INVESTIGACIÓN

Acusan al síndico de Casa de Galicia de solamente buscar el cierre de la mutualista

El gerente de los Servicios Jurídicos de la Liga Comercial replicó que no había dinero para que siguiera funcionando la prestadora de salud.

Casa de Galicia. Foto: Estefanía Leal.
Casa de Galicia. Foto: Estefanía Leal.

La exadjunta a la gerencia general y asesora legal de Casa de Galicia apeló en dos ocasiones fallos que establecían el cierre de la mutualista. Esas medidas de la exjerarca todavía están a estudio de un Tribunal de Apelaciones en lo Civil, por lo cual la clausura del centro asistencial aún no es definitiva. La exfuncionaria logró apelar la clausura porque contaba con poderes para participar en juicios en representación de la mutualista.

Poco después de la apelación, el síndico de Casa de Galicia, representante de la Liga de Defensa Comercial (Lideco), envió un telegrama colacionado a la entonces adjunta a la gerencia general anunciando su despido por “notoria mala conducta”.

La exjerarca se presentó ante la Justicia y esta señaló al síndico que no podía modificar la situación laboral de la adjunta a la gerencia general durante un año. Es decir, la entonces adjunta a la gerencia general debía ser mantenida en su cargo y continuar como apoderada de la mutualista Casa de Galicia.

A su vez, el síndico interpuso un recurso de reposición ante la decisión judicial de no innovar y el juez le hizo lugar. Es decir, el magistrado decidió dar un giro de 180 grados y mantuvo a la exjerarca como apoderada solo para el concurso de la mutualista.

Ante esta situación, la exjerarca de Casa de Galicia llevó esta vez el caso de su despido y el cambio de resolución del juez a un Tribunal de Apelaciones. “La decisión del juez violenta toda lógica jurídica. Establece que una persona despedida por notoria mala conducta de una empresa sea su representada como apoderada. Así lo ha resuelto la sentencia” del magistrado de primera instancia de Concurso, dice la apelación a la que accedió El País.

En el escrito, la exsubgerente señala que el síndico lo único que busca es el cierre de la mutualista Casa de Galicia. “Y bloquea toda posibilidad de actuación que se oponga o contraponga a su interés o encomienda y removiendo cualquier obstáculo que encuentre en su marcado camino hacia el cierre mutual”, insiste el recurso de apelación.

Con respecto al relevo del cargo, la exsubgerente general recuerda al Tribunal que fue despedida por el síndico por “haber interpuesto recursos” contra resoluciones judiciales en cumplimiento de un mandato de defender los intereses de la institución a la que ingresó en 1996 y ascendió al cargo de adjunta de la gerencia general en 2015.

Y agrega que el hecho que la sindicatura no le agradara la postura asumida por el Tribunal de Apelaciones de revisar el cierre de Casa de Galicia “no puede de ninguna manera” justificar “el avasallamiento” de sus derechos laborales como exadjunta a la gerencia general. “Lo que me ocurrió fue una abusiva desvinculación”, dice.

El escrito de apelación también sostiene que, por decreto judicial, la sindicatura recibirá honorarios equivalentes a más de US$ 200.000.

Sin autorización.

Por su parte, el gerente de los Servicios Jurídicos de Lideco, Fernando Cabrera, señaló que si bien la Justicia estableció honorarios para los profesionales que actúan en el concurso de Casa de Galicia, “todavía no se ha visto ni un peso”.

Con respecto al rol de la adjunta a la gerencia general de la mutualista, Cabrera explicó que esta percibía un salario de $ 300.000 mensuales, con una carga horaria acotada y facturaba aparte por defender a Casa de Galicia en juicios por responsabilidad médica. “No era la abogada del concurso de Casa de Galicia”, advirtió .

Cabrera explicó que el concurso de Casa de Galicia fue firmado por el entonces presidente del centro asistencial, Alberto Iglesias, y el abogado Martín Reyes. Y dijo que el despido de la exadjunta a la gerencia general se debió a que usó sus poderes “en forma excesiva” y “sin haber recibido instrucciones” de las autoridades de la institución médica, que es la sindicatura nombrada por la Liga de Defensa Comercial. “Por eso decimos que hay mala conducta” de la exadjunta a la gerencia general, explicó el profesional.

Con respecto a que las afirmaciones de la exjerarca en un escrito elevado al Tribunal de Apelaciones sobre que el síndico pretende cerrar la mutualista y no busca hacerla viable como es obligación de la sindicatura, Cabrera expresó que la administración actual se encontró con una empresa deficitaria que no podía subsistir.

“No tenía alimentos para los pacientes. Carecía de enfermeros y medicamentos”, afirmó. Y concluyó que, por esas razones, a la sindicatura “no le quedó otra alternativa” que pedir el cierre de Casa de Galicia.

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