CASAMIENTO

Boda en el Piso 40 y luna de miel en el Este

Una ceremonia inusual unió, en lo más alto del WTC, a un arquitecto uruguayo y a una modelo rusa.

Boda en el piso 40. Foto: El País
Boda en el piso 40. Foto: El País

Sin duda, por estas épocas, Rusia despierta pasiones, no sólo futbolísticas. Pasiones como la que unió al arquitecto uruguayo Nicolás Rudolph y a la moscovita Alyona Senina, quienes se casaron el 17 de diciembre pasado en el piso 40 del World Trade Center y hoy viven una luna de miel atípica en un chalet para 12 personas cerca del Hotel San Rafael de Punta del Este.

Nicolás (31) conoció a Alyona (27) en 2013 durante un viaje de estudiantes de Arquitectura, en una salida que hizo con amigas de ella y sus amigos.

"Nos vimos todos los días que estuvimos en Moscú, también en Viena. Cuando retorné del viaje ella se vino a pasar conmigo sus vacaciones de invierno, en el verano de Uruguay", recuerda el flamante esposo.

"Decidimos probar a vivir acá en Uruguay, y a mitad de 2014 se mudó conmigo a Montevideo. En apenas 4 meses aprendió el idioma en una academia de la Ciudad Vieja y trabajó como modelo durante un año", agrega Nicolás, mientras Alyona asiente con su cabeza y se lanza a hablar en un casi perfecto castellano.

Ella comenta que es economista, que trabajó en el área de marketing de LOréal Uruguay (antes lo hizo en la misma firma en Moscú) pero hace poco decidió estudiar producción de modas, una profesión a la que le gustaría dedicarse.

"Vinieron cinco amigas para nuestro casamiento, tres de ellas con sus esposos. Mis padres también, están pasando unos días con nosotros aquí en Punta del Este. Ahora estamos esperando que lleguen otros amigos de Nicolás", señala.

El festejo nupcial fue para unas 150 personas, algo que sorprendió a Alyona porque —según comentó— en su país las listas de invitados suelen ser "más acotadas".

Como no podría ser de otra manera, el Piso 40 estuvo decorado con motivos rusos. No faltaron las tradicionales matrioskas, que engalanaron los centros de mesa y las barras. La anécdota pintoresca la protagonizaron sus amigas rusas, que sin saber una palabra del idioma, leyeron textos en español con buenos deseos para el matrimonio.

Ella vistió de blanco, con un llamativo vestido escotado, de tela transparente, y en su mano libre portaba un ramo de rosas (la otra mano la tenía enlazada a la de su esposo).

El menú fue más charrúa que ruso, y con un toque infaltable de sushi, quesos, fiambres y ensaladas, y lasagna como plato principal. Todo regado con buenos vinos, torta de novios y postres individuales.

En vez del vals, bailaron Strangers in the Night, de Frank Sinatra, tema romántico con el que ambos se identificab.

La pista estuvo llena toda la noche y para bailar optaron por la electrónica en lugar de la cumbia.

El Mundial.

"Estar en contacto laboralmente con la tierra de mi esposa es muy importante para mí. Este año, aprovechando la Copa del Mundo, y especialmente el hecho de que Uruguay está en el grupo con Rusia, la visibilidad de nuestro país va a ser mayor, lo cual puede ser positivo para establecer nuevos vínculos comerciales", señala Nicolás, uno de los dueños de Martínez Rudolph Arquitectos.

"Con Alyona tenemos planeado ir un tiempo previo al Mundial, para investigar ese mercado y ver juntos los partidos de la Celeste", agrega mientras su esposa se ríe y confiesa: "Vamos a ir los dos a la tribuna de Uruguay".

Alyona anota que "en Rusia, a Uruguay se lo conoce por Suárez, Mujica y Natalia Oreiro, aunque muchos creen que ella es argentina". Cuando El País le pide a la joven que diga algo en ruso, ella dispara sonriente: "Pozdravlyayu s prazdnikom!" (¡Felices fiestas!).

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