura trucha de la encomienda y entonces les depositan la otra mitad”, narra Fossati. Una vez que la persona se presenta a retirar la encomienda, la empresa les informa que no hay ningún pedido a su nombre.

La fiscal también alude a la plataforma Marketplace como epicentro de varias denuncias de estafa que llegan a su fiscalía. “Hay muchas estafas por venta de productos que no se entregan, o por préstamos falsos en los que se les pide a los solicitante primero hacer una entrega de dinero”, dice Fossati en relación a esta página web.

Por otro lado, las personas mayores suelen ser carne de cañón para estas estafas. Son engañados con secuestros que no son reales o a partir de estrategias de suplantación de identidad. El caso más reciente que llegó a manos de la fiscal de flagrancia -una denuncia que se realizó el jueves 9 de este mes- e trató de una mujer de 82 años a quien le robaron su caja fuerte y varias joyas haciéndose pasar por funcionarios del BROU. La llamaron para decirle que necesitaban cambiar su dinero a dólares.

Pero los ancianos no son las únicas víctimas. “Hay gente muy preparada, contadores, médicos, arquitectos, que caen y les brindan información porque la fuente parece realmente verídica. Se comunican como si fuera una institución bancaria y les vacían las cuentas”, remarca la fiscal de flagrancia.

“Es importante que la gente se cerciore bien cuando abra una página de internet, por ejemplo, de un banco”, explica en tanto el fiscal especializado de Delitos Económicos, Enrique Rodríguez. Y detalla que estas instituciones generalmente nunca le piden a sus usuarios que cambien una clave o que modifiquen sus datos a través del sistema informático, porque esto favorece al phishing -como se denomina a estas estafas a través de la web.

El fiscal hace referencia, asimismo, a otros casos de estafas en donde una persona recibe un mensaje de un desconocido a través de redes sociales que le propone un trabajo y le piden que abra una cuenta bancaria para recibir transferencias. “Todas esas cosas sospechosas son lo que la gente tiene que tener en cuenta -indica Rodríguez- porque más allá de la inteligencia de los estafadores, la gente también tiene que poner de sí para ser cuidadosa y no brindar datos personales de ningún tipo, y menos números de cuentas bancarias”.

Desde la Fiscalía también se informó que una modalidad de estafa que se está viendo seguido en el último tiempo, que se da al recibir un mensaje de un contacto conocido que te ofrece cambiar dólares a un precio muy barato. Lo que la víctima no sabe es que en realidad ese contacto fue previamente hackeado. Lo que hacen los delincuentes es duplicar o clonar la cuenta de una persona y así es que acceden a sus contactos. Luego eligen uno y le envían un mensaje a través de Instagram o WhatsApp. “Una vez que se accede a la operación, los estafadores solicitan a las víctimas que se realicen depósitos de dinero en cuentas ajenas, concretando así la estafa”, advierte la Fiscalía.

El delincuente que decía que Darío Silva lo representaba

Entre los casos de estafa de los últimos años, uno de los más recordados por fiscales y quizá por la opinión pública fue el del joven uruguayo de 22 años que se hizo pasar por un futbolista profesional. El 25 de junio de 2020 el joven se contactó, vía WhatsApp, con el dueño de una empresa asociada al Marketing del Deporte, que brinda servicios de creación de perfiles en redes sociales. En la charla por la red social, el delincuente dijo al director de la agencia que era un jugador de fútbol y que su interés era mejorar su imagen en las redes. También señaló al dueño de la agencia que iba a jugar en Al Wasl, uno de los principales clubes de Emiratos Árabes, donde Diego Maradona tuvo un pasaje como técnico en 2012. El falso jugador le envió al director de la agencia la supuesta documentación y le dijo que su representante era Darío Silva. Después le exhibió el contrato de representación. Con el objetivo de acreditar el pago de lo acordado, le envió a la agencia siete comprobantes falsos de transferencias bancarias realizadas en agosto de 2020. Los pagos no fueron acreditados en la cuenta de la agencia. El “futbolista” pidió que lo esperaran un tiempo porque se encontraba en el exterior con la finalidad de firmar contrato con el equipo Al Wasl.

Tras tener armados sus perfiles en las redes sociales, el joven inició un raid delictivo que tuvo como víctimas a agencias de viajes, inmobiliarias, arrendadoras de autos, empresas de seguridad y distribuidoras de alimentos y bebidas. En febrero del año pasado, el fiscal Rodrigo Morosoli juntó todas las denuncias que pesaban sobre el joven y comenzó la investigación. Poco después fue detenido. Era primario.

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error