CUANDO TERMINAN LA PRIMARIA

Estudio anticipa posible fracaso al que se enfrentarán los alumnos cuando acaben la escuela

La Ineed demuestra que esto podría estar en la incompatibilidad entre los logros que alcanzan quienes egresan de Primaria y lo que se espera de ellos en el siguiente ciclo.

Estudiante sacando apuntes. Foto: Fernando Ponzetto.
Estudiante sacando apuntes. Foto: Fernando Ponzetto.

Cuando los estudiantes uruguayos acaban la escuela, se enfrentan a uno de los filtros más severos de su trayectoria educativa. Tanto es así que, cuando deberían entrar al segundo año de liceo o de UTU, un 20% ya abandonó el sistema o cursa con rezago. Un nuevo estudio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) muestra que una de las claves que explican esa merma de alumnos podría estar en la incompatibilidad entre los logros que alcanzan quienes egresan de Primaria y lo que se espera de ellos en el siguiente ciclo.

Por ejemplo: en la última edición de Aristas, la prueba estandarizada que el Ineed implementó en 2020, a los alumnos de sexto de escuela se les presentó un texto sobre el pintor Rafael Barradas. En una parte decía que Barradas dibujaba “formas recortadas como con tijeras”. Menos de un tercio de los estudiantes logró responder que esa frase refería a “las siluetas de los dibujos”. Por lo tanto, concluye la nueva investigación del Ineed, la dimensión inferencial de un texto, la deducción de expresiones poco frecuentadas o palabras con sentido figurado, que es parte de lo que se les exige a los alumnos en primero de liceo, “podrán resultar complejas para un 68% de quienes egresaron de sexto”.

Hay decenas de investigaciones -muchas de ellas centradas en Uruguay- que demuestran por qué a los estudiantes les cuesta tanto el pasaje de la escuela al liceo. Están los estudios que comprueban cómo afecta el pasar de una maestra única a tener 12 profesores, están los informes que hablan del cambio de grupos de amigos, están los que refieren a la compleja adolescencia, los que se detienen en la distancia (medidas en cuadras) del liceo versus la escuela y hasta los que centran las hipótesis en incentivos económicos del mercado laboral. Pero el Ineed decidió adentrarse en algo más básico: ¿qué se espera de un estudiante?

Aunque parezca una pregunta elemental para cualquier sistema educativo, en Uruguay no existe una respuesta. Las pruebas Aristas que implementa el Ineed suelen asignarles a los estudiantes un nivel en una escala que suele ir del uno al cinco o seis. Pero la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) jamás estableció qué nivel es el mínimo aceptable para el año que cursa el alumno.

Ni siquiera está establecido el criterio en las metas de aprendizaje que se fijó la actual administración para el quinquenio. A lo sumo aparece qué porcentaje de estudiantes se espera que, para el año 2024, estén en tal o cual nivel.

Según Andrea Rajchman, directora de proyecto del Ineed, “más que saber qué nivel se considera aceptable, lo relevante es que la ANEP establezca qué se pretende que sepa un alumno de determinado grado”.

Esos criterios son parte de la discusión en la que está inmersa la Administración dentro de su intento de transformación curricular, y cuyos borradores “hará llegar a las asambleas técnico docente entre marzo y abril”, dijo el viernes el presidente del Codicen, Robert Silva.

Ante esta ausencia de criterios, el Ineed usó para su estudio los programas oficiales y los perfiles de egreso, aunque, aclararon los investigadores, “resulta complejo identificar con qué habilidades deben ingresar a primero para superar este curso sin dificultades si no está explicitado el nivel de logro esperado”.

Pese a estas dificultades metodológicas que complican las conclusiones y la toma de decisiones, los investigadores del Ineed demuestran que el cortocircuito entre lo que logra el estudiante y lo que se espera de él involucra a cantidades no despreciables de alumnos. La tercera parte de quienes ingresen a la Formación Profesional Básica de UTU, el programa ideado para quienes están más rezagados, “tendrá dificultades para abordar actividades que involucren el cálculo de perímetros, áreas y volúmenes”.

Incluso al 70% de quienes acaban tercero de escuela y pasan a cuarto se les hará cuesta arriba calcular “cuántos litros de jugo de naranja compró Eugenia, si ella adquirió dos cajas de cuarto litro y tres de medio litro”.

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